Entrevista a Mariano Cipollone, tecnólogo en geociencias/ Por Julio Longa, Andrea Romero y Damián Ierace, para la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Argentina posee una de las reservas de litio más grandes del mundo ubicada en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. Junto a Bolivia y Chile, nuestro país integra el llamado “triángulo del litio”. Estas regiones son verdaderos tesoros energéticos, ya que contienen depósitos de salmueras ricas en litio. Con tres proyectos de explotación en marcha y decenas en etapas preliminares, el mineral es para muchos una oportunidad, para algunos un negocio, para otros una amenaza.
Mariano Cipollone es docente-investigador de la UNAJ y trabajador de YTEC, la empresa de base tecnológica de gestión conjunta entre el CONICET e YPF. En esta charla con Tesis explica la importancia del litio en el contexto de la transición energética en el país, los intereses en pugna, y su visión acerca del camino que debería seguir el país de cara a un proyecto de industrialización sustentable del recurso, que parta del consenso de las comunidades y contribuya con su desarrollo y bienestar.
¿Qué es el litio y por qué es tan importante para nuestra economía y para nuestro proyecto de país?
El litio toma relevancia ante la necesidad de tomar medidas frente al cambio climático. Estamos en una situación de aumento de la concentración de gases de efecto invernadero que absorben la energía solar. El globo se calienta, cambia el clima drásticamente y esto nos está afectando a todos. Y mucho más a los países en desarrollo o periféricos. En ese contexto, el litio toma relevancia porque, si bien no es un elemento que entrega o genera energía, como la que se genera a partir de los combustibles fósiles, lo que hace el litio es almacenar. Muchas de las nuevas energías que se están desarrollando (hidrógeno, solar, eólica) no son fáciles de usar en forma directa. Entonces, se requiere un almacenamiento, y el litio es el mejor elemento para eso. Es el más liviano de los metales, es un elemento que tiene el potencial electroquímico más alto. Puede transformar, almacenar energía y puede actuar de forma reversible. Todos nosotros tenemos encima algunos gramos de litio: en nuestros celulares, computadoras, elementos electrónicos que usamos en nuestras casas o en el colectivo. Todos esos equipos tienen litio porque hoy es el elemento que más se usa para generar baterías. Baterías que pueden reciclarse muchas veces, pueden cargarse y descargarse muchas veces sin alterarse. Lo usamos como un almacenador de energía. Y así como el litio llegó muy rápido a la electrónica para uso cotidiano, también se está metiendo mucho en el tema de la movilidad. Uno de los grandes consumidores de combustibles fósiles es la movilidad. Nos trasladamos siempre a base de nafta y gasoil y eso está cambiando por los compromisos asumidos por los países para reducir la emisión de dióxido de carbono, y para reducir eso, se requiere litio. Entonces cuando hablamos de mover un vehículo, ya consideramos mayores cantidades de litio para los autos eléctricos, por ejemplo, ya que es una de las grandes estrategias de cambio en cuanto a movilidad. En Buenos Aires se ven circulando monopatines. También usan litio, y cada vez en mayor cantidad. Entonces, el litio es un almacenador de energía y empieza a jugar un rol importante en la transición energética.
¿Y en Argentina hay grandes yacimientos de este mineral?
Exacto, en lo que se conoce como el Triángulo del Litio, que está en el norte de Argentina, Chile y sur de Bolivia. Se calcula que cerca del 60% del litio que hay en el mundo está en este lugar. Y de ese 60%, el 24 o 25 % está en Argentina. O sea que nuestro país es un lugar central para poder adquirir ese litio. Así que hay que pensar a ese mineral como una gran oportunidad para los cambios que se necesitan en el país. Y que sea un impulsor de esos cambios, que puedan cambiar la cotidianidad de la gente, que podamos estar un poco mejor a partir de la explotación del litio y no cometer errores del pasado donde la explotación no dejó mucho para la gente que habita el territorio donde está este mineral.
¿En qué etapa está el desarrollo del litio en nuestro país?
Actualmente en nuestro país hay entre 2 y 3 proyectos activos. En salinas, el litio está en las salmueras, o sea en soluciones de sal muy concentradas que tienen una cantidad considerable de litio. Esos proyectos actualmente están en Jujuy, Catamarca y Salta, son los que están activos, donde ya se está extrayendo y se está exportando. El método de extracción que se realiza es a través de la evaporación del agua de las salmueras. Se va concentrando esa salmuera por diferencias entre las solubilidades de las distintas sales presentes, se va concentrando el litio hasta que se llega a una concentración determinada que está apto como para poder transformarlo en carbonato y luego con una reacción con carbonato de sodio, se transforma el litio en carbonato de litio grado batería, que es lo que Argentina en este momento produce y exporta. Eso es lo que se está haciendo hoy. Y hay muchos proyectos en estado de prospección, es decir, se está terminando de establecer cuánta es la cantidad, qué grado de viabilidad tienen, cómo se haría ese desarrollo, cuáles son las instalaciones que se necesitan y se está avanzando en muchos proyectos. Entre 30 y 40 proyectos están mirando eso.
