Periferia

21 de Abril de 2024

Argentina se mantiene entre los 10 países con mayor desarrollo de la biotecnología

En los últimos diez años creció 70% la creación empresas de base tecnológica en ambos campos del conocimiento. El rol clave de la política, y la preocupación por el "anti-estatismo" libertario.

De acuerdo a los datos arrojados por el Primer Censo Biotecnológico y Nanotecnológico nacional, las empresas con este tipo de base de desarrollo han llevado a la Argentina hasta el top 10 mundial y al primer puesto a nivel regional.

Santa Fe, Buenos Aires, CABA y Córdoba son las provincias que, a través de sus políticas de impulso y de su capital científico acumulado se apuntan entre las principales del país.

El posicionamiento de nuestro país en el plano mundial fue definido según una comparación realizada con el observatorio de firmas biotecnológicas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

381 empresas

El censo nacional fue realizado gracias a un trabajo conjunto de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) con la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB), el Consejo Federal de Inversiones y el Centro de Investigaciones para la Transformación de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

El trabajo arrojó que en todo el país hay radicadas unas 340 empresas biotecnológicas y 41 nanotecnológicas, es decir 381 en total, que destinan su trabajo a la provisión de productos y servicios de todo tipo.

En el desglose, las empresas biotecnológicas poseen 146 plantas productivas en Argentina, de las cuales más del 60% cuentan con el certificado de buenas prácticas de manufactura, mientras que el 27% cumple normativas sanitarias y regulatorias para la exportación a otros países del mundo.

Según se observa uno de los cuadros difundidos por el censo, en cuanto a la distribución geográfica de las empresas argentinas, el primer puesto se lo lleva la provincia de Buenos Aires, con 95 firmas que representan un 28% del universo biotecnológico.

Le siguen la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con 87 empresas y un 25% de la torta; en tercer lugar, está la provincia de Santa Fe con 77 firmas y un 22%; y en cuarto lugar aparece Córdoba, en donde se contabilizaron 53 emprendimientos que totalizan un 15% del total.

Los datos del Primer Censo:

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/presentacion_resultados_censo_bionano_28.11.23.pptx.pdf

Un país con ley

Hoy Argentina cuenta con una Ley que promueve la bio y la nanotecnología, y es clave para incentivar la creación de nuevas empresas en ambos campos. Esta herramienta es clave para prolongar el otorgamiento de beneficios fiscales a las empresas que inviertan en estas áreas estratégicas del conocimiento. Su objetivo es promover la inversión en tecnología en diversos sectores de destacada fortaleza en nuestro país, e impulsar la creación de miles de puestos de trabajo en todo el territorio. La Ley original N° 26.270 fue aprobada en 2007 con una vigencia de 15 años y se refería exclusivamente a la Biotecnología Moderna.

¿Qué es la Biotecnología Moderna?

La Biotecnología es una amplia rama interdisciplinaria de las ciencias biológicas que consiste en toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. Su desarrollo se basa en conocimientos de la biología, la bioquímica, la microbiología, la bioinformática, la biología molecular y la ingeniería genética. La biología molecular, en particular, es una rama de la bioquímica que gira en torno a lo que conocemos como Dogma Central de la Biología, y que dice a grandes rasgos que el ADN se transcribe en ARN y el ARN se traduce en proteínas. La vida en nuestro planeta se basa en este Dogma Central. El sistema científico argentino se caracteriza por una sólida comunidad de biología molecular en diferentes modelos: plantas, animales, microorganismos. La fortaleza de esta comunidad deriva muy probablemente de la tradición científica argentina en fisiología y en química biológica, que nos ha dado tres premios Nobel, sin ir más lejos.
El gran salto de la Biotecnología Moderna se explica principalmente por los avances en biología molecular, es decir, en una profunda comprensión de la actividad de los genes, que permite modular su expresión para mejorar productos y procesos, así como diseñar vacunas y nuevas terapias génicas. Sin embargo, para transformar conocimientos de biología molecular en biotecnología, -ciencia en aplicaciones tecnológicas-, se requiere de una inversión muy alta y sostenida. Y también requiere de una dinámica vinculación del sistema científico con el sector productivo. Todavía existe una brecha importante entre el potencial derivado de nuestros avances científicos, y la posibilidad real de desarrollar tecnologías que generen riqueza, sustituyendo importaciones e incluso incrementando la exportación de productos y servicios de alto valor agregado.

