Investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata detectaron Glifosato y otros contaminantes en el agua de cuatro escuelas y un jardín de infantes de Sierra de Los Padres, a raíz del uso de agroquímicos en la zona.
Los establecimientos afectados por esta situación son las escuelas primarias 8, 46 y 51, el jardín 46 y la secundaria 50, las cuales cuentan con agua con “contaminación por nitratos y/o el herbicida glifosato” y por lo tanto “representa un riesgo para la salud de las personas” y “no puede considerarse apta para consumo”.
El dato surge de un informe realizado por el Grupo Aguas, un grupo de extensión interdisciplinario de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que se propuso realizar un análisis químico del agua subterránea proveniente de perforaciones de escuelas periurbanas y rurales de la zona oeste de General Pueyrredon.
“Este estudio inició alrededor de 2016 cuando actores de la comunidad y vecinos nos dijeron que estaban muy preocupados por tener una forma de poder evaluar la exposición a plaguicidas porque se sabe que es una zona de producción intensiva y extensiva y el uso de estos es algo frecuente”, le comentó al respecto el director del Grupo Aguas, Leonardo Lupi, al medio La Capital.
El informe
Para ello, se estuvieron sacando muestras durante un año y medio de la laguna de Sierras de Los Padres, del arroyo La Tapera, de doce perforaciones domiciliarias y de siete perforaciones que corresponden a once escuelas.
“Arribamos a la conclusión de que la actividad agrícola está impactando sobre los cuerpos de agua”, indicó Lupi, en línea con el informe que señala como ?urgente? que “se tomen las medidas necesarias para asegurar la provisión de agua potable en dichos establecimientos”.
“Asimismo, consideramos primordial poner en conocimiento a la comunidad sobre esta situación, con el propósito de poder trabajar en la búsqueda conjunta de cambios y medidas necesarias para evitar que los sistemas productivos vigentes afecten bienes comunes como son el agua subterránea y los cursos de agua superficiales”, se agrega en el documento.
El investigador explicó que antes “era más frecuente detectar glifosato y su metabolito AMPA sobre la laguna de Sierra de Los Padres y en el arroyo, pero ahora se detectó en perforaciones de escuelas de la zona y en dos perforaciones que corresponden a cuatro establecimientos educativos se detectó glifosato en concentraciones superiores a lo que indica la normativa europea”.
“Para que el glifosato y el AMPA estén ahí tienen que recorrer todo el suelo y eso lleva mucho tiempo y es un proceso que es difícil que ocurra. Se necesitan muchos años y mucha carga de plaguicida para que eso llegue al agua subterránea. Es preocupante también porque no es algo sencillo de remediar. La contaminación que llega al agua subterránea permanece ahí, casi que no hay forma de quitarla, a menos que quites el agua con la contaminación”, agregó.
En este sentido, explicó que la normativa europea admite como máximo 0.1 microgramos de glifosato por litro de agua, pero la nacional se estira hasta 300 por litro.
“No podemos soportar mayor cantidad de carga de plaguicidas sin que nos hagan nada. Eso está relacionado con la concepción que se tiene sobre el cuidado del medio ambiente y la salud. En Europa prefieren mantener los ambientes limpios porque saben que con un ambiente limpio van a tener una mejor calidad de vida y una mejor salud”, sostuvo.
El modelo productivo, en foco
Volviendo a los resultados del informe, el también docente extensionista de la Facultad de Ciencias exactas y Naturales de la UNMDP y de la Facultad de Ciencias Agrarias de la misma universidad indicó que “esa agua subterránea no es la única vía de exposición para los pobladores de la zona, ni para nosotros”.
“Quienes vivimos en la ciudad no tomamos esa agua, pero sí estamos expuestos a contaminantes y la primera vía de exposición es la alimentación”, advirtió, por lo que sostuvo que ?es una problemática que afecta a toda la población” debido a que “estamos bajo un modelo productivo que utiliza este tipo de plaguicidas”.
Ante la pregunta de qué riesgo implican estos agroquímicos para la salud, Lupi manifestó que “hay muchos estudios que indican que inducen efectos en la descendencia y en el sistema inmunológico”.
“En el campo -continuó- se observa que cuando se aplican plaguicidas hay situaciones de erupción en la piel o alergias respiratorias para que la gente que está directamente expuesta. Después nosotros nos exponemos a través de los alimentos y puede tener efectos a largo plazo e incluso generar cáncer”, alertó.
Asimismo, el director del Grupo Aguas aseguró que no esperaban que el relevamiento arroje estos resultados. “Es muy difícil detectar estos plaguicidas en estas concentraciones en aguas subterráneas”, recalcó y analizó que haberlos encontrado es “un verdadero problema”.
Por último, advirtió que, si no cambian las políticas productivas en la ciudad y el país, esta situación de contaminación es “seguro” que “va a ir empeorando”. “No hay otra posibilidad”, concluyó.