Periferia

10 de Junio de 2019

Entre Ríos: contundente triunfo “anti-glifosato” en los principales centros urbanos

En medio de una fuerte disputa entre vecinos, ambientalistas, productores locales, entidades del campo y la Justicia por el impacto sanitario del uso de herbicidas en las plantaciones, el peronismo entrerriano, que promovió iniciativas "anti-Glifosato" en las tres ciudades más importantes, obtuvo amplio respaldo popular.

Paraná, Concordia y Gualeguaychú le dieron ayer un amplio respaldo a los candidatos del peronismo provincial de la fuerza Creer Entre Ríos, en medio de una fuerte disputa provincial por la fumigación en las zonas rurales con el herbicida Glifosato.  

Ambientalistas, vecinos autoconvocados, organizaciones sociales y representantes políticos vienen manteniendo una fuerte disputa con las entidades del campo como la Sociedad Rural, la Federación Agraria y la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) por el impacto cancerígeno del uso del herbicida.  

En esta controversia entre el Estado, vecinos, científicos y ambientalistas la Justicia entrerriana modificó una decisión del poder ejectutivo provincial, a cargo del reelecto gobernador, Gustavo Bordet, de permitir el uso del herbicida hasta los 100 metros de distancia de escuelas rurales.  

La corte llevó ese límite a los mil metros en tierra y tres mil en aire, en una decisión histórica para nuestro país. En todos los casos, las iniciativas “anti-Glifosato” provincialesmunicipales de la provincia de Entre Ríos tuvieron, además, el rechazo unánime de los representantes políticos de Cambiemos.  

Es más, el propio Mauricio Macri, montó una conferencia en la provincia de Entre Ríos, en abril de este año, considerando que el fallo judicial que en Entre Ríos retrotrae las distancias a las escuelas permitidas para fumigar es “irresponsable” porque “pone en riesgo más del veinte por ciento de la capacidad productiva agroindustrial de la provincia”. 

Propuestas anti-Glifosato 

Martín Piaggio, actual intendente, candidato de Creer Entre Ríos (FPV-PJ), quien impulsó la prohibición “por cancerígeno” del herbicida más usado para la fumigación en las plantaciones en 2018, consiguió un amplio respaldo popular, al obtener un 65,07% de los votos.  

Con el 100% de mesas escrutadas, Piaggio obtuvo un 65% de votos. El año pasado, en abril, impulsó el veto “total” al glifosato para su venta, transporte y almacenamiento.   

En segundo lugar quedó Javier Melchiori, candidato por Cambiemos, con un 20,98%; y en tercer lugar, se ubicó el vecinalista Domingo Carrazza, con un 8,03%. 

La ciudad de Gualeguaychú es el tercer núcleo urbano en importancia de la provincia de Entre Ríos (después de Paraná, la capital, y Concordia) con unos 73.000 electores habilitados para votar. El candidato del peronsimo fue respaldado con 35.383 votos a favor, en una ciudad donde votó el 77% del padrón. 

“Prohibición total” del Glifosato 

En abril del año pasado, Piaggio promovió la prohibición total del uso del herbicida más utilizado en las plantaciones locales. La iniciativa, que contó con nueve votos positivos del peronismo y tres votos negativos de Cambiemos, fue intensamente atacada por los productores locales del agro que buscaron anular la norma por “inconstitucional”. 

De esta manera Piaggio jugó muy fuerte en la controversia por el impacto sanitario que el uso del herbicida sobre la población local. De hecho, el día de la votación el Concejo Deliberante de Gualeguaychú contó con una presencia nutrida de vecinos que aguardaban que se diera aval a la histórica medida. 

La iniciativa finalmente fue aprobada por mayoría del Consejo y quedó prohibida de manera total la aplicación, transporte, almacenamiento y comercialización del glifosato en el municipio por considerarlo “una sustancia cancerígena”. 

La medida “anti-Glifosato”, del mes de abril de 2018, obtuvo el respaldo de los nueve legisladores del peronismo municipal y la oposición de los tres representantes de Cambiemos.  

Los vecinos, en ese momento, celebraron la decisión y le apuntaron a los representantes de Cambiemos, fuertemente influenciados por el lobby de los productores locales y de entidades como la Federación Agraria, la Sociedad Rural, la Aapresid y el propio Estado nacional. 

