Los especialistas en gestión de la energía del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología (OECyT) e integrantes de la plataforma Pueblo y Ciencia, Nicolás Malinovsky y Arístides Silvestris, repasaron la importancia que está adquiriendo el litio en el contexto geopolítico mundial, y se refirieron a la posibilidad de que Argentina lo declare estratégico.
“El litio se ha convertido en un mineral estratégico producto de los cambios energéticos que estamos viviendo a nivel mundial, acelerados por la pandemia. Esa transformación va hacia una transición energética donde el litio es fundamental, dada la digitalización de la economía. Y en nuestro territorio tenemos el 60% de los recursos a nivel mundial, compartidos con Bolivia y con Chile. Argentina tiene un 22% allí”, disparó Malinovsky, en diálogo con el programa Desde el Conocimiento, por C5N.
“Estados Unidos quiere crear trabajo y en uno de sus últimos informes prevé crear 500 mil estaciones de carga eléctrica de autos. Y en 2035, GM ya anunció que dejará de crear autos a combustión fósil”, agregó Nicolás.
Para Silvestris, “la transición sería de combustibles fósiles a más renovables. Las empresas tecnológicas más grandes del mundo son las que más apuestan a este cambio, es inmensa la inversión que han hecho. Desde ahora hasta 2030-2050 quieren emisiones de gases de efecto invernadero 0. O sea que obligarán a sus proveedores a utilizar a energías limpias. Y allí es que vamos al litio como un recurso estratégico”.
“Porque las baterías de litio serán nodales para centros de datos y tecnología para eventuales cortes eléctricos para no perder electricidad, o para almacenamiento en algún sitio. Y todos los dispositivos utilizan litio como fuente de poder de energía”.
Las principales reservas del mineral se encuentran hoy en las provincias de Jujuy, en Catamarca, en Salta, en el norte argentino.
En la cámara de diputados son cuatro los proyectos (todos del oficialismo) que buscan lograr un proyecto que defina “estratégico”, al mineral, para que sea el Estado Nacional el que administre el recurso, por su importancia geopolítica mundial.
Sin embargo, ello implica una disputa legal con las provincias, que tienen un modelo de desarrollo orientado a generar acuerdos con las grandes multinacionales para obtener financiamiento inmediato, pero carecen del financiamiento para generar una infraestructura nacional que permita su explotación y desarrollo.
“Si logramos apuntalar un proyecto estratégico y productivo que vaya de la mano de un modelo energético donde la mayoría de la población tenga acceso a la energía”, dijo Malinovsky al analizar la transición y las fuentes de trabajo.
Argentina necesita juntar a todos los actores (hoy con posiciones opuestas) y es fundamental que las universidades sean protagonistas, así como muchas comunas del país.
Hoy el manejo del mineral lo tienen las provincias y aún no está declarado estratégico como sí lo hizo Chile y Bolivia, pero en Argentina esa posibilidad tiene la oposición de las provincias del noroeste argentino (NOA), del Consejo Federal Minero (COFEMIN) y de los empresarios argentinos mineros (CAEM).
La tensión entre el Congreso y las provincias del NOA se vió alimentada por el recurso de la Ley de Actividades Nucleares que le otorga a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) la soberanía política sobre el mineral, y por ende, al Estado Nacional.
Esta posibilidad se abrió cuando Argentina suscribió a compromisos internacionales para la no proliferación de armas nucleares, y de hecho es lo que hizo que, en Chile, la administración del mineral le corresponda a la Comisión de Energía Atómica de ese país.
Sin embargo, esa posibilidad no es explotada por el Gobierno, que, hasta ahora, prefirió no entrar en conflicto con las provincias del NOA, aún cuando posee los argumentos legales para avanzar con su definición de “estratégico”.