Periferia

17 de Junio de 2020

Juan Ugalde: “En Argentina hay nichos con excelente calidad en investigación”

El decano del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la UNSaM, quien participó en la creación del ELA Chemstrip, el nuevo test de detección molecular del Sars Cov 2, dio detalles del desarrollo, rápido y casi completamente nacional.

Tras el desarrollo del ELA Chemstrip, el segundo de los test de detección molecular del coronavirus producidos en Argentina, Juan Ugalde, uno de los investigadores que participó en su diseño, dio detalles del avance.  

El desarrollo corresponde a las Unviersidad Nacional de San Martín (UNSaM), la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y a dos “spin-offs” PyMEs que se crearon “desprendidas” como iniciativas de investigadores de esas universidades.  

Ugalde es biólogo, en su formación de base, y se especializó en Biología Molecular y Biotecnología, en su formación de doctorado, y actualmente es el decano del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la Universidad Nacional de San Martín. 

En diálogo con AM 750, el investigador se refirió al nuevo avance de la ciencia argentina, este test rápido para el Covid-19 tan efectivo como el PCR  (Polymerase Chain Reaction, por sus siglas en inglés), que utiliza entre 80 y 100% de componentes nacionales.  

Coronavirus, in fraganti 

Durante la entrevista, Juan Ugalde explicó de que se trata la detección molecular del virus, o detección del ARN viral, que se logra con el desarrollo del ELA Chemstrip, a diferencia del test que realizan las pruebas serológicas (de anticuerpos). 

“En el proceso de detección de potenciales personas que cursan la infección o tienen el virus, uno quiere detectar la presencia del virus en los hisopados nasofaríngeos, esto es detectar el material genético del virus (el virus en presencia en el cuerpo del paciente)”. 

Es que el test desarrollado, al igual que el NEOKIT, producido por investigadores e investigadoras del Instituto César Milstein semanas atrás, se caracterizan por detectar al virus “in fraganti”, en el momento que el paciente cursa la enfermedad. 

Esto lo diferencia de los tests serológicos, de anticuerpos, que detectan los anticuerpos generados en el cuerpo del paciente por el virus, más allá de que el paciente curse o no la enfermedad.  

Estos tests serológicos fueron desarrollados, también en Argentina, en este caso por investigadores e investigadoras del Laboratorio de Virología Molecular del Instituto Leloir, hace aproximadamente un mes, cuando crearon el COVIDAR.   

Un test para quitarle protagonismo a la PCR 

El decano del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas explicó que “la PCR es como una fotocopiadora del material genético que lo multiplica millones de veces para que podamos verlo”. 

Sin embargo, pese a que Argentina utiliza esa técnica de detección del ARN viral del coronavirus, “el problema es que hay pocos lugares que tienen la maquinaria necesaria para realizar la técnica PCR, por eso los hisopados tienen que viajar a esos centros de referencia y por eso se saturan”, graficó el investigador. 

“Nuestra técnica viene a evitar la necesidad de usar estas maquinarias de PCR sofisticadas, presentes en un número limitado de lugares del país, porque en lugar de hacer el fotocopiado con esas máquinas, se hace con una tira reactiva”, explicó Ugalde, en diálogo con el programa “Vayan a laburar”. 

El test fotocopia el material genético, lo identifica lo amplifica mediante una técnica más simple y que requiere menos equipamiento que el PCR, y lo detecta mediante una tira reactiva”, detalló el investigador. 

Esto permite descentralizar el diagnóstico a lugares que hoy no tienen la técnica de PCR, pero además, fue validado con el ANMAT y el Malbrán, y aprobado con 100% de sensibilidad diagnóstica. 

Desde antes del inicio de la cuarentena razonamos que necesitábamos una herramienta que descentralizara el diagnóstico en Argentina, que se encuentra en éstos centros de referencia de PCR real time“, dijo Ugalde. 

