Periferia

12 de Julio de 2019

CONEA: reclamo para salvar “de la destrucción” a la Planta Industrial de Agua Pesada

La Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear (APCNEAN) emitió un comunicado donde le reclama al Gobierno nacional acciones para continuar la construcción de las centrales tipo CANDU y la recuperación de la PIAP, que las abastece.

La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), la más grande del mundo que provee el material refrigerante para centrales nucleares, vive una crisis que delata la situación que atraviesa todo el sector nuclear argentino, hoy.  

Es que, tras haberse parado la producción, en 2017, nunca más se volvió a arrancar y la situación derivó en el derrumbe del salario de sus trabajadores y el inminente despido de más de cien técnicos y especialistas. 

Pero, al desfinanciamiento, la pérdida inminente de las capacidades tecnológicas instaladas allí y el derrumbe de la producción se le suma la ?solución? del Gobierno nacional que ofreció como respuesta un plan de retiros voluntarios.   

Es por eso que la Asociación de Profesionales de la CNEA, coordinada por el Físico e Investigador, Andrés Kreiner, emitió un comunicado donde reclama por la reactivación de la construcción de la cuarta central con tecnología CANDU, fundamental para reactivar la PIAP. 

Bajo de la órbita de la CNEA, (Comisión Nacional de Energía Atómica), creada bajo la presidencia de J. D. Perón en el año 1950, para la coordinación de las investigaciones y el desarrollo de la energía atómica en nuestro país, la PIAP integra una de las 5 empresas (PIAP, INVAP, NA-SA, CONUAR, DIOXITEC) que absorben y contienen el capital científico, tecnológico y profesional de nuestro país.   

Lesa Patria

Los profesionales nucleados en APCNEAN y ATE apuntaron contra el gobierno nacional por el direccionamiento de las políticas hacia el sector, tras la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. 

“La pérdida de la PIAP nos cerrará para siempre el camino para continuar con la exitosa línea tecnológica que la Argentina tan dedicada y cuidadosamente construyó. No dudamos en calificar esta acción como de lesa patria”, comienza denunciando el comunicado de la APCNEAN junto a los representantes de ATE. 

Es que la Planta Industrial de Agua Pesada (la PIAP) de Arroyito, Neuquén, es una de las inversiones más grandes en la historia de la tecnología de nuestro país.  
 

El agua pesada es necesaria para reponer la que se consume en nuestras 3 centrales (Atucha I, II y Embalse). Además es necesaria para proveer a los reactores de investigación y producción de radioisótopos que el país exporta, entre otra variedad de usos médicos e industriales. 

La pérdida potencial de capacidades tecnológicas nacionales 

“Vale la pena mencionar que el deuterio (el hidrógeno pesado que es el elemento determinante del agua pesada) que la PIAP extrae del agua natural podría convertirse en uno de los combustibles más importantes para el futuro de la humanidad”, señala APCNEAN.  

Este elemento es el que se “quemará” en los reactores de fusión termonuclear del futuro. Este es el segundo método para obtener energía nuclear, después de la fisión del uranio, solo que prácticamente no genera residuos radiactivos y es inagotable.  

Hoy en día se está llevando a cabo el experimento más grande de la historia de la fusión termonuclear controlada a través de una cooperación internacional llamada ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor). “La Argentina podría participar aportando deuterio y tecnología (algo que ya está intentando a través de empresas del sector nuclear)”, advierten desde APCNEAN. 

Promesas incumplidas  

Tras varios encuentros con el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, desde APCNEAN denunciaron que a pesar que el funcionario sostuvo que “el gobierno preservaría la PIAP, la realidad, triste y dramáticamente, lo está desmintiendo”. 

Es que, de una planta de 410 trabajadores, técnicos, especialistas, científicos e ingenieros quedan hoy en día menos de 290, que pueden llegar a 150 con los retiros voluntarios. “Se está desvinculando a los trabajadores más calificados sin los cuales no es posible preservar la PIAP en condiciones mínimamente aceptables”, denuncia el comunicado.  

“Esto habla, de una manera indubitable, de las verdaderas intenciones del gobierno”, sintetiza el escrito. 

“Se destruye capital intelectual malgastando recursos que debe pagar todo el pueblo argentino?, manifiesta el comunicado de APCNEAN, donde califican de “estrago incalificable” solo comprendido “en el marco de elementos espúreos de presión sobre nuestro país, consentido por las actuales autoridades”.  

El comunicado, que lleva la firma de Andrés Kreiner, apunta que la situación de la PIAP se relaciona directamente al acuerdo con el FMI y la presión de Estados Unidos para no avanzar en el acuerdo con China. 

“La decisión de terminar con esta línea tecnológica fue tomada inmediatamente después de firmar el acuerdo con el FMI. Se está cerrando a nuestro país la posibilidad de ser autosuficiente en materia de energía nuclear”, manifestaron desde APCNEAN.  

Capacidades subutilizadas 

La PIAP estuvo detenida casi 7 años y fue reactivada durante el gobierno de Néstor Kirchner con una inversión cercana a los US$ 1.000 millones. A partir de esta inversión, la planta ENSI (Neuquén) obtuvo la capacidad de abastecimiento de agua pesada para 4 Centrales Nucleares de Uranio Natural.   

En 2015 la conformaban unos 410 profesionales, ingenieros, especialistas, científicos, investigadores y trabajadores asistentes que hoy se redujeron a 290, pero, con el plan de retiros voluntarios la planta quedaría en 150.  

“En la actualidad esta enorme capacidad instalada se encuentra subutilizada”, explica un informe del Centro de Economía Polìtica de la Argentina (CEPA). El acuerdo con China genera aún más incertidumbre sobre el futuro de la empresa y los profesionales, operarios y técnicos especializados que en ella trabajan.   

Adicionalmente, no continuar con la tecnología CANDU, significaría una dependencia total de los combustibles nucleares de uranio enriquecido, sólo provisto por las grandes potencias.  

La industria nuclear explica el 6% de nuestro sistema energético, pero su crisis es una señal política contundente, puesto que la apuesta por fortalecer este sector implica una jugada mucho mayor que es la de ofrecer energía a las industrias y PyMEs del país.  

El panorama en la CNEA 

Según el informe del CEPA con la llegada de Cambiemos, el presupuesto destinado a CNEA medido en dólares se redujo de US$ 363 millones en 2015 a US$ 161 millones cuatro años después. Esto representa una caída del 57% del presupuesto destinado a la comisión medido en USD.  

El presupuesto destinado a CNEA en 2019 representa sólo el 0,16% del Presupuesto General de Gastos cuando en 2015 representaba el 0,24%. Esto implica que en los últimos cuatro años se redujo a un tercio la participación del presupuesto de la CNEA en el gasto total del Estado. 

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