Un grupo de seis especialistas, cuatro de ellos de la Universidad Nacional del Comahue, en Neuquén, encontró restos de organoclorados y de clorpirifos, dos productos usados para la sanidad frutícola y hortícola del Alto Valle provincial, en casos humanos analizados en la región.
Para el estudio se recolectaron placentas para analizar y la afectación involucra tanto a mujeres de zona rural como urbana.
Los investigadores de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) estudian los agroquímicos de uso actual, algunos de ellos prohibidos, al que se encuentran expuestas las mujeres en el Alto Valle.
En un adelanto de su tesis, el investigador Piuque Rodríguez, determinó la presencia de plaguicidas organoclorados y de clorpirifos en la placenta de las mujeres embarazadas de la zona. El trabajo fue presentado en un congreso iberoamericano de salud y medio ambiente, y a pedido de los editores fue publicado en el reciente número de la Revista de Salud Ambiental de la Sociedad Española de Salud Ambiental.
Estudiando los agroquímicos
Rodriguez, del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología del Comahue (CITAAC), Universidad Nacional del Comahue-CONICET, trabajó en esta investigación junto a Natalia Guiñazú, del mismo Centro; a Berta Vera, de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCo al igual que Celeste Muntaner; y a Karina Miglioranza del Laboratorio de Ecotoxicología y Contaminación Ambiental, Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), Facultad de Ciencias Exactas, al igual que Paola Ondarza.
“La investigación ha tenido buena repercusión”, dijo Rodríguez, licenciado en Saneamiento y Control Ambiental (FACIAS-UNCo). “En Argentina no hay trabajos publicados de este tipo, éste sería el primero que mide los niveles de plaguicidas que llegan a la placenta y qué efectos producen en la misma y en el desarrollo del neonato”, agregó.
La investigación
En el grupo de trabajo del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología del Comahue (CITAAC) recolectaron placentas de mujeres del Alto Valle y midieron las actividades enzimáticas de los objetivos que tienen los plaguicidas. Los organofosforados, que son unos plaguicidas muy utilizados en la actualidad, actúan sobre la enzima llamada acetilcolistenerasa.
“Nosotros ya la hemos analizado y encontramos que en las personas expuestas esta enzima se encuentra inhibida, es decir, la enzima deja de trabajar. En nuestro laboratorio demostramos que efectivamente estas enzimas de la placenta de mujeres que en las zonas cercanas a las chacras estaban afectadas por la exposición a plaguicidas”, señaló.
A partir de esos resultados, en este estudio publicado se analizó la presencia de los plaguicidas de uso histórico (organoclorados) y los de usos actual (organofosforados, herbicida y fungicida) en unas 20 placentas; aunque en la actualidad se están analizando unas 85 muestras.
“Demostramos que efectivamente los plaguicidas llegan a la placenta de las madres del Alto Valle, tanto rurales como urbanas. Esto nos llamó mucho la atención porque si bien encontramos mayor nivel de algunos plaguicidas en las muestras rurales, también vimos que todas las placentas tienen algún tipo de plaguicida”, confió el investigador.
Morfología de las placentas
También midieron la morfología de las placentas y el peso de los neonatos y el “peso ponderal” que representa el desarrollo del niño y que permite conocer que tan bien nutrido se encuentra dentro del vientre materno. Los resultados les permitieron conocer un correlación negativa: “es decir, a mayor nivel de plaguicidas, menor índice ponderal”.
Consultado acerca de si la causa sería la exposición a plaguicidas, el investigador confirmó esa hipótesis y aseguró que a mayor exposición a plaguicidas, menor peso al nacer.
Estudios
Otros estudios también demostraron que los plaguicidas están teniendo algún efecto en el desarrollo cognitivo y efectos en la placenta humana.
Rodríguez comentó que “lo más preocupante es que de todas las placentas que analizamos, no hubo casos en los que no encontramos presencia de plaguicidas en la placenta. Al menos un plaguicida, tienen todas”.
Según el investigador, esto demuestra que no solo estamos solo expuestos a los plaguicidas por su aplicación en el campo sino que existen otras vías adicionales de exposición que son muy importantes como los alimentos. “Por eso en el grupo analizamos además la presencia de plaguicidas en el medio ambiente. Hemos colocado muestreadores de aire y también estamos midiendo la presencia de plaguicidas en el agua. En poco tiempo tendremos los resultados pero es innegable que estamos todos expuestos a los plaguicidas”, agregó antes de revelar que también encontraron metabolitos de DDT, “un plaguicida que hace 50 años que no se aplica. Es tan persistente, que aún afecta la salud humana”.
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