¿Qué proyección tendría el Litio para nuestro país, de darse todas estas condiciones, teniendo en cuenta la importancia que empieza a tener este mineral para todo el planeta?
El carbonato de litio es un sólido que se exporta, pero es la materia prima para empezar a producir las baterías que tienen un proceso de industrialización más complejo. La oportunidad es enorme. Como decíamos, se calcula que tenemos entre el 24 y 25% de todo el litio que hasta ahora se conoce que existe en el planeta. O sea que la oportunidad es muy grande. Pero también, al ser un mineral, un commodity, hay que tener cuidado con que esa oportunidad no sea una explotación que nos deje sin nada al final del camino. Actualmente el valor del litio es muy alto porque hay muy pocos proyectos, muy poca producción. Se conoce que esa producción va a aumentar y eso va a reducir el precio. Entonces, hoy hay una ventana de oportunidad grande por ese precio que quizás empiece a bajar. Y cuando empieza a bajar es donde empieza a tener valor la industrialización. Entonces, es ahora, con este precio y en esta situación en donde hay que trabajar fuerte para poder lograr la industrialización en el país.
Pensando en los conflictos de intereses que se presentan y de cara a lo que viene en nuestro país: ¿Cuánto puede impactar que se imponga un modelo de país que propone la ausencia del Estado o uno que busca la participación estatal en estas cuestiones? ¿Qué escenario se puede llegar a presentar en función de la contienda electoral entre estos dos modelos?
YTEC es un proyecto que se inaugura en 2015. La idea de juntar a YPF, la empresa más grande e importante del país, con el CONICET, el principal organismo de investigación y desarrollo, en una empresa para poder hacer desarrollos tecnológicos que cambien la matriz productiva en el ámbito energético a nivel país, y así generar trabajos de mayor calidad. Ese es un modelo. Un modelo es intentar, como busca el proyecto de Ley que mencioné, que un porcentaje se industrialice en el país. Se van a empezar a producir baterías y se van a empezar a usar para algunas necesidades que tienen las Fuerzas Armadas, para escuelas y poblaciones que están aisladas, para usos estratégicos del país. Ese es un modelo: lo podemos hacer nosotros, tratamos de que esos desarrollos impacten de forma positiva en el país, tratamos de que los proyectos dejen trabajo de calidad en nuestro país. Y el otro modelo es: quiero exportar con la promesa de los capitales que se llevan el commodity y nada queda para los habitantes de este país.
¿Cómo se planea la industrialización del litio?
un proyecto muy importante desde Y-TEC que se propuso el desafío de resolver, desagregar, el paquete tecnológico. Esto quiere decir: entender cómo se hace una batería y todas sus partes. Si uno tomara la batería y la desarmara, en todas sus componentes, en Y-TEC actualmente la “Misión Litio” está dedicada a resolver cada una de esas partes. La “Misión Litio” desarrolla nuevas tecnologías para la explotación de toda la cadena de valor del recurso impulsando la industrialización nacional con la producción de baterías, celdas, materiales activos y electrolito, en colaboración con el sistema científico nacional, universidades, organismos y empresas innovadoras. Como ejemplo, para que funcione una batería hacen falta electrodos, electrolito, membrana y controladores electrónicos. Esos son los puntos centrales de una batería y en el país esa tecnología no se dominaba. Actualmente se está empezando a dominar a través de los trabajos hechos en Y-TEC. Se está instalando una planta de producción de baterías en conjunto con la Universidad Nacional de la Plata y la Agencia Nacional de Promoción Científica. Este año se van a producir baterías a partir de carbonato producido en el país. El litio es un mineral; si nosotros producimos y exportamos el carbonato, las regalías que deja son muy bajas, del orden del 3% para las provincias. Es un enorme recurso, pero para el que lo industrializa, que le permite generar trabajo de calidad, buenos sueldos a su gente y todo lo que eso derrama en la sociedad y todo este proceso de industrialización se hace fuera del país. La idea es que pase acá, y para que eso suceda lo primero que hay que hacer es dominar la tecnología, saber cómo hacerlo, y esto es lo que está haciendo Y-TEC hoy.
Hay empresas privadas que intervienen sobre esta extracción y que son las que terminan exportando el litio para sus otras empresas internacionales. ¿Cómo regula el Estado nacional y los estados provinciales esa explotación?
