Por Elton Alisson | Agência FAPESP – Brasil posee el mayor número de startups de base científica y tecnológica en América Latina, concentrando 952 (72.3 %) de las 1,316 deeptechs identificadas en la región.
Sin embargo, el país aún queda detrás de Chile y Argentina en volumen de inversiones privadas en estas empresas, que desarrollan tecnologías basadas en ciencia e ingeniería de frontera y buscan crear productos o soluciones con potencial para enfrentar desafíos globales.
Estas conclusiones provienen del informe Deep Tech Radar Latam 2025, elaborado por la consultora Emerge en asociación con Cubo Itaú (hub de innovación del mayor banco privado de Brasil) y presentado el 11 de septiembre durante el evento Cubo Conecta 2025, en la ciudad de São Paulo.
El informe completo en:
Más cantidad, aunque menos inversión privada
“Brasil tiene el número más sustancial de deeptechs en América Latina. Sin embargo, nuestras startups reciben menos inversiones y movilizan menos capital privado”, señaló Daniel Pimentel, cofundador de Emerge.
De acuerdo con el informe, Chile lidera la atracción de inversiones en deeptechs en América Latina, seguido por Argentina y, en tercer lugar, Brasil. Según Pimentel, este escenario refleja un “juego de outliers” (casos fuera de lo común), en el que unas pocas empresas chilenas y argentinas “campeonas” se destacan con grandes rondas de inversión, impulsando la visibilidad de sus ecosistemas locales.
Chile y Argentina, con mayor inversión privada
En Chile, por ejemplo, apenas tres de las 73 deeptechs identificadas en el país atrajeron US$607.2 millones de dólares en inversiones privadas en los últimos años. En Argentina, dos de las 145 startups científicas o tecnológicas recibieron inversiones por aproximadamente US$486 millones de dólares, frente a US$216 millones en deeptechs brasileñas en el mismo período.
“En Chile, por ejemplo, una sola deeptech [NotCo] levantó casi US$500 millones de dólares en inversión y otra [PhageLab] más de US$40 millones. En Brasil, tenemos pocas o casi ninguna que haya captado montos cercanos a esos”, comparó Pimentel.
En opinión del especialista, las diferencias en los perfiles de mercado ayudan a explicar este fenómeno. Mientras Brasil cuenta con un mercado interno relevante para absorber innovaciones, países como Chile y Argentina, con mercados más pequeños, se orientan al ámbito internacional desde el inicio y atraen con mayor facilidad a inversionistas globales, consolidándose como hubs de deeptechs en América Latina.
“En Brasil también hay todavía pocos fondos de inversión con tesis [enfoque] en deeptechs. En cambio, Argentina y Chile cuentan con fondos más especializados y dirigidos”, destacó.
Un potencial descomunal, en Brasil
Los negocios que se están creando y desarrollando en Brasil en este segmento tampoco están necesariamente bien estructurados ni con una misión lo suficientemente definida como para competir en el juego global del venture capital (capital de riesgo), evaluó Pimentel.
“Las deeptechs requieren capital sustancial y necesitan nacer con una visión de mercado global, incluso para superar el riesgo tecnológico que enfrentan. Pero vemos que, en Brasil, nuestros emprendimientos no siempre tienen esa ambición completa.”
Inversiones públicas
Los autores del informe constataron que el 47 % de las deeptechs brasileñas no recibió ningún tipo de inversión. Entre las que obtuvieron algún apoyo financiero, solo el 7 % accedió a capital privado y el 36 % cuenta únicamente con recursos públicos, aportados principalmente por agencias de fomento como la FAPESP, a través del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE, por sus siglas en portugués).
“La FAPESP es, sin duda, una agencia de fomento global de deeptechs. Desde hace 20 años, la institución mantiene el PIPE, que crea e impulsa la creación de startups de base científica y tecnológica en São Paulo. Varias empresas se han vuelto relevantes gracias a las inversiones que recibieron de la Fundación y que desarrollaron desde respiradores pulmonares hasta fármacos y soluciones para el sector del agronegocio”, subrayó Pimentel.
El estado de São Paulo también concentra el mayor número de deeptechs en Brasil, con 467 empresas que actúan principalmente en los segmentos de salud y bienestar, así como en agro y alimentos, al igual que la mayoría de las startups de base científica y tecnológica de América Latina. Este enfoque refleja la vocación regional, marcada por un agronegocio competitivo y una alta demanda en salud pública, posicionando a la región en áreas de impacto directo para la sociedad y la seguridad alimentaria global, evalúan los autores.

Biotecnología en salud y agro, la clave
Desde el punto de vista tecnológico, las deeptechs del segmento de biotecnología lideran, con énfasis en salud y agro, aprovechando ventajas estructurales como la biodiversidad y el agronegocio.
La inteligencia artificial y la computación también han comenzado a destacarse en el foco de las deeptechs latinoamericanas en los últimos años, consolidándose como tecnologías transversales aplicadas a salud, agro, industria y energía, y desbloqueando ganancias de productividad e inserción en cadenas globales de valor.
Áreas emergentes como las tecnologías cuánticas, blockchain y la química y física avanzadas siguen siendo nichos, pero representan las próximas olas de las deeptechs en la región, especialmente en sectores de defensa, soberanía e infraestructura, según estiman los autores.
Sin embargo, para ello será necesario ampliar las spin-offs académicas, atraer capital de riesgo especializado y diversificar la base tecnológica, conectando vocaciones estructurales en temas como energía, biodiversidad y nuevos materiales con las agendas globales de innovación, señalan.
“Existe un amplio espacio para que América Latina asuma un papel de liderazgo global en estas áreas con tecnologías basadas en ciencia e ingeniería de frontera”, afirmó Lucas Delgado, cofundador de Emerge.