Luego de la jura ante la Asamblea Legislativa del Congreso de la Nación como Presidente, Alberto Fernández les tomó juramento a los miembros de su gabinete de minsitros.
Entre ellos estuvo finalmente, Roberto Salvarezza, quien será desde hoy el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la gestión, y sucederá en el cargo a Lino Barañao, titular de la cartera desde su creación en 2008, durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
El propio presidente, ya en funciones, destacó durante su discurso en Congreso Nacional, ante la Asamblea Legislativa que “reivindicamos a la investigación científica y tecnológica porque ningún país podrá desarrollarse sin generar conocimientos y sin facilitar el acceso de toda la sociedad al conocimiento”, dijo Fernández.
En ese sentido, justificó que “en nuestro Gobierno el área respectiva recuperará su jerarquía Ministerial que nunca debió perder”.
La llegada hasta el Ministerio
Salvarezza inició su trayectoria como investigador en 1977, cuando egresó como Bioquímico de la Universidad de Buenos Aires. Si bien hoy es diputado nacional y su pasado reciente lo emparenta fuertemente a la gestión política del máximo organsimo de ciencia nacional, Salvarezza tiene más de 30 años de trayectoria en la investigación bioquímica.
El título como Doctror en Bioquímica lo obtuvo, en 1981,pero a fines de los años 1980 se especializó en nuevas técnicas de microscopía de barrido en la Universidad Autónoma de Madrid. Desde ese momento orientó su carrera científica hacia la nanotecnología.
En 1992 fundó el Laboratorio de Nanoscopías del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) de La Plata y fue director de dicho laboratorio y también del INIFTA. Por otro lado, es autor de más de 300 publicaciones científicas, con más de 10 mil citaciones.
La carrera política
Fue recién en 2012 que fue designado por el, hoy, Secretario de Ciencia, Lino Barañao, para presidir CONICET, cargo en el que se desempeñó entre 2012 y 2015.
Su desempeño en el cargo estuvo caracterizado por ser uno de los momentos históricos de mayor creciemiento de la inversión en el sector científico, en términos salariales, de inversión en infraestructura y financiación de proyectos, pero también de “absorción” y repatriación de investigadores del exterior, con el proyecto RAICES.
En 2015, Salvarezza renunció al cargo de presidente de CONICET, al declarar su oposición al proyecto político de Mauricio Macri, por considerar que, a pesar de haber prometido en campaña llevar la inversión al 1,5% del PBI, vendría una etapa de desaliento y asfixia al sector científico y tecnológico.
Al año siguiente, en julio de 2016, Salvarezza fue elegido para integrar el Directorio de CONICET en representación del Gran Area de Ciencias de Ciencias Exactas y Naturales. Sin embargo, el gobierno no aprobó su designación, un hecho hasta ese momento inédito en la historia del organismo. Esto produjo una respuesta de la comunidad científica, que calificó el hecho como un acto de “discriminación política”.
En respuesta a este hecho, Cristina Fernández, lo designó en la lista de legisladores de Unidad Ciudadana, para las elecciones parlamentarias de 2017.
El propio Salvarezza, ya como diputado nacional, electo por Unidad Ciudadana en 2017, se mostró activo en la formulación de iniciativas tendientes a la mejora de las condiciones generales del sistema científico, con el apoyo Proyectos de Ley como el de Financiamiento Escalonado de ciencia y tecnología, del actual gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y, en octubre de 2018, el proyecto de ley 3730, que estipulaba el monto que se debía asignar desde el Directorio y las condiciones de obra social para becarios de CONICET.
“Un obsesivo del trabajo”
En una entrevista realizada por Perifera, a Félix Requejo, director del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas y Teóricas Aplicadas (INIFTA), de la Universidad de La Plata y CONICET, definió al actual ministro como “una persona muy imaginativa y con una capacidad de trabajo infinita, que no descansa y está todo el día trabajando”.
En esa línea describió como “una persona ansiosa y obsesiva con la búsqueda de soluciones”, a quien fuera compañero suyo en el INIFTA hasta el inicio de su carrera política, primero como presidente de CONICET, luego como diputado nacional y ahora al frente de la Cartera científica.