Científicos de todo el país se reunieron de manera remota ayer jueves, al hacerse eco de los rumores que trascendieron (y que hoy comenzaron a materializarse con el DNU sobre la Agencia I+D+i), sobre el plan de desmantelamiento del CONICET.
Con apenas unas horas de anticipación, una asamblea reunió a casi 400 científicos de diferentes líneas de investigación y de todo el país preocupados por la posible intervención del Gobierno en el directorio y un posible desguace del Conicet. Definieron prepararse para una batalla legal y política en diferentes planos.
La asamblea se dio a horas de la publicación del DNU del gobierno nacional que modificó la estructura de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), uno de los organismos que conforma la columna vertebral del sistema científico y que actuó como preludio de lo que podría suceder en el CONICET.
La reunión se improvisó y, en apenas unas horas de convocatoria, reunió este jueves por la tarde/noche a casi 400 científicos del Conicet de diferentes disciplinas, distintas líneas de investigación y de todo el país. Una asistencia multitudinaria que marcó el nivel de preocupación por las versiones que circulaban sobre posibles reformas de fondo en el principal organismo de ciencia de la Argentina.
Una reunión que se improvisó y que tuvo apenas unas horas de convocatoria, reunió este jueves por la tarde/noche a casi 400 científicos del Conicet de diferentes disciplinas, distintas líneas de investigación y de todo el país. Una asistencia multitudinaria que marcó el nivel de preocupación por las versiones que circulaban sobre posibles reformas de fondo en el principal organismo de ciencia de la Argentina.
En el encuentro se analizaron las posibilidades que circularon en los medios respecto de la potencial intervención del Conicet por parte de la gestión libertaria que podrían establecer líneas de investigación que sean “económicamente interesantes” y podría cerrar todos los temas “no redituables”. Especialmente se pone el foco en las Ciencias Sociales, atacadas sistemáticamente por el aparato comunicacional del oficialismo.
Acción sindical, política y judicial contra el decreto
En ese contexto, los científicos resolvieron comenzar a prepararse para los cambios con un plan de acción que incluye varios planos: sindical, político y judicial. Una estrategia con varias aristas para atender a la magnitud de los cambios que podrían venir.
El plano judicial se activaría sólo cuando la medida se haga efectiva y hay posibilidades de trabajar en la potencial inconstitucionalidad de reformas que busquen modificar cuestiones definidas por Ley.
Además hablaron de elevar una nota urgente al Directorio, que lleve las firmas de referentes de la ciencia de todo el país, que ponga en claro la preocupación del sector y la masividad y heterogeneidad del reclamo.
Adicionalmente esbozaron la idea de construir un potencial frente de trabajo con legisladores, en caso de tener que ir al Congreso a rechazar un DNU, y la chance de diseñar una movilización al Polo Científico y al Congreso, con un llamado a la solidaridad de toda la sociedad y de actores científicos del exterior que ya pronunciaron su respaldo a Conicet.
Decreto para controlar la ciencia
A horas de la asamblea de científicos el Poder Ejecutivo acaba de publicar el DNU que modifica la gobernanza de la Agencia Nacional de Promoción Científica (Agencia I+D+i), uno de los organismos que es parte de la columna vertebral del sistema científico y que hoy preside Natalia Avendaño.
El plan es avanzar, como adelantó Periferia, sobre la gobernanza de otro de los gigantes, el CONICET.
Quitar autonomía es la regla de la gestión libertaria para los organismos descentralizados. Lo que para los organismos de ciencia es un golpe mortal (porque implica perder territorialidad, capacidad de asumir objetivos estratégicos e implementar políticas basadas en misiones, por ejemplo), para la actual administración es un gasto innecesario.
El DNU, con fecha de ayer, jueves sostiene que la Agencia “posee en la actualidad una estructura organizativa compleja y excesivamente burocrática, incompatible con la misión encomendada y con los objetivos definidos en la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos N° 27.742”.
El DNU: https://www.boletinoficial.gov.ar/detalleAviso/primera/327858/20250704
Vía DNU
Así, elimina ocho cargos que conforman el Directorio, “con el fin de mejorar su funcionamiento mediante la toma de decisiones de manera ágil y eficiente y reducir el sobredimensionamiento de la estructura estatal con el objetivo de disminuir el déficit, transparentar el gasto y equilibrar las cuentas públicas, atento que dichos cargos ocasionaban gastos de viáticos y comisiones para la asistencia a reuniones y/o para el cumplimiento de sus funciones”.
“En esta instancia, resulta prioritario implementar medidas concretas que permitan optimizar los recursos del Estado, asegurando la eficacia, eficiencia, economía y sencillez en la implementación de los objetivos estratégicos de la gestión. Así como también aquellas que permitan fomentar una sostenibilidad financiera y promuevan un conjunto de inversiones”, sostiene el DNU.
Además de modificar el número de integrantes, el gobierno aumenta el poder de decisión sobre las medidas que tomen, es decir más control para definir qué programas avanzan, cuando y de qué manera.
Quitar autonomía es la regla de la gestión libertaria para los organismos descentralizados. Lo que para los organismos de ciencia es un golpe mortal (porque implica perder territorialidad, capacidad de asumir objetivos estratégicos e implementar políticas basadas en misiones, por ejemplo), para la actual administración es un gasto innecesario.
El espíritu del DNU es ejercer más y más estos controles para vaciar el sistema científico, y, en adelante avanzar sobre el gran organismo de ciencia del país, el CONICET.
Para el CONICET, ¿también intervención?
Si bien no lo dice, el Gobierno planea reformas profundas en el CONICET que suponen la liquidación del sistema de Ciencia y Tecnología. Esto se logra modificando el estatuto del máximo organismo de ciencia (algo que requiere una ley del Congreso) o interviniendo el Directorio para ampliar sus integrantes y que pierdan poder de decisión (y autonomía) los representates de la comunidad científica y las universidades nacionales.
Ese es el rumor que circula en los institutos de investigaciones que dependen del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (unos 330 en todo el país) donde dicen que el gobierno quiere incrementar los miembros del directorio del CONICET y de esa manera licuar el poder de los representantes de la comunidad científica y las universidades, lo que se entiende como una intervención.
Tras el DNU de la Agencia, los científicos y científicas temen que el CONICET siga en esa lista, junto al INTA, el INTI y el resto de los organismos de ciencia del país.