En una entrevista reciente, Marco Antônio Chamon, que recientemente juró oficialmente como nuevo presidente de la Agencia Espacial Brasileña (AEB), habló sobre la posibilidad de que otro astronauta brasileño se una al equipo. Además de alianzas internacionales y nuevos planes. Consulta los puntos principales.
El ascenso de Chamon marca la sucesión de Carlos Augusto Teixeira de Moura, un militar retirado, quien fue nombrado durante la administración de Jair Bolsonaro. Licenciado en ingeniería eléctrica por la reconocida Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), Chamon cuenta también con una maestría en ingeniería y tecnología aeroespacial del prestigioso Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE), institución en la que participa activamente desde 1984.
Además, alcanzó la cima de sus actividades académicas al obtener un doctorado en electrónica de la prestigiosa École Nationale Supérieure de l’Aéronautique et de l’Espace (Supaero), ubicada en Toulouse, Francia.
Por su expediente académico y su extensa trayectoria en el INPE muchos lo consideran una figura formidable, preparada para navegar hábilmente en la intrincada red de la diplomacia espacial.
Como tal, su mandato abarca no sólo mantener el equilibrio entre las superpotencias, sino también guiar a Brasil hacia nuevas oportunidades innovadoras en las fronteras en constante expansión de la exploración espacial.
Protagonismo brasileño
Consultado sobre sus intenciones de asegurar un mayor papel brasileño en el escenario espacial, Chamon aclaró que en su gestión habrá más espacio internacional:
Brasil es conocido en el extranjero como un país diplomático. Así, el mundo ha sido testigo de una nueva fase de la carrera espacial liderada por Estados Unidos y China. En la entrevista, Chamon habló sobre las relaciones que tiene el país con las dos potencias.
Actuación brasileña en Artemis
Preguntado sobre el papel de Brasil en el proyecto Artemisa, el nuevo jefe de la agencia espacial explicó cómo Brasil puede participar más activamente:
Brasil puede cooperar con granjas espaciales, conocidas como agricultura espacial. No se puede poner una semilla en suelo lunar y esperar que florezca, pero hay que construir un recipiente donde se plantarán las cosas. Esto no es algo baladí, pero tenemos buena experiencia con Embrapa, una potencia del Agro que lidera procesos de este tipo en el país. Los acuerdos están a punto de firmarse y hay gran voluntad de ambas partes de trabajar en ello. Estamos intentando copiar esta idea con otras instituciones. Estamos pensando en algo con Petrobrás, pero aún es muy temprano. La idea es pensar en conjunto con otras instituciones y universidades. Nosotros estamos mirando.
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