El viceministro de Altas Tecnologías Energéticas de Bolivia, Álvaro Arnéz, informó este domingo que para 2023 comenzará a operar la Planta Industrial de carbonato de litio, instalación que actualmente está al 84 por ciento de su construcción.
De acuerdo con el funcionario, esta nueva fábrica impulsará la producción y desarrollo del mineral y funcionará a partir del primer semestre del próximo año, así como una planta de tratamiento de agua.
La infraestructura se erige en la localidad de Llipi, en el departamento de Potosí, al sur del país. Allí se producirán unas 15.000 toneladas métricas al año de esta materia prima, tal como apuntó Arnéz en entrevista a medios locales.
Detalló que actualmente existe una producción piloto, pero con la puesta en marcha de la planta, el país se convertirá en un referente como país exportador dentro de un ranking de proveedores de litio en el orbe.
Clave para baterías
El viceministro recordó que el carbonato de litio es vital para fabricar baterías, un dispositivo que ha visto disparada su demanda en el marco de la creciente producción de transportes eléctricos y de otros derivados del litio.
Bolivia es uno de los países con mayores reservas mundiales del mineral, con cerca de 21 millones de toneladas, fundamentalmente ubicadas en el salar de Uyuni, región andina de Potosí.
Para el presidente Luis Arce, la industrialización del litio constituye una prioridad. Recientemente, el Gobierno anunció que destinará recursos (1.330 millones de pesos bolivianos/ 193.503,38 dólares) que permitirán a la industria de los evaporíticos transformarse en un pilar de la economía nacional.