En las próximas semanas, el laboratorio universitario de Hemoderivados, de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) lanzará la licitación para refuncionalizar la planta donde se elaborará el líquido conservador de órganos para trasplantes.
La noticia es clave, puesto que, hasta ahora, ese insumo médico debe ser importado. Su desarrollo fue solicitado por Incucai y demandó años de investigación y desarrollo. Según proyecciones de Hemoderivados, tres meses de producción alcanzarán para cubrir la demanda anual nacional (seis mil litros), y sus equipos técnicos ya relevan los requisitos para registrar el producto en otros países de América del Sur. A nivel mundial, se prevé que el mercado de este tipo de soluciones alcance los 317 millones de dólares para 2026. [13.10.2022]
En las últimas décadas, el trasplante se consolidó como el tratamiento capaz de salvar y mejorar la calidad de vida de miles de personas. Esto fue posible gracias a los avances en técnicas quirúrgicas, farmacológicas y al progreso en técnicas de preservación de órganos.
En Argentina es una práctica cotidiana en el sistema sanitario: cada cinco horas una persona ingresa al quirófano para recibir el implante de un órgano donado.
Importancia del desarrollo
De acuerdo a los registros de Incucai, 7587 personas necesitan una intervención de este tipo para salvar su vida en este momento. Además, durante 2022 se realizaron 1204 procedimientos.
Dos factores resultan cruciales para la conservación de los órganos una vez ablacionados del cuerpo del donante: una baja temperatura y un líquido conservador o solución especial que simula las condiciones del organismo para retardar los procesos naturales de degradación de los tejidos.
En este último trabajó durante varios años el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC, a pedido del Incucai. Un dato ayuda a dimensionar el impacto de la solicitud: actualmente no existe producción nacional con esta formulación –que brinda los mejores resultados– y por ese motivo la misma debe ser importada.
Referencia
Para su desarrollo, el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC tomó como referencia un líquido creado por la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos), considerado como el producto “estándar de oro” para la preservación de órganos abdominales, y cuya patente ya había caducado.
El último dato resulta crucial, porque habilita a cualquier industria farmacéutica en el mundo a producirlo libremente, salvo por un detalle: no existe información alguna sobre cómo es el proceso, cuáles son los pasos a seguir, ni cómo o en qué orden deben combinarse sus componentes.
En ese punto es donde el know-how de Hemoderivados lo ubicó en una posición privilegiada. Con una vasta experiencia en este campo, sus equipos técnicos –conformados por profesionales en bioquímica, ciencias farmacéuticas y biotecnología– analizaron toda la bibliografía disponible, produjeron el conocimiento necesario y avanzaron con los ensayos.
Primeros lotes
Ya elaboraron los primeros lotes a escala de desarrollo, optimizaron su formulación, concretaron los estudios de estabilidad con excelentes resultados y lograron el registro ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
El líquido se denomina “Solución Conservadora de Órganos W UNC” (SCOW UNC) y fue creado para su uso con riñón, hígado y páncreas. La letra W fue incluida en el nombre en reconocimiento a la institución creadora de la fórmula original.
Más información en la Agencia UNCiencia de la Universidad Nacional de Córdoba: