Alrededor de 2.000 empresas pidieron registrarse en el Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento, de las cuales 530 avanzaron en la presentación de la documentación y esperan ser evaluadas para su registro definitivo, destacó la subsecretaria del área, María Apólito.
Se trata del régimen creado por la Ley 27.506, que apunta a promover nuevas tecnologías, generar valor agregado, fomentar el empleo de calidad, facilitar el desarrollo de pymes y aumentar las exportaciones de las empresas que se dediquen a servicios basados en el conocimiento.
“Nuestro objetivo es que en un plazo de 4 meses desde que se completa la documentación podamos validar e ingresar a las empresas en el régimen”, indicó en una entrevista con la Agencia Télam.
También subrayó que el plan de largo plazo es incrementar las exportaciones de valor agregado con un incremento de la competitividad de las industrias de la mano de soluciones tecnológicas locales, así como asegurar la continuidad de las investigaciones en el sector público.
“Solicitaron la inscripción y están haciendo el proceso unas 2.000 empresas. De ellas que van completando papeles, ya hay a la primera semana de agosto 530 que cerraron la inscripción y que están siendo evaluadas para ver si cumplen todos los requisitos. Es un trabajo que estamos separando en el equipo entre las diferentes actividades”, dijo María Apólito.
Hay 250 empresas que vienen del régimen anterior, Estas ya son parte del régimen, lo que tuvieron que hacer fue la ratificación de la adhesión. Entre las nuevas, la mayoría son de software, seguidas por la producción audiovisual y biotecnología, industria 4.0 y servicios de investigación y desarrollo.
En el régimen anterior (la ley de promoción de la industria de software) el trámite llevaba unos 18 meses. “Nosotros vamos a intentar que no pasen más de 4 meses desde que subsanan la última documentación”, dijo la funcionaria.
Apólito sostuvo que “en la última etapa intervienen directamente las empresas, casi que estamos asegurando que una persona que llega al tramo final es vista por alguna empresa del sector y se capacita no solo en un lenguaje especifico sino que lo va llevando a una transición para que sea el futuro trabajador de esa empresa”.
Incentivos para desarrollos patentables
Además, destacó que “estamos avanzado con las universidades y con el Conicet para posibilitar incentivos por proyectos que generen desarrollos patentables o destino de propiedad intelectual” y explicó que “a través del Fondo Fiduciario para la Promoción de la Economía del Conocimiento (Fonpec), generar una línea para que las personas ya recibidas o en la carrera del Conicet no se vayan al sector privado sino que sigan investigando en el sector público de investigación”.
“Para los profesores de las universidades también estamos viendo incentivos para que se actualicen y se formen, y con las empresas tenemos un acuerdo para que les paguen de alguna manera un incentivo a quienes se quedan y terminan la carrera. Incentivos que también reconoceremos como el porcentaje capacitación que tienen que aportar”, afirmó la funcionaria.
Apólito consideró que el sector de software está “lo suficientemente maduro” para pensar que puede exportar calidad en términos de innovación y licencias, no horas hombre.
“Yo imagino que con los nodos las empresas de software de San Juan se dediquen a pensar soluciones al sector de la minería y que puedan ser ellas las que aporten a las pymes y multinacionales las soluciones tecnológicas para llegar a una minería 4.0, y que las empresas no traigan un llave en mano desde Australia porque la empresa que se instala es australiana”, aseguró, y sostuvo que “el concepto es que estos nodos tengan alguna especialización orientada a la matriz productiva donde están insertos. Lo mismo con la biotecnología. Además de lograr esta coordinación virtuosa entre Estado, academia y sector productivo; buscamos que se orienten a la matriz productiva para que sea más competitiva localmente. Si después que logramos la competitividad local salimos a vender las soluciones al mundo, mucho mejor”.
Fuente: Télam- por Andrea Delfino