Tras el debate que se dio en el Segundo Foro de Movilidad Sustentable organizado por la Cámara Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (CAVEA) con el apoyo y presencia de la Delegación de la Unión Europea en Argentina, la semana pasada, los principales actores buscan avanzar con una ley que dé impulso al sector.
Las empresas, proveedores y entidades asociadas con la electromovilidad buscan avanzar con una ley de Promoción de la Movilidad Sostenible que favorezca el crecimiento de la producción de vehículos eléctricos en el país, algo que viene incrementándose desde el sector privado de manera constante.
Argentina tiene varios proyectos en marcha desde el sector privado como son los casos de Sero Electric, en la provincia de Buenos Aires, Coradir (el auto Tito), en San Luis, Hamelbot, en Misiones (de la empresa FANIoT), el auto GOU, en la provincia de Corrientes, Green Co, y Volt Motors, entre otros, como Vulletic primera estación de carga de industria nacional con 60 % componente local. Al respecto CAVEA en resguardo de la industria pre existente local están preocupados para que haya igualdad de condiciones entre lo importado y local, y que no suceda lo mismo que la apertura ejemplo de los alimentos.
Pero, además, existen entidades que no fabrican automóviles, como las mencionadas anteriormente, pero están asociadas al sector de la electromovilidad y tienen interés en que se desarrolle el sector, como es el caso del Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC), en el que está implicada la incorporación de conocimiento científico y tecnológico local en el desarrollo del sector.
La electromovilidad es una industria en auge. Las ventas mundiales de autos eléctricos pasaron de 130.000 unidades en 2012 a más de 10 millones en 2022. Argentina tiene posibilidades de insertarse en este mercado en crecimiento. Cuenta con una industria automotriz tradicional y con litio, materia prima indispensable para la producción de baterías. Pero el camino hacia la transición no está asfaltado, y Argentina no definió aún una estrategia clara para transformar el sector.
Para diseñar los cambios necesarios es útil mirar las experiencias de países con condiciones similares que ya pusieron en marcha iniciativas.
Trazamos rutas críticas para la industria de la electromovilidad local a partir del estudio de los casos de México, Brasil, Polonia, Tailandia e Indonesia.
¿Qué tiene que hacer Argentina para insertarse en la cadena global de producción de vehículos eléctricos?
De acuerdo a las experiencias relevadas, es clave:
Implementar incentivos económicos a la oferta y la demanda de VE, focalizando en segmentos con mayor potencial de electrificación como buses y vehículos comerciales livianos y estableciendo condicionalidades.
Promover inversiones y regulaciones para desarrollar la infraestructura de carga, condición fundamental para incentivar el uso (y la compra) de autos eléctricos en el país.
Poner en marcha alianzas estratégicas entre empresas públicas y empresas globales líderes en estas tecnologías para desarrollar la producción de baterías de litio. A pesar de contar con el recurso, Argentina entra tarde a una carrera tecnológica avanzada y se necesitan altas capacidades de I+D e inversiones.
Definir una clara estrategia de inserción internacional para el sector de la electromovilidad, que contemple las posibilidades de complementariedad con Brasil.
Establecer una institución específica del sector con la capacidad para consensuar una estrategia para el desarrollo del sector y diseñar e implementar las políticas necesarias para llevarla a cabo.
Coordinar la definición de metas de transición
De los cuatro tipos de metas que suelen plantearse, en Argentina sólo existen metas de stock de VE, que fueron definidas por distintos ministerios nacionales. Esta descoordinación dificulta la posibilidad de establecer una estrategia coherente e integral, conduce a una posible superposición de acciones y recursos, y merma la credibilidad de dichas metas. A su vez, es importante que estas metas no estén vinculadas sólo a objetivos ambientales, sino que tengan en cuenta otras dimensiones como la producción o la infraestructura de carga de VE.
Promover y focalizar incentivos económicos a la oferta y a la demanda de VE
Los incentivos económicos, tanto a la oferta como a la demanda de VE, son un instrumento de política frecuentemente utilizado para la promoción de mercados de nicho y para la adopción comercial temprana de los VE. Hasta el momento, Argentina tampoco cuenta con este tipo de incentivos.
