Tras la resolución 64/2020, publicada en el Boletín Oficial, con la que el Gobierno decidió restituir un predio de 1,2 hectáreas a la Universidad Nacional de San Martín, que el macrismo buscaba quitarle para otorgarlo en concesión a una empresa privada, el rector Carlos Greco habló al respecto.
En una entrevista para el programa radial Gobierno de Científicos, por Radio Caput, Greco se refirió a la extensa disputa que inició en 2018, cuando la Agencia de Administración de Bienes del Estado publicó la decisión de entregar el predio de la universidad al Ministerio de Transporte para el “Plan Ferroviario”.
La beneficiara era Nuevo Central Argentino (NCA), propiedad de la gigante Aceitera General Deheza (AGD), una de las principales exportadoras del sector agropecuario del país.
Por eso, desde el rectorado de la universidad apuntaron a que su fin era relocalizar actividades que la compañía hacía en la estación Colegiales. Allí, buscaban avanzar con desarrollos inmobiliarios.
Periferia: ¿Como inicia el conflicto que deriva en la decisión del Gobierno de restituir los terrenos a la UNSAM?
Carlos Greco: Este problema se traduce como una reivindicación de la educación superior como una política de estado, esa Política de Estado requiere de parte de los gobiernos de turno las decisiones que dan cuenta del financiamiento que las sostiene, esto puede ser recursos financieros o recursos físicos materiales, o de infraestructura, en este caso es una decisión histórica la del Gobierno, por la cual un predio que había sido destinado históricamente a la actividad ferroviaria y que desde la década del 90 estaba abandonado y hasta vandalizado, se decide reasignar parte de ese predio de un uso y una función pública ferroviaria a un uso y una función pública del conocimiento a una universidad. Pero el hecho político, más allá de la cuestión normativa y práctica, es que el gobierno anterior había decidido desafectar parte de esas hectáreas que tenían como uso el desarrollo de un campus tecnológico (donde conviven la generación, la transmisión y la aplicación de conocimiento) al uso ferroviario de una concesión de un privado, pero lo más inconducente y alocado es que esa desafectación tenía, en sus fundamentos, un proyecto ferroviario inaplicable, inviable e imposible de financiar, que era reconvertir todo el transporte ferroviario metropolitano, con 30 mil millones de dólares.
P.: Pero, ¿Cual es la lectura política, entonces?
C.G.: Lo que querían en realidad era compensar al privado con una parte del Campus Miguelete, porque le habían sacado la playa de maniobra y los depósitos de Colegiales. Se trata del grupo NCA (Nuevo Central Argentino) de la Aceitera General Deheza (AGD). Nosotros no estábamos de acuerdo con esa medida por dos motivos, en principio porque afectaba los intereses de una política pública que era la de la educación superior, y segundo porque estaba destinado a compensar a un privado. Nosotros, como hecho político, resistimos esa medida y logramos que entrara en suspensión, en lo normativo. Los que resistimos fuimos la comunidad de la UNSaM, la universidad, las fuerzas políticas locales, las organizaciones civiles, los estudiantes, los no docentes, los docentes, todos, con abrazos y movilizaciones que lograron un efecto político contundente. Este gobierno recompone la situación y restituye esos terrenos que ya le pertenecían y que tienen parte de las obras comenzadas en ese lugar.
P.: ¿Que tiene proyectado hacer la UNSaM en esos terrenos restituidos?
C.G.: Como concepto general la universidad es un espacio donde se transmite conocimiento, es decir aulas, bibliotecas, laboratorios de docencia, donde se genera conocimiento, laboratorios y espacios de investigación, y donde se aplica el conocimiento, que son los desarrollos tecnológicos. En esa punta del Campus, tenemos previstos dos hitos importantes, que tienen que ver con el proyecto de una escuela secundaria técnica, donde formamos a los chicos, con una visión más integradora e inclusiva que son los chicos de los barrios de José León Suárez, que para que ellos se incorporen al proceso formativo como un puente para que lleguen hasta la universidad. Queremos que parte del proceso formativo lo hagan en la universidad, para comenzar a tener contacto, pero por otro lado hacer un centro de desarrollo tecnológico, donde se radiquen emprendimientos de nuestros egresados y profesores para aplicar esos conocimientos a partir del conocimiento básico.
