Periferia

4 de Diciembre de 2025

La Planta Industrial de Agua Pesada de Neuquén sigue sin reactivación y crece el conflicto laboral

Desde 2017 la empresa que abastece a las centrales nucleares nacionales está semi paralizada. Los trabajadores reclaman la reactivación de la planta

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) seccional Senillosa, Arroyito y El Chocón, anunció asambleas permanentes, paros sorpresivos, quite de colaboración y movilizaciones en la Planta Industrial de Agua Pesada de Neuquén (PIAP-ENSI) desde este miércoles, en reclamo por la reactivación del complejo nuclear y mejoras laborales.

El agua pesada (óxido de deuterio, D2Ocap D sub 2 cap O𝐷2𝑂) producida es fundamental para el funcionamiento de los reactores nucleares argentinos tipo CANDU (como Atucha I, Atucha II y Embalse), donde actúa como moderador y refrigerante. Argentina ha tenido que importar agua pesada desde que la planta dejó de producir activamente. Sin embargo, la PIAP está semi paralizada desde 2017.

La PIAP, sigue paralizada

Los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP-ENSI), en las localidades neuquinas de Senillosa, Arroyito y El Chocón, iniciarán a partir de este miércoles un plan de medidas de fuerza que incluirá asambleas permanentes, paros sorpresivos, quite de colaboración y movilizaciones. La decisión fue confirmada por el secretario general de ATE Seccional, quien representa a los empleados del complejo nuclear.

Las acciones responden principalmente al pedido de reactivación de la PIAP, que en los últimos años ha visto una reducción de su producción y paralización de proyectos estratégicos, además de reclamar mejoras laborales y condiciones de seguridad para los trabajadores. “Estamos comprometidos con la defensa de nuestros derechos y la reactivación de la planta, que es fundamental para el programa nuclear argentino”, afirmó el dirigente sindical.

Paros y movilizaciones

La PIAP tiene una larga historia de conflictos laborales. En los últimos años, los trabajadores han realizado paros y movilizaciones por recortes de personal, retrasos salariales y problemas de mantenimiento de la planta. La última gran protesta se registró en 2022, con un paro de 48 horas en reclamo de mejoras salariales y mayor inversión en infraestructura.

La planta de agua pesada es clave para el funcionamiento del programa nuclear nacional, por lo que las medidas de fuerza adquieren relevancia estratégica y política. Los trabajadores anticiparon que continuarán con las acciones hasta que se concreten avances concretos en la reactivación del complejo y se garanticen sus derechos laborales.

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