El Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos (IPROByQ), con doble dependencia de la Universidad Nacional de Rosario y el Conicet, se apronta a inaugurar su nueva sede donde se incubarán empresas de base científico tecnológica. La idea es que allí mismo se desempeñen profesionales de distintas disciplinas que se encargarán de colaborar en el desarrollo de tecnologías de impacto medible y acompañar a los proyectos que se gesten en su interior.
Si bien durante años el espacio funcionó en las instalaciones de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, por diversos problemas edilicios sus integrantes tomaron la decisión de mudarse a las oficinas de un edificio ubicado en la esquina de Ituzaingo y Mitre. Las mismas les fueron alquiladas por el Conicet Rosario, a través de las gestiones de Ana Franchi, presidenta del Conicet Central.
“La verdad que estamos muy motivados y contentos de poder desempeñarnos en un nuevo espacio en el cual vamos a estar operativos dentro de aproximadamente un mes. Además, recibimos una inversión del Gobierno provincial para todo lo que fue la compra de mobiliario y la instalación de nuestros equipos de trabajo”, comentó a Ecos365 Hugo Menzella, director de IPROByQ y fundador de la empresa biotecnológica Keclon, con base en la ciudad de San Lorenzo.
Perfeccionar procesos
Desde su fundación en 2014, el instituto enfocó sus esfuerzos en el desarrollo y transferencia al sector productivo de nuevos procesos químicos y biotecnológicos con mayor eficiencia y menor impacto ambiental. Hoy en día, trabajan en su interior 45 científicos del Conicet que se abocan, principalmente, a impulsar el desarrollo de tecnologías para el agro y los alimentos.
Desde IPROByQ realizan ingeniería genética de bacterias para que produzcan compuestos útiles como enzimas y colorantes que luego son usados por las diferentes empresas.
“De nuestro espacio salieron varias empresas, pero todos los problemas edilicios que tuvimos nos llevaron a dejar en stand by este trabajo y ahora recién vamos a poder retomarlo en nuestras nuevas instalaciones”, precisó Menzella.
A su vez, agregó que cada integrante del instituto suele abocarse a un proyecto particular, al cual se lo busca volver económicamente viable. De esta forma, el mismo pasa a estar en condiciones de recibir financiación externa y escalar en su campo de acción
Dentro de las compañías que contaron con su impulso se encuentran Keclon, del propio Menzella, la cual recibió el año pasado un aporte de capital de u$s 7 millones para potenciar el desarrollo de enzimas. Otras de las firmas es Michroma, una de las pocas en el mundo que busca reemplazar los colorantes artificiales de las comidas por soluciones naturales a base de hongos y que es comandada por Mauricio Braia, doctorado en Biotecnología e investigador del Conicet.
Apenas haga su nueva inauguración, el instituto permanecerá abierto las 24 hs y estará disponible para todos aquellos actores que cuenten con una iniciativa en el campo biotecnológico y quieran apuntalarla, sean de la provincia o provengan de otras regiones. El foco, sin embargo, estará centrado en recibir los proyectos de alumnos egresados de la facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR.
Vale destacar que, a finales de marzo, la secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología, Marina Baima, visitó las nuevas instalaciones del Instituto para conocer el lugar donde se incubarán los nuevos emprendimientos científico-tecnológicos en la ciudad. La funcionaria realizó una recorrida junto al propio Menzella y la vicedirectora del IPROByQ, Diana Romanini.
“Este es un espacio piloto que se propone generar un lugar de coworking para llegar a unas 100 personas entre científicos, emprendedores y personal que pueda acompañar con herramientas clave para poner emprender y que lo que se trabaja en los laboratorios, escale y se transforme en proyectos emprendedores”, señaló Baima.