Periferia

11 de Noviembre de 2021

Brasil aprobó el cuestionado trigo transgénico HB4, tolerante a la sequía

El principal comprador de trigo argentino a nivel mundial habilitó el desarrollo de Bioceres y el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (CONICET-UNL). Críticas, a pesar del anuncio.

El Gobierno de Brasil, el principal comprador de trigo argentino, aprobó el trigo transgénico tolerante a sequía denominado HB4, desarrollado en el país por la empresa de base tecnológica, Bioceres. En las semanas previas a esta aprobación, desde diferentes sectores de la comercialización del cereal habían expresado sus cuestionamientos al desarrollo. 

La aprobación regulatoria estuvo a cargo de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio). El trigo HB4 es un desarrollo 100% argentino, producto de la colaboración público-privada de más de 18 años entre Bioceres y el grupo de investigación del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (CONICET-UNL), liderado por la Dra. Raquel Chan, responsable de la investigación que da lugar al desarrollo. 

Las variedades de trigo HB4 tienen incorporado un gen del girasol que incrementa la tolerancia a condiciones de sequía, reduciendo las pérdidas de rendimiento frente al déficit hídrico. Desde la empresa sostienen que la aprobación en Brasil confirma lo que las autoridades argentinas habían dictaminado, que el trigo HB4 es seguro para el medio ambiente y para la salud humana y animal. 

Su comercialización en Argentina se encontraba condicionada a la aprobación para importación por parte de Brasil, país que compra en el país aproximadamente el 85 por ciento del trigo que consume. 

La aprobación de la tecnología HB4 para el cultivo de trigo transgénico con tolerancia a sequía, se la considera un logro a nivel mundial. Sin embargo, se oyeron voces que advierten sobre los riesgos económicos que acarrearía en relación a comercio exterior del cereal.  

Ello, a pesar que Bioceres sostiene que los ensayos en campo efectuados en los últimos 10 años con lotes de trigo HB4 han ofrecido aumentos de rendimiento en torno al 20% en condiciones de sequía. 

Brasil habilitó la importación del trigo transgénico

A partir de la aprobación de Brasil e independiente de la misma, Bioceres confirmó que seguirá gestionando la producción de semillas y grano de trigo HB4 bajo el programa de identidad preservada que se utilizó en las últimas dos campañas para garantizar la trazabilidad de la producción. 

La empresa había adherido a cinco requisitos que se habían definido antes de la liberación comercial del trigo tolerante a sequía: 

Cumplimentar los requerimientos de la resolución que otorga la aprobación (por ejemplo, la aprobación en Brasil para la resolución argentina).   

Obtener aprobación en destinos clave de exportación que representen mas del 5% del total de las exportaciones en promedio de los últimos 6 años. En ese sentido, la empresa seguirá trabajando en el aspecto regulatorio. La empresa ha iniciado los procesos de desregulación en Uruguay, Paraguay, Estados Unidos, Colombia, Indonesia, Sudáfrica y Australia. 

Disponibilidad de un método de detección de costo accesible con una sensibilidad del +1%.  

Existencia de un sistema de captura de valor y de un canal de identidad preservada.  

Establecimiento de un sistema de extensión y educación. 

Las críticas al trigo transgénico 

La aprobación de este nuevo transgénico ha causado un enorme revuelo mediático en Argentina. Muchas son las voces que denuncian la vinculación del cultivo de trigo HB4 con el glufosinato de amonio, un herbicida de amplio espectro que se compara con el glifosato. 

El glufosinato de amonio es un herbicida organofosforado, foliar de amplio espectro, no sistémico, no selectivo y según las empresas que lo producen es de características ambientales favorables. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como moderadamente peligroso (Grupo II). 

Por otro lado, los propios agricultores no acaban de ver las ventajas de cultivar el primer trigo resistente a sequía que muchos piensan que solo favorecerá a las agroindustrias argentinas y los denominados pooles de siembra, sociedades que alquilan tierras para la producción de granos con fines meramente especulativos y al más corto plazo, sin ninguna vinculación con el territorio. 

Sin que todavía se hayan emitido informes o elaborado estudios que demuestren un impacto negativo del cultivo de trigo HB4 en el ecosistema, las mayores dudas surgen ahora por una cuestión puramente comercial. 

El mercado mundial de trigo y de las harinas suman en total 175 millones de toneladas anuales y 18 millones, respectivamente, todas no transgénicas, a diferencia de los mercados de maíz, soja y algodón. El cultivo y comercialización de este trigo en Argentina “podría impactar negativamente en los mercados conquistados y podría suponer un freno a la expansión de las exportaciones, tirando por tierra los esfuerzos realizados para consolidarlos y ocasionando un daño irreparable e irreversible para el mercado triguero argentino”, según han publicado varios medios argentinos en las últimas semanas. 

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