El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, confirmó la instalación de un cable submarino que beneficiará a 30.000 personas que habitan el archipiélago de las Islas Galápagos, situadas a unos mil kilómetros de las costas continentales del país.
La nueva conexión, dijo, brindará al archipiélago “más productividad, más oportunidades de negocio, más oportunidades de emprendimiento, más oportunidades de movilidad y más oportunidades de contacto social”.
El proyecto, que proveerá al archipiélago de internet de alta velocidad, “no le cuesta ni un centavo” al país, pues se trata de una iniciativa privada que invertirá unos 50 millones de dólares, remarcó el jefe del Estado.
Permitirá asimismo impulsar el sector turístico de las islas, actividad a la que se dedican 8 de cada 10 habitantes de la región insular. El ministro de Telecomunicaciones, Andrés Michelena, indicó que con este tipo de proyectos se genera “un cambio estructural completo” en las Galápagos.
El ministro también aprovechó su visita para entregar “títulos habilitantes” a los representantes de siete emisoras de radio de la región y anunció que próximamente se entregarán a los habitantes de esas islas las “cédulas digitales”, carnés de identificación que incorporarán herramientas electrónicas.
1.300 kilómetros de cable
El cable, de unos 1.300 kilómetros por el lecho marino y que se extenderá entre la provincia continental de Manabí y Galápagos, será instalado por la firma Xtera, una empresa que ya ha llevado a cabo unos sesenta proyectos en el mundo.
Actualmente conecta con este tipo de tecnología a Inglaterra y Noruega, dijo Keith Henderson, gerente ejecutivo de la firma al destacar el prestigio de su empresa en el mundo y asegurar que traerá a las Galápagos “la mejor tecnología” disponible.
Garry Donoghue, presidente del proyecto “Galápagos Cable Systems”, a cargo del proyecto con Xtera, explicó que la instalación del cable submarino “cambiará la vida en las islas”, sobre todo en aspectos como “educación, medicina y comercio” y convertirá a las Galápagos “en uno de los mejores lugares para vivir”.
Como parte de la fase preparatoria del proyecto, en los próximos meses un barco surcará el océano para localizar la ruta más apropiada, antes de empezar a instalar un cable que “será anclado al fondo marino por robots y que posteriormente las corrientes cubrirán con arena, mimetizando esta infraestructura con el ecosistema con un mínimo impacto”, según un comunicado oficial.
El proyecto se reforzará además con la sustitución de los antiguos cables de cobre en la parte terrestre de la islas por 80 kilómetros de fibra óptica en Puerto Ayora, Santa Cruz, San Cristóbal, Bellavista, Baquerizo Moreno, Isabela y Puerto Villamil.