El Gobierno argentino y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria no se ponen de acuerdo para impulsar la exportación del desarrollo conseguido por Bioceres.
Se trata del trigo transgénico creado por la empresa a través de sus laboratorios, y que sirve para evitar pérdidas por sequías o contingencias climáticas.
El nuevo trigo transgénico tolerante a sequía cuenta con el apoyo del presidente Macri, el Ministro de Producción, Dante Sica y el Secretario de Ciencia, Lino Barañao.
Pero el Secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y el Titular del INTA, Héctor Espina, se oponen a su liberación comercial.
El motivo es la incertidumbre de los productores ante un trigo que aún no cuenta con aprobación de importación en ningún otro país del mundo.
Es que, sin ello pueden afectarse los “mercados estratégicos” a los que apunta el agro argentino.
Bolivia espera
En Bolivia, por ejemplo, la Cámara Agropecuaria del Oriente de Santa Cruz y los pequeños productores insisten en contar con éstas semillas para paliar pérdidas por el cambio climático.
Por eso, la Casa Rosada dio 60 días de plazo para buscar consensos en la cadena comercial. El presidente de la Nación busca exportar el trigo como sea.
Es que Bioceres estuvo recientemente en Santa Cruz para mostrar las ?bondades? de semilla transgénica de soya resistente a la sequía y de trigo.
Y aunque el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) de Bolivia, Richard Paz, envió a que se analicen las muestras de Bioceres al Ministerio de Medio Ambiente y Aguas, los productores ya comenzaron a demandarla.
Contexto boliviano
Según estimaciones, los productores de Santa Cruz de la Sierra sufrieron el daño de unas 180.000 hectáreas de cultivos de granos por la sequía.
Es por eso que Macri recibió en casa de gobierno a los máximos referentes de la cadena triguera para analizar cuestiones técnicas vinculadas a la aprobación del trigo transgénico tolerante a sequía (HB4).
La Sociedad Rural y Brasil contra el trigo transgénico
Muchos son los países que celebran el desarrollo en materia tecnológica por el aumento de la producción y la competitividad. Pero dudan de la reacción para los compradores del cereal.
Hoy, en Brasil, rige “tolerancia cero” al trigo transgénico y el hecho de habilitar su comercialización podría arriesgar el principal destino de las exportaciones argentinas.
Las entidades rurales también expresaron su rechazo al trigo transgénico, afirmando su posición con la del resto de los países que se muestran anuentes a comercializarlo.
El vicepresidente de la Sociedad Rural (SRA) Carlos Vila Moret dijo que “avalamos los avances tecnológicos, pero ponemos reparos desde el punto de vista comercial”.
La mirada de un “presidente empresario”
En la reunión en casa de gobierno estuvieron Macri, Luis Miguel Etchevehere, el secretario de Agricultura Guillermo “Willy” Bernaudo, y el asesor presidencial Francisco “Pancho” Cabrera.
Por el lado de los privados, estuvieron el titular de FAIM Diego Cifarelli, el presidente de Ciara Gustavo Idígoras, el empresario Gustavo Grobocopatel, el gerente de Bioceres Federico Trucco, y el uno de los Acopiadores Fernando Rivara.
Para Macri, sin embargo, la prioridad es la exportación del trigo modificado genéticamente, “como sea”.
A pesar de que el trigo es el segundo cultivo básico más sembrado e importante a nivel global, aún no existen variedades genéticamente modificadas (GM), o transgénicas, disponibles a nivel comercial en ningún país, según la revista Science.