Si bien disputó hasta el final la posibilidad de convertirse en el sucesor de Lino Barañao con Roberto Salvarezza, en el futuro Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, una semana antes acordó con el ex presidente de CONICET, ceder su pretensión y ocupar una de las oficinas clave de la estructura del Mincyt.
La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), es la dependencia que se encarga de promover el financiamiento de proyectos del sector productivo que buscan incorporar ciencia y tecnología.
La “Agencia”, cómo se la conoce al interior del ministerio, es la que dispone y ejecuta el mayor volumen de los recursos que son asignados al Ministerio (hoy Secretaría).
Es que se trata de la dependencia que agiliza la movilidad de proyectos y la que hace interactuar y visibiliza la política científica del Estado y la economía productiva, puesto que desde ese departamento se gestiona la transferencia de conocimiento científico a la actividad empresarial.
Los instrumentos de promoción y financiamiento diseñados por la “Agencia” buscan dinamizar las estructuras productivas y la capacidad innovadora de emprendimientos individuales, colectivos y sociales, e incluso empresas de base tecnológica (EBT) con potencial en la transferencia de conocimiento.
Entre otras de sus acciones se encuentra, por ejemplo, la subvención, total o parcial a proyectos productivos que incluyan áreas de investigación y desarrollo; que pretendan mejorar el desempeño ambiental o que deseen incorporar recursos humanos altamente capacitados.
Los recursos de la “Agencia” se administran, en total, en 4 Fondos: El de incentivo a proyectos de investigación científica y tecnológica (FONCyT); el de promoción de la Industria del Software (FONSOFT); el de incentivo a la actividad privada (FONTAR) y el de consolidación de proyectos público-privados de Base Tecnológica (FONARSEC).
Cabe mencionar que el año pasado la ANPCyT realizó un giro abrupto al cambiar la política de subsidios (los llamados Aportes No Reembolsables destinados a Pequeñas y Medianas Empresas) por créditos a tasa de mercado.
Esto implica que si una empresa deseaba invertir en conocimiento científico, podría hacerlo únicamente accediendo a un crédito, a devolver con tasas excesivas.
Ello impactó en el desaliento a qué la actividad privada de pequeñas industrias se inscriban en los proyectos ofecidos desde la cartera.
Peirano, en un encuentro en la Cámara de Diputados, dónde se discutió el proyecto de Ley de Presupuesto 2019, cuestionó esta medida la decisión puso en alerta a las Unidades de Vinculación Tecnológica (UVT) y a las Pequeñas Industrias ya que, dentro del sector productivo, es el sector más vulnerable a los vaivenes económicos.
La medida obligaron a apelar a créditos a las PyMES que buscaran invertir en conocimiento científico.
Es que los subsidios son una de las herramientas mas importantes para las pequeñas industrias y los proyectos comunitarios puesto que implican, en ocasiones, “acciones de no retorno” donde el Estado absorbe la totalidad o parcialidad de los costos, de las compañías que invierten en ciencia.
Con el programa de Aportes No Reembolsables clásico el Estado devolvía hasta un 50% de la inversión que la empresa hacía en innovación e incorporación de conocimiento científico.
En una entrevista con Periferia, Facundo Lagunas, reconoció el giro de las políticas de subsidios a créditos y responsabilizó a Jefatura de Gabinete, por la medida.
En este sentido, cabe esperar medidas que vuelvan a atraer al sector productivo de las PyMEs a proyectos elaborados desde Ciencia y Tecnología.