Periferia

20 de Agosto de 2025

Científicos del CONICET crean un bioinsumo que reduce el uso de agroquímicos en el campo

Es un desarrollo de Ecolysium, una empresa creada en Esquel por un grupo de investigadores del organismo científico que combina microbiología y nanotecnología.

Una startup creada por tres investigadores del Conicet desarrolló un bioinsumo que fortifica los alimentos y reduce el impacto de agroquímicos, apuntando a la industria frutihortícola, tan importante en la cordillera de la Patagonia.

Es un desarrollo de la empresa biotecnológica Ecolysium, surgida luego de la pandemia cuando un grupo de investigadores del Conicet comenzó a trabajar en la cordillera de Chubut, combinando sus dos campos de especialización.

Ariel Marfetán ya venía trabajando en control biológico y cuando vino a vivir a la Patagonia en 2016, empezó a investigar la selección y utilización de microorganismo (hongos y bacterias), para el control de enfermedades de plaga del bosque. Omar Ordoñez y Micaela Pescuma, en tanto, llegaron en 2020 y venían de trabajar con bacterias pero en la formación de nanopartículas.

CIEFAP

En Esquel, los tres coincidieron en el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) y surgió la posibilidad de trabajar en conjunto con el objetivo de comenzar a desarrollar microorganismos con nanopartículas para distintos fines, entre ellos ayudar a los productores frutihortícolas a evaluar si su trabajo podía tener un impacto en la cadena productiva.

En 2023, finalmente, los tres investigadores comenzaron a desarrollar la incubación de la empresa, sabiendo que necesitaban una herramienta que les permitiera llevar ese desarrollo tecnológico al mercado. Para hacerlo, tuvieron el apoyo de Conicet.

En la actualidad, la sociedad se completa con Osvaldo Armani, el director ejecutivo que vive en Capital Federal, porque, como dice el dicho: ‘Dios atiende en Buenos Aires’. El crecimiento implica, en muchas ocasiones, poder realizar la logística y el mercadeo desde allí.

Bioinsumo clave para reducir el uso de agroquímicos

El proyecto tiene sede en Esquel, en un campus del CIEFAP y en este momento se encuentra en la etapa de validación de campo en distintos cultivos del país, mientras avanza con la protección intelectual del bioinsumo y los registros correspondientes para poder comenzar con la comercialización.

“La idea es que, una vez que ya podamos empezar a comercializar en Argentina, accedamos a financiamiento, inversiones y sigamos creciendo”, cuenta el investigador. “Proyectamos, en los próximos 18 meses, empezar a hacer la comercialización en Argentina y a replicar el mismo camino en América Latina y otros países. Es un camino que lleva su tiempo, por el marco regulatorio y demás, pero el objetivo es empezar a crecer primero en Sudamérica y después seguir”, agrega con entusiasmo.

Tenemos un diferencial con nuestra tecnología, porque de lo que se venía trabajando, los más conocidos son los inoculantes y es una tecnología que tiene 50 años. Esto tiene bajo costo, pero los resultados son moderados. Después hay otras startups que hacen tecnología de última generación, que son muy sofisticadas pero también muy costosas de producir. En cambio, nuestra tecnología tiene la ventaja de que para el productor es equivalente a la tecnología que viene usando, pero es accesible y es tecnología de punta. Eso lo logramos con la plataforma que nosotros inventamos y que nos permite combinar bacterias y nanopartículas que producimos a través del uso de otras bacterias, obteniendo recursos que son accesibles y que tienen múltiples beneficios”, dice Marfetán.

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