P.: ¿Fue prioritario el cambio de signo político para que se desenvuelva esta territorialidad que la UNSaM tiene con la comunidad?
C.G.: La universidad tiene una tradición, nuestra universidad que es joven, tiene 28 años, tiene en su mochila la tradición centenaria que viene de la reforma del 18, autonomía y co-gobierno, y de la tradición mas temprana del peronismo, que le incorpora la gratuidad y el acceso irrestricto, y esos valores trascienden a los gobiernos de turno, por lo que el proyecto de la Universidad Nacional de San Martín se fue construyendo, se fue desplegando, más allá de los gobiernos locales. Por supuesto que tiene una gran orientación hacia el desarrollo industrial y tecnológico, pero también la Justicia Social. Nuestra universidad está orientada a generar movilidad social ascendente, porque más del 70% de nuestros estudiantes son primera generación de universitarios, por lo que tenemos una fuerte apuesta a generar mayor Justicia Social, y además con rankings muy altos de rendimiento de la investigación y el desarrollo tecnológico, con lo cual nuestra performance y nuestra vinculación con los territorios va más alla de los gobiernos locales, aunque, por supuesto, cuando son gobiernos que tienen afinidad con estos valores tenemos mayores posibilidades de desplegarnos. Pero, además, nosotros somos una universidad nacional, y eso quiere decir que dependemos del presupuesto público nacional, que lo aprueba el Congreso, más allá del gobierno. No dependemos ni financieramente ni políticamente del gobierno local. Con la idea de territorialidad entendemos que la Educación es un concepto amplio que convoca no sólo a la Universidad, sino también a las escuelas medias y a otras instituciones que están comprometidas con la Educación. Ese es un ámbito propicio que dialoga más allá de las políticas partidarias y que compromete a todos los actores alrededor de la educación que creemos que es un factor de transformación. Cualquier amenaza a una organización genera mayor cohesión y ahí vimos mayor fortaleza para convocar a actores externos. De hecho el municipio de San Martín hizo una presentación formal ante la Agencia de Adminstración de Bienes del Estado (AABE), declarando a ese territorio como Educativo, de modo tal que no se pudieran hacer otras funciones o actividades que no fueran educativas, y eso para nosotros es de un valor inconmensurables.
P.: ¿Como se trabaja el tema de brecha digital en pandemia?
C.G.: Hicimos una encuesta, un diagnóstico, a todos nuestros estudiantes, de los que contestaron un 60%. De ellos, un 5% tenía dificultades materiales para conectarse, por tener un solo dispositivo para toda la familia. Hicimos una campaña de donación donde todos los miembros de la comunidad hicieron donaciones, con las que compramos equipos informáticos y los estamos entregando en comodato a los estudiantes que tienen dificultades. Estamos comprando 40 computadoras.
P.: La UNSaM fue de las que más visibilizó su capacidad de desarrollo de soluciones ante la pandemia ¿Cual es el telón de fondo de lo que se viene haciendo en la UNSaM?