¿Qué es la Nanotecnología?

La Nanotecnología es la manipulación de la materia a escala nanométrica (con al menos una dimensión del tamaño de entre 1 a 100 nanómetros). Se trata de una interdisciplina porque en ella convergen conocimientos de la química, la física, la biología, la ciencia de materiales y las ingenierías. La nanotecnología comprende el estudio, diseño, creación, síntesis, manipulación y aplicación de materiales, aparatos y sistemas funcionales a través del control de la materia a nanoescala, y la explotación de fenómenos y propiedades de la materia a dicha escala. Cuando se manipula la materia a una escala tan minúscula, presenta fenómenos y propiedades totalmente nuevas. Considerada una tecnología de propósito general por su capacidad de ofrecer innovaciones a industrias muy disímiles entre sí como la medicina, los alimentos y la electrónica, la nanotecnología se ha convertido en un campo de relevancia en el desarrollo científico y tecnológico de los países, y la Argentina no es la excepción. En la actualidad, el país cuenta con 335 grupos en 91 institutos de ciencia y tecnología que desarrollan líneas de investigación en el tema y, a su vez, según el relevamiento realizado, existen 73 empresas nacionales que comercializan productos o procesos con sus aportes o están en proceso de hacerlo. La nanotecnología está presente en nuestra vida cotidiana, por ejemplo, en barbijos, kits de diagnóstico, vacunas, agroinsumos sostenibles, medicamentos para cáncer, remediación de aguas contaminadas, entre otras cosas.

¿Qué pasa en la era Milei?

La Ley votada en el Congreso durante la gestión de Alberto Fernández es clave para incorporar la Ciencia y Tecnología como motor industrial. Para ello, en ambos campos se considera crucial el rol del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que Milei degradó a Secretaría y que hoy padece despidos y recortes de programas de manera constante.

Es que la innovación y la creación de nuevas empresas no es fruto únicamente del carácter emprendedor del sector privado sino de una instancia gubernamental que se debe abrir a pensar y diseñar la política científico tecnológica nacional, así como para definir el lugar que queremos que la ciencia, la tecnología y la innovación ocupen en un proyecto de desarrollo soberano de nuestro país. Hoy eso está en retroceso. El anti-estatismo libertario no es una buena señal para un sector en emergencia.

Es más, esta ley se encuentra además en concordancia con otras dos leyes: la Ley de Economía del Conocimiento y la Ley de Financiamiento de la Ciencia y la Tecnología. Como antecedente para el caso de la Nanotecnología, se generaron normas complementarias y aclaratorias que rigen el Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento creado por la Ley N° 27.506 y su modificatoria, reglamentado por el Decreto N° 1.034 de fecha 20 de diciembre de 2020 para incluir a la Nanotecnología. La encargada de la ejecución operativa del régimen era la Subsecretaría de Economía del Conocimiento, ahora transformada en Secretaría, otra señal de la importancia que tiene el conocimiento para nuestro país.

Entre estos beneficios, el actual proyecto de ley contempla que quienes accedan al régimen de promoción podrán obtener: (1) amortización acelerada del Impuesto a las Ganancias, (2) devolución anticipada del IVA, (3) otorgamiento de un bono de crédito fiscal correspondiente al 50% de los gastos destinados a las contrataciones de servicios de I+D con instituciones del Sistema Público Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Los beneficios fiscales se modifican para que sean compatibles con la Ley de Economía del Conocimiento, aprobada en 2020 y que ya ha mostrado números muy claros de lo que el aporte del Estado puede lograr en los sectores del conocimiento: U$S 6400 millones en exportaciones de servicios basados en el conocimiento en 2021. El 1% del PBI representaron los Servicios basados en el conocimiento, asociado a 454 mil puestos de trabajo; la aprobación de 529 empresas en el régimen de Promoción de Economía del Conocimiento; más de 200 empresas de biotecnología en todo el país; 764 proyectos aprobados en el marco de esta Ley, sólo por citar algunos números relevantes.

La era Milei, con su régimen de desarticulación del Estado está poniendo en riesgo el crecimiento de un sector considerado “estratégico” por su alta incorporación de I+D.

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