La Fundación Leloir inauguró una incubadora de empresas de base tecnológica. El espacio ocupa 740 metros cuadrados que ofrecen una ubicación privilegiada en el centro de la ciudad, con laboratorios, áreas de ambiente controlado, sala de conferencias, oficinas y ámbitos comunes.
La estructura es pensada como una plataforma de incubación de startups nacionales o internacionales, ahora con más organización administrativa y laboratorios equipados para generar proyectos en etapas muy tempranas de desarrollo aprovechando los servicios que puede proveer el Instituto Leloir, tanto en instrumentos de primer nivel, como en mentoreo o asesoramiento de algunos de los investigadores más destacados del país.
Recorrida por los espacios listos para ser ocupados
En aquella primera época se había incubado allí Phylumtech SA, una compañía hoy exitosa que surgió de la colaboración entre el sector académico y el privado, y que aplica la biotecnología, la automatización y la bioinformática para la creación de tecnologías para el descubrimiento de nuevos fármacos y moléculas en modelos in vivo. También, Inmunova, creada por Fernando Goldbaum para la investigación y desarrollo de medicamentos innovadores destinados a enfermedades infecciosas poco frecuentes sin opción de tratamiento (por ejemplo, el síndrome urémico hemolítico), y que luego pasó a la Universidad Nacional de San Martín.
Ahora, la idea es incorporar 16 startups. El espacio de alrededor de 50 puestos de trabajo aguarda la mudanza de dos compañías en gestación. Una es Bioexentis, que trabaja en el posicionamiento de nuevos fármacos, y hace algo de inteligencia artificial y analítica de compuestos. Y la otra es Vaxinz, que forma parte del grupo Securitas, y está desarrollando varias líneas de vacunas lideradas por Osvaldo Podhajcer”.
CeDeBio
De aquí en más, las puertas de CeDeBio están abiertas para recibir a potenciales emprendedores. Según sus impulsores, con una reglamentación más clara, estatutos, contratos, habilitaciones y seguros se está poniendo a disposición del resto de la comunidad científica. Es un espacio para las empresas y eventualmente se firmarán contratos de propiedad intelectual dependiendo de las características del proyecto, los investigadores involucrados y los roles que puedan cumplir la Fundación y el Conicet en el desarrollo o patentamiento de nuevas tecnologías.
Entre los servicios que proporcionan se cuentan, entre otros, plataformas tecnológicas de biología molecular, proteica, cultivo de células, laboratorio de microscopio, biofísica, genómica y bioinformática, bioterio, unidad de resonancia magnética nuclear, secuenciación, sala limpia. Además, acceso a investigadores de la FIL.
Según el Primer Censo Argentino de Empresas de Nano y Biotecnología, que acaba de conocerse, la Argentina se encuentra en el top ten por la cantidad de compañías biotecnológicas que posee: 340 empresas, de las cuales, 140 son startups creadas a partir de 2015, que durante 2022 facturaron más de 1.300 millones de dólares y generaron casi 20.000 puestos de trabajo.
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