Periferia entrevistó a Daniel Barraco, ex decano de la histórica Facultad de Astronomía, Matemática, Física y Computación (FAMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba, y actual director del proyecto “Plaza, Cielo, Tierra”, un parque científico de 150 hectáreas montado en el corazón de la ciudad de Córdoba.
Barraco habló sobre el proyecto que cuenta con pabellones destinados a actividades didácticas científicas que promueven la educación de chicos, jóvenes y adultos, en el que el Pabellón “Cielo” se destina a la enseñanza de conceptos sobre Astronomía, el Sistema Solar, Principios Físicos y el Pabellón Tierra en el cual se centrado en temas relacionados con la Geología, Capas de la Tierra, Espeleología, Paleontología, el Agua y el Fondo Marino, entre otras atracciones.
El proyecto, perteneciente a la Universidad Nacional de Córdoba y al Gobierno provincial, cuenta, además, con un Planetario con capacidad para 40 personas, 15 guías y coordinadores, estudiantes y egresados de la UNC, para dar vida a este espacio de comunicación pública de la ciencia.
Periferia: ¿Cómo inicia el proyecto Plaza, Cielo, Tierra?
Daniel Barraco: Hace dos años y medio inauguramos el planetario acá en Córdoba, originalmente donado por Francia, conseguimos la donación al conseguir los fondos, el gobernador (Schiaretti), me pidió, cuando yo era decano de la Facultad de Astronomía, Matemática, Física y Computación (FAMAF), y me dijo que hagamos un proyecto conjunto entre la UNC y la Provincia. Ahí llevamos el proyecto al Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba que tiene 150 hectáreas. Ahí le dije que en lugar de un observatorio hiciéramos un Parque de Ciencia. Empezó la obra, se paró por diversas razones cuando estuvo De la Sota, pero cuando asumió Schiaretti, nuevamente, en 2016, terminó de hacerlo. Ahí me hice cargo y lo arrancamos.
P.: ¿Que fue lo que motivó la realización de un proyecto de divulgación y comunicación de esta magnitud?
D.B.: Un planetario tiene que haber en la ciudad de Córdoba porque todas las ciudades grandes lo tienen. Buenos Aires lo tiene y es uno de los más lindos que hay, Rosario lo tiene, y Córdoba lo tenía que tener. Pero además, tiene que haber un parque de ciencia, para generar vocaciones y para divulgar la ciencia. Pero, además, en este proyecto aprendemos a hacer divulgación. Es un experimento didáctico porque estamos desarrollando instrumentos comunicacionales de todo tipo para poder divulgar ciencia, en Plaza, Cielo, Tierra. Tenemos astronomía, antropología, y también ciencias exactas y naturales en el parque de ciencia.
P.: ¿Que te aportó personalmente, en términos pedagógicos, la experiencia del parque científico, desde la comunicación de ciencia?
D.B.: Comencé a hacer divulgación a través de los medios de chico, por lo que alguna experiencia de comunicación tenía, pero además, cuando fui decano armé la especialización en posgrado, en divulgación científica, que era para gente de ciencias de la información o científicos que quisieran hacer divulgación. Por lo que alguna experiencia en la democratización del conocimiento científico tenía. Aprendí muchísimas cosas, pero como ya veníamos haciendo comunicación, cuando llegó la cuarentena, descubrimos que teníamos muchas herramientas para seguir generando contenidos a pesar del aislamiento, en diferentes formatos.
P.: ¿Cómo manejan la ausencia de público por efecto del aislamiento social?
D.B.: Nos ha ido bien, hemos hecho 150 piezas en videos, audios, podcasts, escritos, efemérides, artículos, teatro apuntando a ciencias, teatro de sombras, stop motion en biología de un personaje que recorre jardines y va encontrando plantas, animales, y va describiendo, estamos agudizando mucho para hacer cosas distintas. Hemos hecho “el planetario en tu casa”, unos videos muy lindos de Cielo, con lo cual a determinada hora avisamos a la gente, y a veces tenemos cinco o seis mil personas en línea cuando lo hacemos. Después lo guardamos y queda la actividad. Hay de todo, desde arte hecho durante la pandemia, con plástica, en un intento por enganchar, divulgar muchas cosas.