Hay proyectos de empresas extranjeras: australianas, japonesas, de Estados Unidos, que ya están interviniendo y exportando. Ellos exportan el litio, y los grandes interesados, en general, vienen del sector de movilidad, del transporte, y también de las grandes tecnológicas que producen telefonía, computadoras y todo eso. Actualmente, lo que estamos haciendo es solamente exportar el carbonato de litio. Hoy se habla mucho sobre la nacionalización del litio. No soy un experto en términos legales, pero entiendo que esa nacionalización exige una modificación de la Constitución Nacional. Hay un proyecto de ley que se está tratando actualmente en el Congreso, que me parece que es un poquito más alcanzable, que exige que entre un 5 y un 20% del litio que se produce en el país sea industrializado en el país. Entonces, se trabajaría el litio con la tecnología dominada en el país y una legislación que obligue a que parte de la industrialización se haga acá.
¿Se requieren grandes inversiones para hacer un desarrollo industrial del litio en Argentina?
Claro, la estrategia es tomar la decisión de decirles a los grandes interesados del mundo en el litio, que vamos a extraer, de forma responsable, sustentable, con acuerdos sociales, pero un porcentaje de eso se va a tener que hacer acá. Vas a tener que industrializarlo en el país, e idealmente en las provincias. Porque estamos hablando de zonas históricamente postergadas, y estaría bueno que esos beneficios que la gente de esos lugares ve por la televisión y escucha en los discursos, los pueda palpar, los pueda ver, los pueda sentir y que les deje algo a los habitantes de esos territorios donde el litio está. Y eso se puede hacer, es cuestión de tomar una decisión política. Obviamente cuando vos estás entrando a un negocio como este, hay muchos y muy grandes intereses, pero es una pelea política que se puede dar.
¿Mencionaste el acuerdo social y eso nos remite a lo que está pasando en Jujuy? ¿Cómo analizás el conflicto allí teniendo en cuenta que uno de los ejes tiene que ver con que las comunidades originarias reclaman que se los escuche antes de avanzar con estos desarrollos?
Yo creo que lo primero que debe tener un desarrollo de este tipo es el consenso social. Lograr el acuerdo social de los habitantes del territorio. Lo que está pasando en Jujuy es que se hizo una modificación de la Constitución que está alterando cuestiones que tienen que ver con la posesión para poder acceder a los territorios por parte de la provincia o de los interesados. Y, por otro lado, se sigue incrementando la penalización sobre las protestas sociales. Son dos aspectos que si uno los mira dice: van a sacar el litio y nosotros nos vamos a quedar sin nada. Creo que ese es el gran reclamo de las comunidades. Yo trabajé muchos años en YPF y vi y viví cómo llevó adelante desarrollos de recursos estratégicos en temas energéticos (petróleo) en el sur, en la Patagonia, en lugares muy postergados donde se armaron pueblos alrededor de lugares donde se producía, y en todos esos pueblos se crearon y generaron comunidades. Sentido comunitario con mucha participación, y mucho apoyo a la sociedad por parte de la empresa que quería hacer ese desarrollo. Y lo quería hacer no solo con el acuerdo social, sino también con el desarrollo de esas personas.
Una industria que además impulse el desarrollo de toda una región…
Exactamente, el desarrollo de la región, el desarrollo local, y eso se puede ver. Se dio a lo largo de los años en la Patagonia, en muchos lugares y se está viendo hoy. No es solo el acuerdo o el consenso social, acordar con los pueblos originarios, sino también que sus hijos puedan acceder a un trabajo de calidad, a un mejor sueldo y al bienestar. Eso se puede hacer, y yo creo que ahí es donde el rol de una empresa estatal toma relevancia y pasa a ser importante. O sea, YPF crea una empresa: YPF Litio, que hizo acuerdos con Catamarca para tener acceso a esos recursos, está haciendo prospección y va a hacer esos desarrollos con consenso social pero además con sentido de pertenencia del pueblo, de la comunidad y para su desarrollo.
Con respecto al tema ambiental, algunos plantean que ese tipo de explotación puede afectar negativamente a esos territorios.
Todos los proyectos que se hagan deben tener, en primer lugar, un análisis de impacto ambiental y tienen que hacerse en consenso con las comunidades. Respecto al impacto, una de las ventajas, desde el punto de vista productivo, es que nosotros tenemos al litio en ambientes muy áridos, muy secos. El método actual, método evaporítico, va evaporando el agua de la salmuera, entonces, cuanto más rápido se evapora el agua, más rápido se va concentrando y la producción llega antes. De todas maneras, es un proceso lento. El gran riesgo desde el punto de vista ambiental es esa gestión del agua. Si bien es un agua que no es consumida actualmente, porque es extremadamente salada, sí puede alterar el equilibrio del agua en esos lugares, entonces tiene que estar bien estudiado y claro que no esté afectando. Y otro de los desafíos tecnológicos que existen es cambiar ese método por un método que deje de ser evaporítico. En eso también se está trabajando no solo en YTEC sino en muchos de los centros de investigación del país, para que el impacto ambiental sea más bajo.
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