Argentina, de cara al mundo 

El especialista en biología molecular de la Universidad de San Martín, ofreció un panorama “geocientífico” al explicar que “este sistema hay uno mas en el mundo, desarrollado por investigadores del MIT“, el prestigioso y de elite Massachussetts Institute of Technology, en Estados Unidos.  

Sin embargo, Ugalde también dio una georreferencia del lugar que nuestro país tiene en el marco del mainstream científico y tecnológico a nivel mundial: “En la Argentina hay nichos con excelente calidad en investigación, y obviamente, llevarlo adelante, en un país con nuestras complicaciones estructurales, vaivenes económicos, idas y vueltas, mantener eso en el tiempo es lo mas complejo, porque hay una deficiencia estructural en Argentina que complica el mediano y largo plazo, el problema no son las individualidades”. 

Por eso consideró que “Argentina tiene una fuertísima tradición de investigación en su sector público, esto comparativamente nos deja muy adelantados respecto de otros países de la región, comparativamente por eso Argentina sigue estando a la cabeza, incluso ante países como Brasil, que realiza una gran inversión en el sector”. 

El avance de la pandemia y el aislamiento 

Ugalde, se refirió, además, al aislamiento social como medida preventiva para complementar estos desarrollos científicos y tecnológicos. “Yo creo que una de las maneras de poder ir abriendo más la cuarentena es permitiendo el testeo más rápido, más efectivo y más masivo en los lugares que lo requieren”, dijo. 

“Cuando uno pueda detectar un potencial infectado, y abrir ese abanico de sus contactos o de la zona geográfica, sea un barrio o un lugar de trabajo, la rápida respuesta a esto permite ir controlando la velocidad del contagio, por eso son importantes los testeos, y esto es lo que nos impulsó desde el día uno”, consideró el investigador. 

El costo y los porcentajes de producción nacional 

El ELA Chemstrip se fabrica casi completamente en Argentina, en un 80%, por eso Ugalde explicó que “algunos componentes se tienen que importar porque Argentina no se autoabastece, hay algunos anticuerpos, tipos de membranas, materiales membranosos o papeles que no se fabrican acá, y se consiguen en el mundo en grandes volúmenes”. 

Sin embargo, advirtió que “algunos componentes si se fabrican acá, como los que desarrolla la empresa PVL, pero lo importante es que se arma todo acá”. 

Pero, además, el impacto también es económico porque Argentina no tendría que continuar importando a costos internacionales los tests: “El ensayo nuestro está por debajo del valor más bajo de diagnóstico de PCR”, contó el investigador. 

La estrategia para lo que viene 

El decano del IIB-UNSAM explicó que, en la actualidad están en contacto con múltiples actores del Ministerio de Salud, del sector privado y de provincias: “tenemos el producto aprobado hace más de tres semanas, estamos viendo y trabajando en el escalado, una cosa es el anuncio científico y tecnológico, y otro es tener miles y miles de tests disponibles“, explicó. 

Para Ugalde, “el establecimiento temprano de la cuarentena fue acertado, para prepararnos para lo que viene, la realidad muestra que al haber circulación comunitaria, eso nos diferencia de lo que sucedió en Nueva Zelanda o Australia, donde no hubo prácticamente circulación, sin embargo esto tiene que ver con sus características”. 

“Allá evitaron la circulación viral, acá no ocurrió eso por lo que la estrategia tiene que ir migrando hacia una estrategia mas focalizada, una vez que pasemos una etapa para no saturar el sistema de salud, y en ese proceso tiene que haber mayor testeo focalizado y aislamiento, para ir abriendo de a poco, porque no podemos tener un año de aislamiento, la problemática está y va a seguir estando, el virus no va a desaparecer de la Argentina como sucedió en Australia y Nueva Zelanda”, dijo el investigador. 

Es que para Ugalde, “cada país tiene sus realidades, tenemos que adecuarla a eso, ahora que estamos preparados, en nuestro caso nos permitió tener desarrollos, tests descentralizados, hay que usar esas herramientas, para avanzar en eso, saber que hay que estar alerta, pero no en pánico, y resguardar a ciertos sectores de la población más vulnerables, ir sectorizando”. 

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