Un equipo de paleontólogos liderado por Ricardo Martínez, director del Área de Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, descubrió un minúsculo cráneo de una nueva especie de reptil junto a su mandíbula, en el Parque Provincial Ischigualasto, San Juan.
Según explicaron los especialistas en una nota a la revista nature, el ejemplar de la nueva especie hallada, a la que bautizaron “Taytalura alcoberia”, data de unos 230 millones de antigüedad, en tanto que mientras su largo total era de 15 centímetros, su pequeña mandíbula media apenas 6 centímetros de largo.
“Poseía grandes órbitas y un cráneo ampliado hacia atrás como el de un camaleón. sus dientes se hallaban metidos en un largo canal, algo nunca visto en otros reptiles”, relató Sebastián Apesteguía, investigador del CONICET en la Fundación de Historia Natural Félix de Azara y partícipe de la investigación.
“Las características anatómicas de este pequeño reptil muestran que es un representante temprano de los lepidosauromorfos, grupo que incluye a los actuales lepidosaurios (lagartos, serpientes y esfenodontes), que hoy ronda las 10 mil especies y que tuvo su origen en el mismo momento que los dinosaurios, los cocodrilos, los pterosaurios y los mamíferos”, agregó el paleontólogo.
A su vez, los especialistas destacaron que este hallazgo les sugiere que muchos rasgos típicos de los lepidosaurios más derivados evolucionaron mucho antes de lo que se creía hasta el presente.
“Estamos acostumbrados a aceptar que la era mesozoica fue una edad de reptiles gigantes, enormes ancestros de los mamíferos, cocodrilos descomunales y árboles inabrazables, y, por ello, quienes buscamos fósiles solemos hacerlo de pie, caminando sobre esos terrenos áridos que una vez fueron bosques, dando por sentado que desde la altura humana veremos sus rastros. sin embargo, la mayor parte de los componentes de aquellos ecosistemas eran pequeños, como hoy”, destacó el especialista.
“Taytalura nos enseña que nos perdemos información importante buscando animales grandes, y también creyendo que porque no se habían encontrado antes fósiles de ese grupo por aquí, el origen de los lagartos se había dado en el hemisferio norte. la naturaleza nos enseña también una lección de humildad y la necesidad de arrodillarse, no solo frente a su maravilla, sino para ver más de cerca”, concluyó apesteguía.
El nombre Taytalura alcoberi deriva de la palabra quechua tayta, que significa “padre o abuelo” y lura del kakan (lengua hablada por los diaguitas, antiguos pobladores de la zona de san juan) que significa “lagarto”. en tanto que el nombre específico hace honor al paleontólogo sanjuanino Oscar Alcober, quien liderara con el primer autor la expedición que halló este, hasta ahora, desconocido espécimen.
Los materiales fósiles originales de taytalura, así como muchos otros procedentes de la misma localidad, ya forman parte de la colección de Paleovertebrados del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan