Ante la falta de mantenimiento de los aparatos de calefacción que pueden ocasionar pérdidas de monóxido de carbono, el CONICET desarrolló un detector que corta automáticamente el suministro.
El monóxido de carbono es considerado como un “enemigo invisible”, ya que es inoloro, incoloro, no tiene sabor y no irrita los ojos ni la nariz. Y es producido no solo por calefactores: también lo pueden generar calefones, termotanques, calderas, anafes o cualquier artefacto que utilice material combustible.
Debido a esta peligrosidad, que puede solucionarse en parte con la continua ventilación de los ambientes, existen dispositivos que miden este gas y advierten sobre su presencia.
Monóxido de carbono
En el mercado, existen artefactos medidores de monóxido de carbono que oscilan entre los $3.500 a los $40.000: cuentan con distintas prestaciones basados en la detección y la activación sonora de una alarma. Algunos incluso detectan la emanación de gas. La ventaja es que se activan antes de que las personas sientan algún síntoma de intoxicación, como mareos, náuseas, somnolencia o cansancio.
Cada dispositivo tiene un alcance entre 50 y 100 metros cuadrados, que debe analizarse según los ambientes que desean ser protegidos, más allá que siempre es recomendable tener uno en las habitaciones y otros lugares de descanso o en la cocina.
Lo que hay que tener en cuenta a la hora de adquirirlos, es que algunos no cuentan con certificación de organismos oficiales.
El interés por contar con estos dispositivos no es nuevo: desde el 2003 el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) comenzó a trabajar en ello y en 2016 el organismo obtuvo una patente por un eficiente dispositivo que corta el gas ante la presencia del CO. Aún no fue reglamentado en el país.
Miguel Ponce, uno de los investigadores del Conicet que desarrolló ese proyecto y actualmente cumple funciones en el Cificen (Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería del Centro de la Provincia de Buenos Aires) explicó que el funcionamiento del dispositivo, que, en caso de aprobarse, salvaría muchas vidas.
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