La Lengua Argentina de Señas y el Código Braille –ahora incorporados en el Laboratorio de Idiomas de la UNaB– permiten derribar las barreras sociales de la discapacidad y tienden puentes para construir comunidad de una forma abierta e integradora.
Culturalmente, la mayor parte de nuestra capacidad humana para comunicarnos se la debemos a los sentidos de la vista y el oído, por lo que las discapacidades visuales o auditivas pueden representar para la persona una fuerte barrera para la vida autónoma y la integración social, familiar, educativa y laboral.
O no: porque hoy entendemos que las barreras para la integración de las personas con discapacidades tienen más que ver con el entorno social que con una condición física o de salud. Sobre todo, desde que existen herramientas como la Lengua de Señas o el Código Braille, que proponen modos de comunicación alternativos que posibilitan el acceso a la cultura, la educación, el trabajo y la vida social.
Lengua de Señas
La Lengua Argentina de Señas es un sistema de comunicación gestual con elementos verbales y no verbales, que ha permitido que las personas sordas e hipoacúsicas puedan integrarse en una comunidad lingüística abierta, de la que participan tanto ellos como quienes los rodean: “Proponemos conocer el alfabeto dactilológico, en el que las letras se representan con los dedos, y puedan desarrollar al máximo los recursos corporales para que los gestos y expresiones sumen recursos a la lengua”, explican Noelia Sánchez, Yomike González y Mariano Bruno Vidal, docentes del curso de Lengua Argentina de Señas que inicia en agosto el laboratorio de Idiomas de la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB).
“Se trata de compartir y favorecer otra manera de comunicar, y de ser parte del intercambio entre todas las personas”, señala a su vez Graciela Sedó, docente del curso de Código Braille, que es la última incorporación del Laboratorio de idiomas de la UNaB, en una oferta que incluye además Inglés, Francés y Portugués en diferentes niveles.
En la medida en que estas herramientas del lenguaje estén disponibles y sean conocidas en todos los ámbitos (familiares, docentes, amigos, espacios de trabajo y de atención), la integración de las personas con discapacidad auditiva o visual deja de ser una utopía y se transforma en una realidad muy concreta.
Código Braile
El Código Braille es un sistema de lectoescritura en relieve que permite a las personas ciegas o con baja visión acceder a la comunicación escrita mediante el sentido del tacto: “Se utiliza para la educación, el esparcimiento, la información, la cultura y diversas actividades cotidianas, como leer los envases de medicamentos y alimentos o carteles en espacios públicos”, detalló la profesora Sedó.
El curso de Lengua de Señas incluye el conocimiento y el entrenamiento en la gramática y el alfabeto y también los usos de la comunicación no verbal en temáticas y ámbitos específicos (familia, adjetivos, lugares del mundo, acciones cotidianas, períodos de tiempo, alimentos y colores), así como también las diferencias que existen con otros sistemas de señas.
Ambos cursos, que se inician en agosto, se desarrollan en modalidad virtual y son accesibles y abiertos a toda la comunidad. El Laboratorio de Idiomas de la UNaB abrió la inscripción a través del link www.unab.edu.ar/idiomas, y ofrece descuentos en el para sus estudiantes, docentes de todos los niveles, trabajadores municipales e integrantes de la Unión Industrial de Almirante Brown.
Seguir leyendo:
La UNaB abre un espacio para que las PyMEs se sumen a la Inteligencia Artificial
La UNaB abrió cursos gratuitos con salida laboral
La UNaB abre dos cursos para generar capacidades en nuevas tecnologías para la industria