El ex Secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación, del Ministerio de Ciencia, Diego Hurtado, cuestionó con dureza la situación actual del sistema de Ciencia y Tecnología.
“Hoy, la ciencia ya no está en peligro: está padeciendo una demolición concreta y acelerada”, dijo sin rodeos Diego Hurtado, doctor en Física de la UBA y que cuenta con una extensa carrera que lo ha llevado a ser protagonista del campo científico en el área de la energía nuclear, pero también con un rol importante como funcionario en el área de Ciencia y Técnica dentro del Estado.
Hurtado es, sobre todo, un apasionado divulgador, por lo que aprovechamos ese ímpetu para sumar su punto de vista sobre el complejo escenario planteado para las ciencias por el gobierno de Javier Milei.
Claro, Hurtado tiene una visión negativa sobre cómo está hoy la ciencia argentina bajo la conducción libertaria, pero, como buen hombre del campo científico, tiene una explicación al respecto. Su pasado como funcionario del gobierno de Alberto Fernández tampoco le impide ser crítico con esa gestión. El físico, que adora hablar de la historia de la ciencia en la argentina, pasó por el ciclo “Nexo Científico”, que organiza la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCUYO, y habló unos minutos con Unidiversidad, momento que aprovechó para enmarcar un dato clave: la percepción sobre las ciencias que tiene la sociedad.
“Si miramos las encuestas de percepción pública de la ciencia y la tecnología, da una percepción social muy positiva, con matices o claroscuros, dependiendo de la región, pero, en promedio, da una percepción muy positiva y con muchos elementos de juicio. No es que todo lo que viene de la ciencia es bueno porque ayuda a la sociedad. No, es más que eso. Un porcentaje importante de encuestadas y encuestados te puede hablar o mencionar instituciones científicas, recuerdan los logros de la ciencia y la tecnología durante la pandemia”, analizó Hurtado. Entre esos “logros”, el físico destaca la vacuna Arvac, la primera vacuna nacional. Asimismo, esas nociones positivas son, para el divulgador, una suerte de anticuerpos. Ahora bien, ¿anticuerpos para qué? En principio, son para estar lo más firme posible ante las medidas de desfinanciamiento.
Alemania, Estados Unidos, Corea del Sur, etcétera, en ningún caso tuvieron ministros ni directores o presidentes de grandes instituciones que les echaran la culpa a los científicos. Si estamos equivocados, que nos muestren el camino para ir por la orientación correcta. Ahora, si no tenés idea de lo que hay que hacer, no les eches la culpa y no me vengas con un diagnóstico sobre la utilidad”
Diego Hurtado,
Qué hacer con la Ciencia y la Tecnología
Para el ex funcionario del Ministerio de Ciencia (degradado a Secretaría en diciembre de 2023) “Hay una disputa por el sentido común y qué lugar ocupa el sentido común de las y los ciudadanos. Quiero decir, qué va a hacer nuestro país en términos de su imaginario con la ciencia y la tecnología. Porque los imaginarios son los que después se consolidan en orientaciones, en políticas públicas, en opciones de voto”.
Hurtado fue a ejemplos recientes en la historia para precisar por qué ahora es un momento de extrema preocupación para las instituciones científicas. Por un lado, trajo la experiencia con Mauricio Macri, sobre quien dijo que, por ser muy adepto a las encuestas y a los focus groups, en campaña afirmó que en ciencia y tecnología “se habían hecho las cosas bien y que lo que se había hecho bien se iba a conservar, pero fue una mentira”, remarcó.
Ni todo igual ni todo lo mismo
Luego, en la gestión de Alberto Fernández, el físico tuvo roles importantes, ya que fue secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación y, luego, vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) hasta diciembre de 2023. “Así como yo digo que Macri mintió en campaña, cuando hablo de ciencia y tecnología, yo no sé si Alberto Fernández mintió, pero hizo algo muy diferente a lo que se esperaba que debía hacer. Por ejemplo, con la cuestión salarial. Si bien hubo inversión, algo que no se vio fueron aumentos en los salarios”, comentó.
Entonces, si ponemos foco en cómo está la ciencia hoy, Hurtado es lapidario: “Pareciera que estamos en un escenario un poco más cruento. Hoy, la ciencia ya no está en peligro, ya está padeciendo una demolición concreta y acelerada”.
¿Por dónde se sale?
“Me parece que hay que empezar a construir algo, empezar a tratar de pensarlo en el marco de las cuatro décadas de democracia, porque se ven patrones”, dijo Hurtado, que destacó que, cuando asumió Raúl Alfonsín, “empezó una historia para la ciencia y la tecnología llena de sinuosidades, de claroscuros, y así y todo, con esa historia, el sector de ciencia y tecnología en Argentina logró cosas enormes”.
Para el físico, es muy difícil esquivar que entre 2003 y 2015 hubo un proceso, con ejemplos como el Programa Raíces de repatriación de científicos y científicas, que generó un bucle productivo para todo el sector I+D. “La agenda de ciencia y tecnología se define en función de un proyecto de país. Entre 2003 y 2015, tuvimos un episodio un poco irregular, que fue de 12 años de continuidad. Entonces, empezamos a ver al octavo, noveno, décimo año, una orientación definida. El sector espacial era impresionante, tenías la sala limpia de Invap (empresa de energía nuclear) donde había cuatro satélites, la sala limpia de un país del primer mundo. Además, había inversiones y, alrededor de eso, universidades creando ingenierías en electrónica, ingeniería espacial, todo lo que pudiera acompañar. Crecía en Argentina un nuevo sector de su economía de altísimo valor agregado. Cuando vos ponés un termómetro, si hay desarrollo o no hay desarrollo, este es el síntoma de desarrollo: la aparición de nuevos sectores en tu economía vinculados a alto valor agregado”, remarcó.
“Ciencia útil”
Entonces, con esta realidad, en la que diferentes y variadas voces del campo científico coinciden en que el desfinanciamiento va a ser muy contraproducente, se abren muchos interrogantes. Mientras tanto, desde el Ejecutivo, las voces que se escuchan son a favor de la ciencia instrumental, la ciencia útil.
“¿En qué te estás basando para presuponer que nuestros científicos producen conocimiento inútil? Eso lo puedo refutar en 15 minutos. Además, es importante demostrar que las políticas que funcionaron, desde Alemania, Estados Unidos, Corea del Sur, etcétera, en ningún caso tuvieron ministros ni directores o presidentes de grandes instituciones que les echaran la culpa a los científicos. Si estamos equivocados, que nos muestren el camino para ir por la orientación correcta. Ahora, si no tenés idea de lo que hay que hacer, no les eches la culpa y no me vengas con un diagnóstico sobre la utilidad”, cerró Hurtado.
Entrevista para Unidiversidad, de la Universidad Nacional de Cuyo.
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