El test desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán y de dos institutos del CONICET para medir anticuerpos protectores contra el coronavirus ya se encuentra en etapa de comercialización.
Se trata del test de ELISA, un ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas, que permite detectar anticuerpos en la sangre cuando ya se ha producido una reacción inmune frente al virus en el organismo del paciente. En este caso, mide los anticuerpos anti-RBD (Receptor Binding Domain). El RBD es la punta de las espigas del coronavirus y representa la llave de entrada del virus a las células del cuerpo.
El desarrollo fue anunciado en diciembre de 2020, por el IMMCA, la Universidad Nacional de Tucumán, el CONICET y el Ministerio de Salud, y ya se encuentra en etapa de comercialización.
El trabajo, que recibió el apoyo de la cartera sanitaria provincial, es coordinado por la Dra. Rosana Chehín del Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA) y de la Facultad de Bioquímica de la UNT y la Dra. Gabriela Perdigón del CERELA (Conicet). Integran el equipo: Rodrigo Tomas Grau (IMMCA), Silvia Adriana Navarro (empresa SkyBio LLC), Diego Ploper (IMMCA), César Avila (IMMCA), Benjamín Socías (IMMCA), Carolina Maldonado (UNT-CERELA), Silvia Cazorla (UNT- CERELA), Esteban Vera Pingitore (IMMCA) y Agustín Stagnetto (IMMCA).
Rosana Chehín señaló que la principal ventaja del test tucumano es que permite estimar el nivel de los anticuerpos por medio de una “titulación”, es decir, una semicuantificación de los anticuerpos protectores que son capaces de neutralizar la entrada del virus a la célula. Comentó que el test, antes solo disponible para el sector público de salud, ahora será accesible para el público en general a través de un servicio de CONICET que funciona en el IMMCA.
Chehín agregó que la mayoría de los kits comerciales actualmente disponibles miden la respuesta inmune desencadenada frente a otros antígenos virales como por ejemplo la proteína N o nucleocápside. Siendo que ésta proteína no forma parte de las vacunas actualmente aprobadas en nuestro país, dichos test no son válidos para medir la eficacia a las vacunas.
Esteban Vera Pingitore explicó que la tecnología usada es un inmunoensayo donde se inmoviliza una proteína del coronavirus y se lo enfrenta al suero del paciente que, si tiene anticuerpos, se unen específicamente. La lectura de la reacción se realiza mediante una reacción colorimétrica, en la cual cuanto mayor es el color desarrollado, mayor es el nivel de anticuerpos protectores en el suero del paciente. En este caso está representado por la coloración azul.
Benjamín Socías estimó que en el Instituto pueden procesar las muestras y obtener los resultados en un solo día, pero para que esto sea posible, es necesario coordinar con los laboratorios bioquímicos de Tucumán en un trabajo conjunto. ?Los laboratorios deben encargarse de realizar las extracciones de sangre del paciente y enviar las muestras a IMMCA para que nosotros las procesemos”, puntualizó.
Chehín recordó que el trabajo comenzó con la colaboración de los doctores Gustavo y Raúl Mostoslavsky, tucumanos que se desempeñan actualmente en las Universidades de Harvard y de Boston. Los profesionales aportaron el ADN del antígeno (la proteína RBD) para que los investigadores tucumanos puedan luego expresarla y reproducirla con fines de investigación. Según los desarrolladores del test, el local tendría un precio ventajoso respecto de los comerciales de mercado, ya que fue producido con insumos locales y en el seno de instituciones públicas.
Ya se comercializa
El test tucumano fue validado por el Ministerio de Salud de Tucumán y pronto será producido a gran escala por una firma privada para su comercialización y distribución en el resto del país, previa autorización de la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT). El equipo viene dosando anticuerpos anti-RBD desde mediados del año pasado, y junto al Laboratorio de Salud Pública de Tucumán procesaron hasta ahora más de 2000 muestras de suero de pacientes convalecientes que querían donar plasma para fines terapéuticos, y para un proyecto que investiga la eficiencia de la vacunación en la Provincia.
Chehín señaló que una de cada cinco personas, cuyo suero fue procesado, había desarrollado anticuerpos en la cantidad óptimas para la donación de plasma. “Se cumplía con el criterio del 19% de personas infectadas que desarrollan títulos en cantidad suficiente, descripto por la Agencia de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA)”, puntualizó. Y agregó que aquellas personas que se enfermaron con coronavirus y que, luego recibieron una dosis de la vacuna, levantaron anticuerpos muy rápidamente, lo que indica que el cuerpo posee memoria inmunológica ante el SARS-CoV-2.
Características del test tucumano
InmunoCoviTuc es un test de detección y titulación de anticuerpos anti-SARS-CoV-2, mediante la inmovilización del antígeno S (proteína Spike)-RBD en una placa de ELISA. La prueba permite evaluar el título de los anticuerpos (Inmunoglobulina G) anti RBD generados en un paciente, luego de la administración de las vacunas aprobadas en Argentina frente a SARS-CoV-2; y seleccionar entre personas que hayan cursado la infección, aquellos que poseen altos títulos de anticuerpos anti-RBD.
Estos altos títulos de anticuerpos correlacionan con capacidad neutralizante del virus y son los elegidos como donantes de plasma con fines terapéuticos frente a SARS-CoV-2.
El trabajo de los investigadores tucumanos está accesible en un preprint, es decir, en una publicación científica de forma preliminar y puede accederse al mismo en https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.03.10.21252711v1. El equipo comentó que iniciaron las presentaciones para publicar su estudio en la revista International Journal of Infectious Diseases.
Fuente: Universidad Nacional de Tucumán.