En 2022, el financiamiento para la ciencia brasileña comenzó con noticias positivas luego de pasar un 2021 con el peor presupuesto de la década.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) anunció que este año tendrá unos R$ 6,9 mil millones libres de gasto de personal para invertir en investigación (el equivalente a 1.362.077.500 millones de dólares).
De ese total, la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP, por sus siglas en portugués) tendrá un presupuesto récord de R$ 1,85 mil millones (360 millones de dólares). Si el presupuesto es ejecutado tal como se presupuestó las agencias estatales del sector “en general gozan de buena salud financiera”, afirman los medios brasileños.
Cautela de los científicos
Los científicos son muy cautelosos porque temen que un volumen significativo de recursos sea contingente, como ha ocurrido en los últimos años. Y en la agencia de desarrollo de São Paulo, que es más grande que las del gobierno federal, el número de proyectos de investigación no creció a la misma proporción de dinero, principalmente atribuido al impacto de la pandemia.
Si el presupuesto inicial del MCTI puede mantenerse en el mismo nivel durante las próximas tres etapas de implementación (“revisar”, “comprometer” y “realizar” los gastos planificados), los recursos para la ciencia brasileña se triplicarían de un año a otro. Las asociaciones académicas, sin embargo, creen que esto es poco probable.
Desconfianza
Para el filósofo Renato Janine Ribeiro, presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC) uno de los problemas del actual presupuesto federal para la ciencia es que buena parte del mismo (unos R$ 3 mil millones) está bajo los auspicios del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico.
El FNDCT no puede sostener el presupuesto del MCTI. La idea de FNDCT era que era una ventaja para la ciencia. En los últimos años, además, el Ministerio de Economía ha preferido liberar recursos reembolsables con más énfasis, es decir, préstamos —dice el profesor de la USP—.
Este problema hizo que el FNDCT fuera más vulnerable a los recortes presupuestarios para el ajuste fiscal, las “contingencias”, porque el fondo no siempre podía renovar toda su cartera reembolsable.
Una de las consecuencias del peso desproporcionado de la FNDCT en el presupuesto federal es que la principal agencia federal de promoción de la investigación, el CNPq (Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico), continúa con las cuentas estranguladas. Con cerca de R$ 1,1 mil millones libres de personal y cargos, el monto representa un 40% menos de lo que era hace 8 años, cuando comenzó a verse afectado por la crisis fiscal. Además, una pequeña parte de este valor se destina a inversiones en infraestructuras y equipos y no son subvenciones de investigación.
Fuente: O Globo.
