En la ciudad de Roldán, en Santa Fe, se está finalizando la construcción de la primera planta productora de bioplásticos de Argentina. Se trata de Bionbax, una empresa dedicada a la biotecnología, instalada en el Parque Industrial “P. Jorge Oldani”. Con una superficie de 3.000 metros cuadrados, esta planta se prepara para comenzar la producción de insumos con diversas aplicaciones en la vida cotidiana, la salud y la energía, con el objetivo de reducir los riesgos ecológicos, ambientales y sanitarios asociados al plástico convencional.
El proyecto nace por su presidente, Ezequiel Sala, quien decide pasar a la industria plástica después de haberse dedicado 20 años al agro, en la parte de fertilizantes inoculantes biológicos. En línea con la sustentabilidad y el cuidado del medioambiente el emprendedor optó por enfocarse en los plásticos biodegradables y puso en marcha la iniciativa, que convierte a la empresa en una de las pioneras en su tipo en toda Latinoamérica.
Con las obras avanzadas, además de producir, la planta santafesina prestará servicios de laboratorio, investigación, desarrollo de nuevas tecnologías y producción escala piloto para terceros.
Biopolímeros
Si bien los bioplásticos o biopolímeros no son una novedad, su uso a gran escala aún no se ha alcanzado en el país. Hasta hace poco, estos materiales eran importados de otros países como Irlanda, Estados Unidos, China y Corea. Sin embargo, las restricciones a las importaciones impulsaron a buscar alternativas locales. Aunque se han realizado ensayos y prototipos en laboratorios argentinos, nunca se había logrado llevarlos más allá de la etapa experimental.
Con la producción a gran escala de bioplásticos, específicamente de poli-3-hidroxibutirato (PHB), Bionbax ofrecerá un insumo versátil con aplicaciones y usos diversos, desde productos de uso cotidiano como sorbetes, vasos, tapas y envases, hasta el sector de la salud, donde se podrán fabricar prótesis e insumos médicos. Además, el bioplástico también puede utilizarse para producir biogás de manera segura, sin generar riesgos ecológicos.
Actualmente ya se dispone de PHB en el sector de cosmética y medicina. Se utiliza principalmente para recubrimiento de pastillas medicinales y jarabe. También se lo utiliza para soluciones ambientales de desechos industriales describen desde la compañía.
Biodegradabilidad
Uno de los puntos destacados del bioplástico es su biodegradabilidad, lo cual lo hace cada vez más atractivo para la industria. Su fabricación se realiza de manera biológica a través de procesos de fermentación bacteriana y desechos derivados de otros procesos industriales. “Es un producto que se degrada 100 por ciento. Depende del tipo de compost que se haga, si es un compost industrial se degrada en 60 días, si está en un compost hogareño se degrada en 180 días y en agua se degrada en un año”, detallan desde Boinbax.
Un paso clave para el éxito de este proyecto fue la firma de un acuerdo entre Bionbax y el Jerzy Haber Institute of Catalysis and Surface Chemistry de la Academia de Ciencias de Polonia, un instituto pionero en el desarrollo de tecnología para la producción de biopolímeros. Como resultado de este acuerdo, Maciej Guzik, quien basó su investigación en la conversión químico-biotecnológica del polietileno en el biopolímero biodegradable polihidroxialcanoato (PHA), se unió al equipo de Bionbax. Su experiencia y conocimiento serán fundamentales para liderar el desarrollo de la producción de biopolímeros en la planta de Roldán.
La creación de la primera planta de producción de bioplásticos en Argentina generó expectativas y reacciones positivas en el ámbito científico, académico y en las bioindustrias que ya están en contacto con Bionbax. Desde la empresa aseguran estar abiertos a crear alianzas estratégicas con inversores con el objetivo de darle mayor escalabilidad al proyecto.
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