Ciertos hongos protegen a las plantas de “distintos tipos de estrés” generados por patógenos, parásitos, herbívoros, sequía, salinidad o metales pesados y contribuyen a su crecimiento, nutrición y protección, de acuerdo a un estudio de investigadores del Conicet publicado en la revista científica New Phytologist, informó el organismo científico.
El trabajo, realizado en conjunto con investigadores del Instituto de Botánica de la Academia de Ciencias Checa, analizó la tarea que desarrollan los hongos micorrícicos arbusculares (HMA).
“El tipo de simbiosis que se establece entre el hongo y la planta se conoce como mutualista, en donde ambos participantes se benefician. En este caso el hongo provee a las plantas de nutrientes -principalmente fósforo y nitrógeno-, mientras que estas últimas les proporcionan a los primeros los hidratos de carbono que producen a partir de la fotosíntesis”, señaló Carlos Urcelay, investigador del Conicet y autor del artículo.
Reducir el impacto
Urcelay destacó que a través de la interacción estos hongos promueven el crecimiento vegetal y la resistencia a distintos tipos de estrés, como sequía, salinidad, presencia de metales pesados o el ataque de parásitos y patógenos.
“Muchas especies de HMA son utilizados como bioinoculantes, es decir, agregando sus esporas a las semillas o a las plantas de cultivos comerciales para favorecer su crecimiento”, agregó el científico.
Según el estudio, el uso de la tierra por parte del hombre como las prácticas agrícolas afectan a las comunidades de hongo, y es por eso que señalan que es necesario una serie de estrategias para reducir el impacto sobre las comunidades de los HMA.
Nicolás Marro, investigador del CONICET enfatizó que es necesario incrementar los estudios sobre especies de HMA, poco o no estudiadas, para comprender mejor el papel de estos hongos en la naturaleza.