La Jefa de Gabinete del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Carolina Vera, se refirió a la convocatoria lanzada por la cartera a cargo de Roberto Salvarezza, para elaborar un inventario sobre el uso de agroquímicos en el país.
Vera, quien es Doctora en Ciencias de la Atmósfera, ofreció, además, su mirada sobre la validación del uso del trigo transgénico HB4, cuestionado por parte de la comunidad científica por “acelerar el uso intensivo de agrotóxicos, causar daños ambientales y sociales y no resolver los problemas de la alimentación”.
La iniciativa anunciada por el Ministerio de Ciencia es inédita y se ajusta más a la agenda ambiental mundial que a las señales políticas ofrecidas durante los últimos años por las autoridades políticas nacionales de ciencia y tecnología y sus organismos asociados.
De hecho, organismos como el INTA, el SENASA, el propio ministerio de Ciencia y Tecnología y el CONICET, durante la gestión de Lino Barañao, tomaron posturas alineadas en favor del uso de agroquímicos justificando que “si son utilizados de manera correcta los riesgos para la salud humana y el ambiente son bajos o no existen”, como explica el estudio realizado por Skill y Grinberg, “Controversias sociotécnicas en torno a las fumigaciones con glifosato en Argentina. Una mirada desde la construcción social del riesgo”.
Giro sobre agroquímicos
En este sentido, Vera, confirmó que, al menos en lo que respecta al uso de agroquímicos la postura hoy es diferente por parte del Ministerio: “Hay un objetivo general en esta nueva gestión, que es generar el conocimiento y las capacidades para atender a los grandes problemas del país, y entre ellos se encuentra como hacer la producción más sustentable y con inclusión”, le dijo Carolina Vera a Gobierno de Científicos, por Radio Caput.
De hecho justificó la iniciativa explicando que “encontramos que, en esta temática y en otras hay falta de información de base, para saber cómo y donde estamos para poder generar políticas públicas”.
La propuesta de la cartera es reunir los trabajos de investigación realizados para que han estado midiendo el uso y el contenido de agroquímicos en el ambiente en el aire, organismos biológicos y el agua. “Esto se dio de una manera fragmentada, voluntaria, y justamente el inicio de este inventario es convocar a los grupos de investigadores e investigadoras para fortalecer estas capacidades”, aseguró Vera.
“Si uno busca sobre Glifosato, hay miles de trabajos, pero no en todas las temáticas hay formas de consolidar, integrar y concluir sobre la temática” y sostuvo que “a pesar de las oposiciones, esos inventarios y protocolos ya no se cuestionan, todos los países los tienen para generar políticas”.
“Los inventarios son insumos para entender donde estamos, y para generar formas de producción más sustentables”, dijo Carolina Vera.
El trigo transgénico HB4
Vera, además, se refirió al rechazo de más de 1500 científicos y científicas del CONICET, entre biólogos, especialistas en ambiente e ingenieros agrónomos a la validación del trigo transgénico HB4, resistente a la sequía, desarrollado en Argentina por el IBR-CONICET de Rosario y la empresa Biocéres, al que asociaron con el “uso intensivo de agrotóxicos”.
“El desarrollo del Trigo HB4 es resultado de más de una década de investigación, nosotros promovemos los desarrollos biotecnológicos porque realizan aportes fundamentales a la humanidad”, dijo Vera, quien no vinculó ese desarrollo con la posibilidad de uso intensivo del agroquímico Glufosinato de Amonio, producto al cual el transgénico es resistente.
“Las vacunas son variantes de desarrollos biotecnológicos, la biotecnología aplicada al agro, a la medicina, salva vidas”, aseguró la Jefa de Gabinete de la cartera científica, y sostuvo que, incluso “desde el punto de vista de la producción sustentable, apostar al trigo, respecto de la soja que es un monocultivo, es una transición que va en el sentido correcto, porque el trigo tiene un ciclo con beneficios para el suelo”.
Por otro lado, manifestó que “el HB4 se va a cultivar en la misma zona donde se cultivaba antes”, lo que implica que “la producción de este trigo no va a expandir la zona agropecuaria, el sector agrícola ganadero se está expandiendo hacia el oeste, para expandirse a otras zonas se requiere tecnología y suelos aptos, y la tecnología tiene un límite”.