Rectores de universidades públicas aseguraron hoy que la gratuidad universitaria “en sí misma ya no es suficiente” para resolver los problemas de acceso y egreso universitario, mientras un funcionario de la Unesco destacó que en el mundo “sólo el 40%” de los países tienen instaurada la educación superior gratuita.
En el año del 70 aniversario de la gratuidad de los estudios superiores en la Argentina, los rectores de universidades públicas agrupados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) debatieron sobre los nuevos desafíos que implica la gratuidad y la necesidad de agregar otros elementos para garantizar la permanencia y el egreso.
Ernesto Villanueva, rector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), dijo a Télam que “la gratuidad ha dado casi todo de sí, y ahora tenemos que agregar otros ingredientes como el ingreso irrestricto, la expansión territorial de las universidades y el desarrollo de universidades en grandes centros urbanos”.
Para el rector de la UNAJ también se requieren “becas dignas en cantidad y monto, desarrollo del sistema de educación virtual y mejor implementación de de la formación técnica profesional”.
Villanueva destacó además que “tenemos que cambiar el perfil de las carreras” porque “en la actualidad tenemos una tasa de egreso del 16% y somos superados por Brasil (17), Chile (20), El Salvador (22), Colombia (24), Perú (24) y México (25)”.
Para ello el CIN aprobó una propuesta de 10 puntos en su último plenario realizado en Corrientes, que será elevado al Consejo de Universidades que preside el ministro Alejandro Finocchiaro.
“La propuesta tiene que ver con la planificación de las carreras, la autonomía universitaria, la cantidad de docentes por estudiante en el aula, la cantidad de estudiantes por metro cuadrado. En este aspecto estamos bastante pobres en relación a los países de la región”, aseguró Villanueva.
Delfina Veiravé, rectora de la Universidad Nacional del Nordeste y vicepresidenta del CIN, destacó a su vez que la expansión de la matrícula universitaria “no sirve para reducir las desigualdades y mejorar el rendimiento de los jóvenes”.
“En la última reunión del Consejo de Rectores de la educación Superior (CRES), que se realizó el año pasado en Córdoba, advertimos cómo las corporaciones financieras con peso en el mercado educativo intentan captar la demanda de la educación pero no con un sentido de pertenencia social”, indicó Veiravé.
Para la rectora de la UNNE, “se impone una planificación estratégica de la expansión territorial, al tiempo que advertimos un debilitamiento de los espacios comunes de coordinación entre universidades”.
Jaime Perczyk, presidente del CIN y rector de la Universidad de Hurlingham, aseguró que la decisión política de establecer la gratuidad universitaria en el año 1949 se agrega a los valores de cogobierno, libertad de cátedra y autonomía instaurado por la reforma de 1918, por lo que se establece a partir de allí una movilidad social ascendente”.
Y agregó: “Los que discuten la gratuidad lo hacen desde dos lugares: la regresividad, es decir el Estado financia a quien puede pagar sus estudios superiores, y la individualidad, cuando se dan recursos para que una sola persona se reciba. Se pone como ejemplo la baja tasa de egreso”, aseguró Perzcyk.
En este punto destacó que entre 2003 y el 2016 “la tasa de egreso universitario creció un 37% y que en 2002 egresaron 68.000 estudiantes y en 2018 lo hicieron 103.000”
Francesc Pedró, director del Instituto para la Educación Superior en América Latina y el Caribe de la Unesco (Iesalc), aseguró en tanto que la gratuidad “no es mayoritaria en ninguna región del mundo, apenas está instaurada en un 40% de los países. Lo más frecuente es que exista una matriculación a arancel que cubre, en la mayoría de los casos, entre un 10 y un 80% el costo de una plaza”.
“La realización del derecho universal a la educación superior -explicó Pedró- es un objetivo político deseable y plausible que puede beneficiarse de la gratuidad, aunque el contexto actual no sea proclive a ella”.
Fuente: Télam