La ordenanza establece que “la prohibición (del uso del glifosato) no admitirá ningún tipo de excepciones posteriores (a la promulgación de la norma) y de ninguna índole” y estipula para los incumplimientos las penas establecidas en el Código de Faltas Municipal a las que se le sumarán decomisos y multas, que irán en aumento en casos de reincidencia. 

“En toda la provincia se está dando la pelea a favor del medio ambiente y de la producción de alimentos saludables para nosotros y amigables con la naturaleza”, le decía el concejal de Gualeguaychú Pablo Delmonte, del Frente para la Victoria, al diario Página/12.  

“En algunos lugares la pelea va bien, como acá, en Gualeguaychú, y en otros va de distintas maneras”, explicaba Demonte.  

Las palabras del legislador apuntaban a que las ciudades de Concordia y Paraná también emitieron ordenanzas similares contra el uso del glifosato, pero sólo para la zona urbana. En Paraná, el intendente Sergio Varisco, de Cambiemos (que cayó derrotado ayer ante el candidato de Creer Entre Ríos, Adán Bahl), la vetó.  

Justificación científica y controversia 

La ordenanza explicita varios considerandos para establecer la prohibición del uso del glifosato en el ejido de Gualeguaychú, entre los que se destacan que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), ámbito especializado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), confirmó la vinculación entre el herbicida glifosato y el cáncer, y lo incluyó en el Grupo “2A” de principios activos que se “clasifican como probables carcinógenos para los seres humanos”.  

El informe es resultado de un año de trabajo de 17 expertos científicos de 11 países, donde el máximo espacio para el estudio del cáncer de la OMS categorizó al glifosato, agroquímico más utilizado del mundo, pilar del modelo transgénico, en la segunda categoría más alta vinculada con esa enfermedad.  

“Hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenia en humanos”, declaraban.  

La evidencia “limitada” significa que existe una “asociación positiva entre la exposición al producto químico y el cáncer”, pero que no se pueden descartar “otras explicaciones”. 

El texto legal también sostiene que en el mismo informe, la IARC-OMS afirmó que el herbicida “causó daño del ADN y los cromosomas en las células humanas”, lo que guarda relación directa con el cáncer y las malformaciones, y detalló que se detectó glifosato en agua, en alimentos, en sangre y orina de humanos y que “la reciente clasificación de la IARC-OMS es consecuencia de la creciente evidencia científica generada por diversos investigadores independientes”.  

“Ahora, los grandes productores nos acusan de sancionar la ordenanza como una revancha por la 125, que acá sigue siendo un tema. Hace poco, De Angeli se mostró orgulloso, por televisión, de haber traído la soja y el glifosato a Entre Ríos”, siguió enmarcando Delmonte. 

Marcha de los barbijos 

La semana pasada, en el centro de Rosario, Santa Fe, ambientalistas, vecinos y organizaciones políticas y sociales se movilizaron en el día mundial del medioambiente  
por el impacto social y sanitario del modelo de agronegocios “que ha despoblado el campo y llevado a la gente a los cinturones de las grandes ciudades”.  

La “marcha de los barbijos”, tuvo eje en el mismo informe de la IARC-OMS. Allí, el dirigente del gremio docente de Rosario, Juan Pablo Casielo, indicó que “estamos muy preocupados porque hay un modelo productivo que está envenenando a la tierra y afectando la salud”.  

“Como gremio docente en particular lo sufrimos en las zonas rurales con escuelas que están siendo fumigadas, que afecta la salud de los docentes y los alumnos”, añadió.  

Daniel Romano, de la Comisión de Derechos Humanos de la localidad de San Lorenzo, ubicada en el polo exportador de granos más importante del país, dijo que en su zona “está naturalizado cambiar salud por trabajo” y reconoció que ese “es un logro de este proyecto de modelo extractivo”.  

“Enfrentar a las empresas y dadores de trabajo genera dudas y dificultades, pero hemos logrado la prohibición del uso del glifosato en Rosario y Santa Fe”, recordó Romano, quien se hizo ambientalista “porque tengo cuatro personas de mi entorno que murieron de cáncer”.  
 

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