La experiencia de los países analizados muestra que la implementación de incentivos económicos va acompañada de una focalización o segmentación. Un ejemplo podrían ser los buses o vehículos comerciales livianos, segmento donde Argentina se ha ido especializando, principalmente en el caso de pick-ups medianas.
Promover asociaciones público-privadas para el desarrollo de infraestructura de carga eléctrica
Teniendo en cuenta que la infraestructura de carga eléctrica pública en el país es incipiente y que esta es una condición fundamental para incentivar el uso (y la compra) de VE en el país, es relevante implementar estrategias para su desarrollo.
La infraestructura de carga es costosa de instalar y de mantener por eso es beneficioso promover asociaciones público-privadas y focalizar el desarrollo de esta infraestructura en segmentos específicos de mercado.
Como complemento, podrían promoverse asociaciones de empresas estatales (como YPF) con terminales automotrices, siguiendo el modelo del sudeste asiático, donde las empresas petroleras y de energía eléctrica estatales están teniendo un rol clave en la extensión de la red de cargadores.
Promover significativos esfuerzos de I+D para la fabricación de celdas y baterías
El litio es un insumo clave para la producción de celdas de batería de ión-litio y Argentina dispone del 10,4% del total de reservas mundiales. Sin embargo, los factores que determinan el éxito de la producción de baterías van más allá de la presencia del insumo. Alcanzar la rentabilidad en la fabricación de celdas y baterías requiere de escala y de vanguardia tecnológica. Argentina entra tarde a una carrera tecnológica avanzada que requiere significativos esfuerzos de I+D, en especial en el altamente competitivo segmento de la electromovilidad.
Las empresas públicas pueden jugar un rol clave. Un ejemplo de esto es el proyecto desplegado por YPF con Y-TEC y la UNLP. El mayor desafío de proyectos como este será alcanzar alianzas estratégicas con compañías líderes del segmento que les permitan escalar industrialmente, obtener financiamiento y posicionarse como una opción de abastecimiento para el mercado doméstico y regional.
Diseño de una institución especializada
La experiencia de países como Tailandia muestra la importancia de contar con una institución público-privada específica del sector. Esta entidad debería estar conformada por actores estratégicos del sector y deberá tener la capacidad técnica y política para diseñar e implementar las políticas necesarias para abordar los desafíos que enfrentan las empresas ante los crecientes cambios tecnológicos de la industria.
Definición de una estrategia de inserción internacional
Es preciso que las nuevas políticas se enmarquen en una clara estrategia de inserción internacional. Esto implica promover y fortalecer los acuerdos comerciales que faciliten el acceso a mercados externos. Así podrán sortear las restricciones iniciales de escala del mercado interno argentino, e incluso las del propio Mercosur. Un primer y fundamental paso sería definir una estrategia de especialización, en complemento con Brasil, y traducirla en medidas concretas.
En la Cámara de Diputados se desarrollo el 25 y 26 de marzo pasado, el Foro Legislativo de Movilidad Sostenible, un evento que reunirá a actores claves del sector público y el sector privado, de cara a debatir proyectos de ley que fomenten el desarrollo de la electromovilidad.
Foro de Movilidad Sustentable
Se trata de una nueva convocatoria, con una cámara baja renovada, que tiene como fin situar al país en la agenda mundial del plan de descarbonización económica y de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, algo en lo que Argentina asumió el compromiso.
Marco legal
Argentina, mediante la Ley Nº 24.295, aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y por la Ley Nº 25.438, aprobó el protocolo de Kyoto, de esa Convención. Además, mediante la Ley N° 27.270, aprobó el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Las normas comprometen a la Argentina en el escenario internacional a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, entre ellos la reducción de la emisión de dióxido de carbono (CO2).
En ese marco, se encuentra la promoción de la electromovilidad a través del fomento al parque automotor de Vehículos Eléctricos (VE) y Vehículos Híbridos Eléctricos (VHE), que poseen emisiones nulas y reducidas de gases de efecto invernadero.
Tras varias discusiones para avanzar con un proyecto de ley que favorezca en Argentina la creación de empresas fabricantes y proveedoras de la electromovilidad, resta ver si tendrá chance de avanzar esta nueva iniciativa.
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