Claudia Vassena, directora del Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas perteneciente a la Universidad Nacional de la Defensa (UNDEF) al Centro de Investigaciones para la Defensa (CITEDEF) y al CONICET dió detalles del desarrollo de la PyME tecnológica KOVI SRL, que en pandemia desarrolló con una técnica similar, los barbijos Atom Protect.
“Lo más importante que debemos saber es que nunca deben utilizarse productos veterinarios para las cabezas de los niños, tampoco querosene, de ninguna manera”.
“Nos dedicamos hace más de 40 años al estudio de insectos y plagas como vinchucas y mosquito, y hace más de 25 empezamos a trabajar también con piojos por el problema sanitario que significa. Durante el año pasado, la empresa Atom decidió reconvertir y empezó a impregnar las colitas con repelente, ahí fue cuando nos contactaron y lo que hicimos en el laboratorio fue evaluar la efectividad”
Efecto repelente
Con respecto a eso, las colitas antipiojos explicó que tienen un efecto repelente muy bueno. “El piojo no salta de la cabeza, el niño sin piojos debe tener la colita en la cabeza y lo que hace es repeler que lleguen”.
Hay algunos cuidados a tener en cuenta, por ejemplo “No se puede sumergir en el agua de las piletas, los productos que tienen deterioran el repelente y las telas. El período aproximado de efectividad es de 30 días”, explicó.
Trabajo público y privado
La importancia del trabajo entre lo público y lo privado: “hace muchos años que Conicet promueve la transferencia de tecnología. Los investigadores tenemos la obligación, como un acto de soberanía nacional, de llevar las investigacion de vuelta a la sociedad y hay empresas que toman el conocimiento y lo transfieren. Esto también se vio durante la pandemia con las vacunas”.
Con respecto a la vida de los piojos la investigadora explicó que “una hembra puede estar 20 días en la cabeza y puede poner 7 liendres por día. Los piojos no saltan ni vuelan, debe ser cabeza con cabeza el contagio”, aclaró.