C.G.: Desde lo conceptual hay una conjunción de actitud y aptitud. La aptitud tiene que ver con que la universidad ha hecho durante muchos años de la formación básica y la investigación básica una fortaleza. Y después está la actitud de que los investigadores pudieron reconvertirse rápidamente y dar una respuesta reasignando parte de sus procesos de investigación y desarrollo a esta nueva necesidad. Esto es un capítulo importante desde lo conceptual. Nosotros como universidad joven que estamos vinculados a la Justicia Social, tenemos que resignificar ese concepto de autonomía, migrando a una autonomía responsable que construye saber dialogando con la realidad. Hoy la pandemia está interpelando a la universidad, y la universidad no puede hacerse la distraída. En las bases es donde se da esa respuesta. Cada uno de los investigadores, en los trabajadores no docentes o estudiantes han respondido a esta necesidad. Lo que desarrolló la UNSaM no es un gran descubrimiento, por ejemplo , en el caso de los tests rápidos de detección del coronavirus, es un desarrollo tecnológico, rápido, eficaz y contundente de un equipo que trabajó 24 horas por día y esa es la actitud. En cada proyecto y equipo de la UNSaM, los del suero hiperinmune, los de la vacuna, los del proyecto de respirador, hay una conjunción de un saber intelectual y de una acción al servicio de la sociedad.
P.: En tu rol de rector de una universidad que tiene un despliegue territorial muy fuerte, una densidad de investigadores muy notoria ¿cuando te toca hablar con intendentes, gobernadores, ministros, llega o no llega el mensaje de la capacidad transformadora del conocimiento en términos políticos?
C.G.: Hoy tenemos que poder sostener esta gran valoración de las universidades y del sector científico tecnológico, como de lugar. Tenemos que mantener activa esa sensibilidad, las universidades son instituciones de base pesada. Las universidades están en un triángulo, en cuyo vértice se encuentra la sociedad, el Estado y los académicos. El principal cometido de una institución es tratar de que estos tres intereses se cohesiones y favorezcan a la universidad, sino la “tupamarizan” porque tiran para su lado y la descuartizan. El principal valor que tiene la universidad para generar esa cohesión es el valor social de lo que produce, no solo económico y transformador, sino que tiene que sensibilizar a la sociedad, al organismo de financiamiento que es el Gobierno y a los propios académicos para que también respondan y no sean autónomos libres y se dediquen a investigar el sexo de los ángeles y no las necesidades que tiene la gente. Cuando hablamos con intendentes le hablamos de laboratorios pero también de cosas sociales, de poner un satélite en órbita, del medioambiente, nuestras disciplinas trabajadas de forma pluridisciplinar tienen un sentido. Los tiempos de la política y del conocimiento son diferentes pero hay que poder ir conciliándolos. Nuestro gran capital en la UNSaM es haber trabajado 10 o 15 años en investigación básica que hace posible que hoy hagamos este desarrollo tecnológico. Sin esa investigación básica era imposible el desarrollo tecnológico. No hay desarrollo sin investigación básica, pero no se puede hacer sólo investigación básica. La ductilidad es ir haciendo dos o tres cosas a la vez, formar profesionales, académicos, trabajadores que no van a llegar a la universidad y que debés propiciar su formación y hasta la de estudiantes secundarios. No todo es alta tecnología. Nosotros hacemos de todo.
P.: Ya está entrando en agenda la discusión del Presupuesto 2021 ¿Que expectativas tenés para el año que viene, en relación con los cuatro años de los que venimos en los que las universidades reclamaron 4700 millones de deuda por gastos de funcionamiento?
C.G.: Este año tenemos expectativa porque va a haber un plenario en agosto con la idea que se apruebe la propuesta que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) va a elevar. Vamos a incorporar todos los acuerdos paritarios que se hayan consolidado, el 90% del presupuesto universitario es gasto de personal, por eso vamos a actualizar todas las partidas presupuestarias por acuerdos paritarios, y una recomposición de los gastos de funcionamiento y de inversión. Tenemos la certeza de que este gobierno va a incluir unas partidas para desarrollo institucional y para el fortalecimiento de determinadas áreas estratégicas. La ventaja es que tenemos un espacio de diálogo y de construcción en común con la cartera educativa, que en otros años no ocurría, porque unos ibamos para un lado y ellos para el otro. Hoy hay diálogo, nosotros tenemos una propuesta que va a ser dialogada con la cartera educativa y estoy casi seguro que va a tener un capítulo importante de financiamiento para las universidades.