El Directorio de Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) comunicó la decisión de otorgar un bono extraordinario para los integrantes de la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico (CIC) y para quienes integran la Carrera de Personal de Apoyo (CPA), del organismo.
La medida es una respuesta de urgencia a los reclamos que, desde el mes de marzo, vienen manteniendo los investigadores de carrera del CONICET, cuyos salarios no se actualizan desde 2019, y que tiene a algunos de sus escalafones bajo la línea de la pobreza.
A través de un comunicado el Directorio, integrado por 8 representantes de universidades, de ciencias sociales, ciencias exactas y naturales, ciencias biológicas y de la Salud, Ciencias de Materiales y Agrarias, las provincias, la industria y el agro, resolvió otorgar un subsidio extraordinario de 5.000 pesos por mes, durante septiembre y octubre, a los miembros de la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico y del Personal de Apoyo.
Desde el organismo explicaron que “esta medida, que constituye un esfuerzo presupuestario extremo del organismo, se toma a los efectos de favorecer la continuidad de las actividades científico-tecnológicas en el marco de la emergencia sanitaria que atraviesa el país”.
Cabe mencionar que esta es la primera medida tendiente a recomponer parcialmente el salario de los investigadores e investigadoras “de carrera”, puesto que las acciones vinculadas a recomposición de partidas salariales dirigidas a los científicos y científicas del organismo, este año, por parte de la actual gestión de ciencia, a cargo de Roberto Salvarezza, se dirigió a becarios y becarias del CONICET y a quienes habían finalizado sus becas de investigación en marzo, sin pedido de renovación.
La medida es insuficiente para recomponer salarios este año, y solo bastan algunos números para comprenderlo. Es que las estimaciones del ministerio y de los propios científicos, concluyen que la capacidad adquisitiva de un/a investigador/a se derrumbó un 50% desde el año 2015, producto de la inflación y las negociaciones salariales insuficientes.
Apenas un dato alcanza para comprender esta situación, y es que, en 2019, las paritarias del sector, llevadas adelante entre el Gobierno y los gremios de ATE y UPCN, resultaron en un aumento salarial del 28%, en cuotas, cuando la inflación de los 12 meses fue del 54%.
Un informe del 2019 de Mariano Barrera, Doctor en Ciencias Sociales e investigador del área de Economía y Tecnología de FLACSO-CONICET, reveló que, durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, un investigador principal perdió $642.633.
El derrumbe salarial estimado por Barrera refleja una caída del %46,2% entre los meses de octubre de 2015 y junio de 2020. “Reconocemos el atraso salarial desde el primer día que asumimos, asumimos con un 40% de caída en el salario de los investigadores”, dijo Salvarezza, en este sentido, la semana pasada, pero apuntó que “esos salarios de los investigadores eran mejores que los montos de las becas”, para justificar que el Gobierno dio prioridad al sector de becarios, antes que al de investigadores de carrera, a la hora de recomponer salarios.
Estatuto, Convenio y Paritarias
Los investigadores apuntan a resolver la situación salarial en el corto y mediano plazo con dos objetivos bien específicos: la reapertura “inmediata” de las paritarias que el gobierno nacional decidió postergar hasta 2021, y un convenio colectivo sectorial, que permita a los científicos y científicas discutir sus condiciones de empleo y montos asignados por fuera de la paritaria estatal.
Lo primero ayudaría a salir de la urgencia del momento, pero lo segundo implicaría una solución vertebral para la estabilidad salarial de los científicos y científicas de nuestro país.
Es que, hoy, los salarios de los investigadores del CONICET dependen de la paritaria de los trabajadores del Estado que incluye a otros sectores, con condiciones laborales diferentes a las de un científico.
La alternativa es que el Poder Ejecutivo defina, unilateralmente, asignaciones sectoriales, en articulación con el Directorio del organismo, pero en ello no hay negociación en la que puedan intervenir los científicos.
Ello, tiene que ver con que las relaciones y condiciones de trabajo están reguladas por un Estatuto. Y allí radica, el objetivo de mediano plazo, que apunta a reemplazarlo por un convenio colectivo, que integre a la discusión salarial a los investigadores e investigadoras.
“Nuestras funciones están reguladas por un Estatuto redactado por la dictadura, que no contempla los problemas específicos de nuestra práctica laboral. La existencia de un Convenio Colectivo de Trabajo nos permitiría establecer las particulares condiciones en las que trabajamos día a día, ampliar la Carrera del Personal de Apoyo incorporando nuevas categorías, y la fijación de criterios claros que permitan la movilidad entre escalafones”, explicitaban los damnificados en la carta.
A partir de ello, reclamaron por recomposición salarial urgente y reapertura de paritarias, convenio colectivo de trabajo y optimización de las condiciones de trabajo.
Hoy, las mejoras salariales para el sector de ciencia y técnica, en particular, más allá de la paritaria anual con la totalidad de los trabajadores del estado, depende exclusivamente de una decisión del Poder Ejecutivo. Es por ello que los investigadores remarcan que la resolución inmediata de la problemática “requiere una decisión política de las autoridades del Poder Ejecutivo Nacional”.
Es por eso que desde el organismo buscan concretar un encuentro con los funcionarios del gobierno nacional. Y, si bien hubo señales desde el Ejecutivo dirigidas al sistema científico en general, como fue la duplicación de ingresos a CONICET y el aumento en los montos de las becas, el derrumbe salarial del sector es muy pronunciado por su extensión en el tiempo.