Por Estefanía Cendón – Entrevista original de Ignacio Jawtuschenko, Secretario de Extensión de la Universidad Nacional de Guillermo Brown.
El licenciado en Organización Industrial y director General de Ambiente de ACUMAR Bruno De Alto, destacó el rol de la innovación y la investigación en las universidades nacionales, al referirse al vuelo que está alcanzando el sistema de ciencia y tecnología nacional, ante el avance de la pandemia.
En una entrevista ofrecida al periodista Ignacio Jawtuschenko, en el marco del ciclo de charlas que la Universidad Nacional Guillermo Brown transmite a través de Instagram Live, el referente máximo de Ambiente de la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo habló de la importancia de articulación entre el sector científico, tecnológico y productivo y consideró necesario “desarrollar interfaces para transformar el conocimiento en productos”.
“Ciencia y Tecnología para el territorio” fue el eje articulador del encuentro. De Alto destacó la importancia de estas áreas para el desarrollo del país y tomó el caso de la Pandemia generada por el COVID-19 como disparador: “Cuando se sacaba la cuenta del posible número de personas que iban a necesitar respiradores este insumo se convirtió en un recurso estratégico. Con la Pandemia la tesis del libre mercado se fue al diablo: contar con un respirador se volvió importante para cada espacio, cada ciudad”.
Bruno Pedro De Alto, con formación en Organización Industrial en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y una especialización en Gestión de la Tecnología y la Innovación en la Universidad de Tres de Febrero (UNTreF) habló sobre la importancia de conseguir “autonomía tecnológica”, título de uno de sus libros publicados por Ediciones Ciccus.
Para ello, se basó en la definición de Jorge Sábato, para quien alcanzar ese objetivo implica que el país pueda decidir de manera soberana qué producir y qué no.
Una vez realizada la afirmación se abrieron una serie de interrogantes: ¿Cómo es hoy el vínculo entre el mundo científico y el mundo empresario? ¿Cuáles son las mediaciones entre el conocimiento de los organismos científicos y el sector industrial?
Transferencia de conocimiento al sector productivo
Para Bruno De Alto existe “un agujero entre esos dos mundos”. La fluidez entre el ámbito científico y las empresas está dada por las cadenas que surgen entre ambas instancias. Para ejemplificar, el especialista en Gestión de la Tecnología y la Innovación mencionó el trabajo de la Agencia I+D+i que asistió con financiamiento a muchos de los avances científicos logrados en el último tiempo. “Es necesario desarrollar las interfaces, los mecanismos de articulación que transforman el conocimiento en productos”, afirmó De Alto.
Otro de los temas analizados durante la entrevista fue la gestión de las agendas del desarrollo en los territorios. “La ciencia hace preguntas. La agenda de la ciencia son los problemas y la tecnología busca soluciones a esos problemas”, definió el director de Ambiente de ACUMAR. Asimismo sostuvo que, ante los limitantes que implica el “no podemos”, es necesario evaluar cuáles son los problemas particulares de cada sociedad y si se cuenta, o no, con las capacidades necesarias para comprar o desarrollar la tecnología requerida.
“La articulación entre conocimiento e industria no es lineal. Fue difícil salir del Neoliberalismo pero, en contraposición, entre 2003 y 2015 hubo un planteo que fue ´necesitamos una industria que funcione´. La capacidad tecnológica de un país es la de su máximo logro tecnológico”, sostuvo De Alto.
El rol de las universidades
De Alto, también hizo énfasis “en la necesidad de desarrollar una dinámica de planificación territorial aplicada desde el Estado”.
Así, consideró que las universidades se convierten en un actor estratégico para elaborar diagnósticos e investigar: “La ciencia se trata de método, no de lugar. La ciencia no sólo pasa por el CONICET: la universidad es un buen espacio para hacer investigación”.
ACUMAR, un nuevo desafío
Bruno De Alto hoy es trabajador del INTI, en licencia. En el Instituto se desempeñaba en el Centro de Micro y Nano Electrónica dentro de Área de Gestión de la Innovación. Recientemente asumió su cargo en ACUMAR, el organismo público encargado de articular políticas para el saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo.
De Alto definió que son tres los factores de contaminación del Riachuelo: residuos urbanos sólidos, residuos cloacales y los residuos industriales de elementos contaminantes. “El nivel de contaminación de un río es un acuerdo social entre todos. Si existen tres causas contaminantes eso quiere decir que hay tres vías de acción concretas”, aseguró el funcionario.
Según ACUMAR de las 6.000 empresas vinculadas a la Cuenca Matanza Riachuelo 800 generan contaminación. Desde el organismo se les pide a las empresas que armen un plan para mejorar esta situación y que logren su cumplimiento. Respecto al tratamiento de los residuos se verifica la tolerancia de lo que se vuelca, qué tipo de contaminante arrojan.
“No es lo mismo la concentración que el volúmen. Los valores se van bajando de manera periódica, por lo que es importante acompañar a las empresas para que mejoren” añadió el director de Ambiente de la Institución.
La nueva gestión de ACUMAR responde a esta dinámica de trabajo que consiste en señalar a quien contamina, no juzgar, y generar un proceso de acompañamiento para la actividad productiva. “Reconvertir las empresas para que sean adecuadas, no sancionadas”, sostuvo De Alto.