P.: El puntapié fue de la Facultad de Astronomía, ¿como fue la respuesta de las demás facultades para adherirse al proyecto de Parque de Ciencia?
D.B.: El proyecto empezó en la FAMAF, pero después el proyecto lo tomó el rectorado de la Universidad de Córdoba junto con la provincia de Córdoba, y ellos me llamaron cuando el edificio estaba concluído y el proyecto había que ponerlo en marcha. Empezamos a trabajar un año y medio dependiendo de la Provincia, hasta que se creó la Fundación y ahí cambiamos totalmente la forma de funcionar, durante otro año y medio. La Fundación tiene como miembros a la provincia y a la UNC, con un consejo de administración con partes iguales para ambos, tres y tres. En este caso yo soy el presidente de la Fundación.
P.: ¿Esta experiencia te permitió concluir si existe un cambio en el interés de las personas con respecto a la ciencia?
D.B.: Si veo un mayor interés de parte de los distintos entes gubernamentales en promover la ciencia. Da la sensación de que lentamente se han apropiado de la necesidad de que se divulgue ciencia y se aumenten las vocaciones científicas. Esto, más allá de que hay grupos de poder que tienen más interés en la ciencia y otros que tienen menos, o que esperan cosas distintas de la ciencia. Ahora, hay gente que está ansiosa de éstos proyectos, pero hay también un “no me interesa” de parte de gente grande, por lo que tenés que maravillarlos, sorprenderlos. La tecnología ha generado eso, han pasado tantas cosas en los últimos años con relación a la tecnología que parece que a la gente muchas cosas ya no le mueven el amperímetro y los divulgadores tenemos, pues, que movernos mucho para demostrar que la ciencia es sorprendente, y que realmente sorprende con sus conocimientos, sus saberes.
P.: Ahora. en el proyecto Plaza, Cielo, Tierra se difunde, imagino, en parte, la labor investigativa de la Universidad de Córdoba. ¿Las personas se sorprenden cuando ven lo que es producido en términos de conocimiento, en el país?
D.B.: Cuando uno transmite algún logro tanto de Córdoba como del país, como fue con el caso de los tests de coronavirus desarrollados acá, la gente queda como “shockeada” cuando se entera que en el país se desarrollan éstas cosas. Me ha pasado con investigaciones de punta, que yo he participado, en las que la gente jamás se imaginó que nosotros, los argentinos, pudiéramos estar, o que hubiera argentinos en esa área de trabajo. Yo inicialmente hice astrofísica y después migré a baterías de litio. Cuando hacíamos astrofísica, por ejemplo, el proyecto de ver un agujero negro, en abril del año pasado, a días del anuncio mundial de la primera imágen tomada a un agujero negro, estábamos en un congreso del grupo al que yo pertenecía antes, con gente de todo el mundo, así que hicimos base en Córdoba, anunciando los conocimientos que teníamos sobre la corona del agujero negro, los gases que lo rodean, la luz que emite. La gente quedó muy shockeada. Pero, además, me ha tocado ver gente muy sorprendida con conocimientos satelitales que tenemos. Yo trabajo y colaboro con CONAE, estuve en el directorio de hecho, y otra cosa que a la gente le sorprende mucho es los logros en el área espacial, y satelital, en particular, de la misma manera que se sorprenden con que seamos un país productor y exportador de reactores nucleares. Otra cosa es la sorpresa que generó los conocimientos que tenemos en el tema de las baterías de litio, aunque no consigamos inversiones, conocer la tecnología, conocer temas de punta. Cuando contás las patentes y proyectos en esto genera sorpresa en las personas. Hay un montón de áreas de ciencia donde tenemos vacancia, por ejemplo ingeniería espacial. Una vez que se despiertan las vocaciones científicas es muy importante ir generando proyectos de carreras en las universidades, en las distintas áreas disciplinares de cada rama de la ciencia. Se está logrando generar que la gente se interese cada vez más en la ciencia y que vayan con tendencia a las áreas científicas, investigación y tecnología. Por ejemplo, Biotecnología no existía hace 30 años, es necesario carreras nuevas que respondan a nuevas demandas.