Un arqueólogo del Equipo Argentino de Antropología Forense, contó detalles del hallazgo de cuerpos calcinados en una comisaría utilizada como centro clandestino de detención por la dictadura militar, ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que desde agosto último juzga a Etchecolatz y al expolicía Julio Garachico por secuestros, torturas y crímenes cometidos en ese centro.
Un especialista del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) relató este miércoles el hallazgo de fosas de quema y de restos óseos calcinados de 15 personas en el predio de una dependencia policial donde funcionó el centro clandestino de detención conocido como “Pozo de Arana”, durante la última dictadura cívico militar.
El arqueólogo forense del EAAF contó este miércoles detalles de ese hallazgo ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que desde agosto último juzga a Etchecolatz y al expolicía Julio Garachico por secuestros, torturas y crímenes cometidos en ese centro.
El hallazgo
Ese hallazgo, ocurrido en 2008, avaló lo testimoniado en dos oportunidades ante la justicia por el albañil y militante peronista Jorge Julio López, que estuvo detenido en ese lugar y relató horrorizado el fusilamiento de detenidos y que solía sentirse un intenso olor a humo en los fondos de la dependencia ubicada en las afueras de la capital bonaerense.
“En el 2008 hicimos excavaciones en el Pozo de Arana, donde funciona la comisaría de Arana, con el objetivo de determinar la presencia o ausencia de restos óseos humanos y si había habido allí cremaciones clandestinas”, explicó el especialista.
Con la exhibición de un power point con imágenes a medida que narraba, Nóbile fue detallando el trabajo previo en el patio interno, el patio externo y un sector donde hoy funciona una unidad sanitaria de esa dependencia policial
El equipo forense debió quitar de los patios “numerosas bicicletas, motocicletas, automóviles y hasta una avioneta que había allí”, relató el especialista.
Según su testimonio, posteriormente comenzaron las excavaciones para acceder a los subsuelos y tras el hallazgo de proyectiles y vainas de alto calibre propias de armas de fuego de uso militar, en uno de los pozos sépticos de un patio interno, contra un tapial que registraba numerosos impactos de bala, se hallaron restos calcinados.
“En el límite oeste del patio interior, sobre el pozo séptico número 2 hallamos un perfil de tierra con concentración de restos óseos pertenecientes a la especie humana con signos de haber sido expuestos al fuego, como falanges de un miembro inferior junto a restos de neumáticos, de caucho derretido por la acción del fuego”, precisó.
Remarcó que “íbamos excavando y notábamos otras partes de restos óseos como cúbitos, radios, pero no parecía ser este el lugar original de la quema”.
Fue así que, continuando con la excavación en otros sectores, al analizar el patio exterior se encontró lo que Nóbile denominó “fosa de quema”.
Al analizar el patio exterior se encontró lo que el antropólogo denominó “fosa de quema”
“Encontramos una fosa de 2 metros de largo, 1 metro de ancho y 90 centímetros de profundidad con fragmento de neumáticos, proyectiles expuestos al fuego, restos de botellas de bebidas alcohólicas, y restos óseos humanos, es decir encontramos la estructura de combustión para la quema de cuerpos. Estas fosas mantenían in situ como fosa de quema de cuerpos”, aseguró.
El especialista detalló que se encontraron “3 pozos que se habían construidos para la quema de cuerpos”.
“Los 3 pozos para la quema de cuerpos eran fosas de 2 metros de largo por 1 metro de ancho y 90 centímetros de profundidad, en las que se usaban neumáticos para exponer cuerpos a la acción del fuego y por el olor podemos decir que se usaron para el inicio del fuego algún combustible líquido y también combustible vegetal, es decir madera”, detalló.
El integrante del EAAF fue rotundo al afirmar que en el Pozo de Arana “se quemaban cuerpos humanos mediante estas estructuras de combustión que descubrimos”.
Aclaró que los restos hallados “estaban muy fragmentados por la acción del fuego” y se estima pertenecerían a “unas 15 personas” pero reconoció que el estado de esos restos “dificultan mucho la extracción de material genético para identificarlos”.
“Esas fosas habían sido hechas entre 1975 y 1978, con fechas de rango establecidas por las monedas, que tenían fecha de circulación; y cospeles telefónicos hallados en el lugar”, puntualizó.
“Esas fosas habían sido hechas entre 1975 y 1978, con fechas de rango establecidas por las monedas, que tenían fecha de circulación; y cospeles telefónicos hallados en el lugar”, explicó el especialista.
Destacó que “Arana fue el primer centro clandestino donde se encontraron estas estructuras de quema, fue impactante ver las fosas de quema in situ”.
El Tribuna Oral Federal 1 de La Plata juzga desde el 30 de agosto último al represor Miguel Etchecolatz y al exjefe policial Julio Garachico por los secuestros, torturas y crímenes cometidos en el excentro clandestino conocido como “Pozo de Arana” en perjuicio del albañil Jorge Julio López; Norberto Rodas; Alejandro Emilio Sánchez; Patricia Dell Orto, Efraim Guillermo Cano, Ambrosio De Marco y el estudiante de La Noche de los Lápices Francisco López Muntaner.
Etchecolatz, quien ya acumula 8 sentencias por genocidio, llega al juicio cumpliendo condena en prisión; en tanto Garachico, exJefe del servicio externo de la Unidad Regional de La Plata. goza del beneficio de prisión domiciliaria.
El 30 de agosto último, durante la primera jornada del juicio el genocida, que exhibía en el pecho un cartel donde se leía “Señor Jesús si me condenan será porque defendí tu causa, se negó a responder preguntas y gritó al Tribunal que “ustedes no son mis jueces naturales, están violando la Constitución Nacional”.