Periferia dialogó con Roberto Rivarola, miembro del Directorio de CONICET y Director del Instituto de Investigación IFIR-CONICET, sobre el ajuste en el presupuesto del organismo.
¿Cómo está impactando la coyuntura económica en el desempeño de la ciencia?
El presupuesto del 2019 tiene incremento en lo nominal pero no tiene en cuenta la inflación y la devaluación, pero en 2018 no llegó el dinero para programar el año. Las unidades ejecutoras han cobrado el 40% del dinero que corresponde a funcionamiento.
¿Qué respuestas dieron las autoridades políticas del Gobierno, al respecto?
Las autoridades nacionales nos dijeron que en marzo se saldaría el resto, pero esos dineros no llegaron. El problema es que tenemos un déficit en funcionamiento pero también en equipamiento porque no se renovó el equipamiento que ya estaba aprobado. Eso hoy en día no se va a ejecutar. Así los proyectos no pueden desarrollarse.
¿La situación es de parálisis o los institutos hoy siguen funcionando a pesar de la restricción presupuestaria?
Los institutos siguen desarrollando investigación porque hay material para seguir trabajando. No son dineros extraordinarios. Las políticas financieras no apuntan a un desarrollo ordenado de la ciencia y la tecnología. El incumplimiento es algo cotidiano. No tenemos más que expresarnos para que se revierta el achicamiento del sistema científico y tecnológico.
El directorio de CONICET reclamó por la situación ¿Qué los llevó a tomar la decisión?
Fijamos posición para que no piensen que todo el directorio piensa igual. Los investigadores sufren esta situación a diario, la queja y la insatisfacción es permanente.
¿Estamos ante una nueva fuga de cerebros de la Argentina?
Puede que algunos se vayan pero no veo fuga de cerebros, es relativo. Los más capacitados pueden irse, pero no todos.