El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), anunció que dispone de, al menos, ocho laboratorios en todo el país, y una decena de científicos “calificados y capacitados con el ANLIS-Malbrán y la Organización Panamericana de la Salud”, para hacer el diagnóstico, en caso de que por la descentralización, se requiera desde el Ministerio de Salud, su aporte.
Es que el organismo cuenta con una capacidad de investigación que permite hacer frente a la pandemia, tanto en equipamiento y como en formación y capacidad científica. De hecho comunicó que integra grupos de investigación para desarrollar un kit serológico y un inmunoterapéutico.
En tal sentido, desde el INTA afirmaron que buscan “aportar equipamiento, experiencia y personal al sistema público de diagnóstico, liderado por el ANLIS-Malbrán”.
“Como parte del sistema de ciencia y tecnología nacional, el INTA colabora con ANLIS-Malbrán con su equipamiento y experiencia”, aseguró Ariel Pereda -director del Instituto de Patobiología de INTA Castelar-. Entre las colaboraciones se destaca una reciente entrega de reactivos de laboratorio para la detección del coronavirus en cultivo celular”.
Kit serológico e inmunoterapéutico
A su vez, el INTA adelantó que participa en el desarrollo de dos herramientas urgentes para que estén disponibles en el corto plazo: un kit serológico y un inmunoterapéutico, basado en inmunidad pasiva.
El primero permite evaluar el impacto que tiene esta enfermedad en la población mediante el análisis de los rastros que deja el virus en el sistema inmune de la persona que fue afectada. “Colaboramos en la producción y diseño del kit de diagnóstico serológico”, detalló Pereda.
Con respecto a la herramienta terapéutica, el especialista especificó que se trata de un shock de un desarrollo para terapia de inmunidad pasiva que permitiría realizar un tratamiento específico para una persona en terapia intensiva que entre en crisis por la enfermedad.
Para ambos desarrollos, “el INTA aporta las plataformas de expresión en baculovirus, células de mamífero, nanoanticuerpos VHH, IgY de aves de corral y de suero policlonal en animales de laboratorio”, explicaron desde el organismo.
Coronavirus en la granja
Desde el INTA remarcaron el trabajo que realiza el organismo respecto al coronavirus en aves domésticas y silvestres, así como en bovinos, porcinos y murciélagos.
“En el INTA tenemos experiencia en estudiar coronavirus en bovinos, en aves domésticas y silvestres, en porcinos y hasta en murciélagos. Los coronavirus son patógenos que están indicados desde hace mucho tiempo como de gran potencial pandémico”, reconoció Pereda.
Asimismo, el especialista no dudó en asegurar que “esta crisis sanitaria tiene el mismo perfil de otras tantas como la influenza, el MERS o el SARS”. Es que, para Pereda, “en los últimos 30 años, el 80 % de las crisis sanitarias son por virus que saltan la barrera de especie y se transmiten desde los animales a los humanos, enfermedades conocidas como zoonosis”.
Investigar con mirada integral y multidisciplinaria
Entre los diversos motivos, por los cuales estas enfermedades cruzan la barrera de los animales a los humanos, Pereda destacó la intensificación de las producciones animales, la existencia de mercados de animales vivos en algunos países y el cambio climático que modifica la dinámica poblacional de las especies silvestres, de vectores y su interacción con los animales domésticos.
“En INTA hace muchos años que estudiamos esa frontera para entender la interfase humano-animal y cuál es el potencial de algunos patógenos para cruzar la barrera de especie y afectar a la salud pública”, explicó el investigador.
Desde hace vaios años, el INTA investiga para entender la interfase humano-animal y cuál es el potencial de algunos patógenos para cruzar la barrera de especie y afectar a la salud pública.
Para el investigador, resulta “clave” hacer previsiones y anticiparse a estas crisis sanitarias. “Desde el surgimiento del virus de SARS, en 2003, sabemos del riesgo que representaba el virus del coronavirus, Esta pandemia no nos sorprende, sabíamos que podía cruzar la barrera y afectar la salud pública, por eso continuaron las investigaciones al respecto”, reconoció Pereda.
Y recordó: “En 2005, comenzamos a desarrollar capacidades y montamos un sistema de detección y vigilancia de virus Influenza en aves silvestres en los laboratorios de Concepción del Uruguay ?Entre Ríos?, Balcarce y Castelar ?Buenos Aires?. Los análisis de riesgo indicaban que las aves silvestres acuáticas eran por donde podría ingresar este patógeno a las aves comerciales”.
“Para 2007, comenzaron las tareas de vigilancia en cerdos y para cuando llegó el virus de Influenza A H1N1, el INTA ya tenía la capacidad de detectar el virus de influenza en cualquier especie animal, incluidos la humana”, detalló Pereda quien recordó el aporte de tecnología al ANLIS-Malbrán para la detección de los primeros casos en el país.
Fuente: INTA Informa.