Científicos cordobeses de la Universidad Nacional de Río Cuarto dieron con un hallazgo que podría revolucionar el modo de tratar las enfermedades crónicas como la diabetes o el cáncer, sin apelar a las inyecciones.
Los investigadores identificaron una molécula que, al disolverse en agua, produce unas vesículas que sirven para transportar cualquier tipo de medicamentos por vía oral o a través de la piel mediante parches.
El procedimiento conserva inalterables las drogas que llevan, las protegen de los jugos gástricos y las depositan en las células del organismo, según las pruebas que pudieron realizar en animales y roedores.
Las vesículas tienen características únicas, que permitirían administrar cualquier tipo de medicamentos por vía oral o tópica.
Se trata de un nanosistema de vesículas microscópicas que se asemejan a ?vehículos? de transporte capaces de llevar en su interior las moléculas de insulina u otra droga.
Los investigadores a cargo del hallazgo aseguran que lo más novedoso es que éstas lograron superar con éxito las múltiples barreras que pone el cuerpo humano a la administración por la vía oral.
Por ejemplo, una de esas barreras son los jugos gástricos, que suelen disolver la provisión del medicamento e impiden su llegada al intestino.
Sin embargo, en estas pruebas no provocaron alteraciones en el medicamento que transportaban las vesículas, por lo menos hasta una hora y media después de su ingestión.
Este es un tiempo más que suficiente para llegar al intestino y, desde allí, al torrente sanguíneo para asociarse con las células, destino final para entregar el remedio, explicó Mariano Correa, químico, investigador principal de CONICET y director del proyecto.
De esta manera consiguieron transoportar la insulina haciendo que las vesículas resistieran el entorno agresivo del estómago.
Los “anti-vacunas” de la ciencia
Este avance promete cambiar el procedimiento de provisión de ciertos medicamentos los cuales hasta hoy no tienen otra vía de aplicación más que por inyección (vacunas).
Los numerosos ensayos in-vitro realizados en los laboratorios de la UNRC trazaron un panorama prometedor para el uso de esta vesícula, bautizada aquí mismo en el campus por sus descubridores como BHD-AOT. Y a poco de andar, lo mismo que se había comprobado artificialmente in-vitro, se corroboró en ratones.
La vesícula, cargada con insulina, volvió a demostrar su potencial. Se la administró oralmente y se la comparó con inyecciones intraperitoneales y subcutáneas. En todos los casos, se redujeron los niveles de glucosa.
Este trabajo es parte de la actividad científica que lleva adelante el Grupo de Sistemas Organizados del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, que integran, entre otros, los doctores Mariano Correa, Darío Falcone, Patricia Molina, Fernando Moyano, la investigadora emérita Juana Chessa y la becaria doctoral del Conicet Soledad Stagnoli.
Fármaco contra los tumores
El hecho de que la vesícula se introduzca en la célula también aportó otra información trascendente: se podría emplear para transportar drogas como las tumorales. Este tipo de fármacos no puede liberarse en la superficie de la célula. Tiene que llegar hasta su interior porque es insoluble.
Los logros motivaron a los científicos locales a expandir los alcances del sistema y emplear la vesícula descubierta para transportar drogas anticancerígenas.
Con esta propuesta científica, la investigadora Soledad Stagnoli obtuvo una beca en Alemania. El objetivo fue probar el hallazgo local en la administración por vía tópica de una droga natural antitumoral conocida como curcumina.
Al ser insoluble, esta droga necesita un medio que la transporte hasta las células para que no se pierda en el organismo.
Efectos secundarios de la quimioterapia
Según contaron desde el grupo de trabajo, en Alemania están planeando utilizar este tipo de sistemas como una alternativa para las quimioterapias.
Además, estas vesículas son muy eficientes porque entregan toda la droga que transportan. Este es un aspecto significativo para los pacientes, no solamente de cáncer, sino de cualquier otra enfermedad, ya que se reduce la toxicidad en el organismo.
A diferencia de otras terapias, con este tipo de vesículas se puede aplicar la dosis necesaria y nada más. Ninguna parte de la droga se pierde en el torrente sanguíneo.
Hay muchos estudios a nivel mundial que han intentado alcanzar resultados parecidos, pero hasta ahora no lograron ser eficientes. La mayoría de ellos, requiere de una alta concentración de medicamento porque buena parte de éste se pierde en el camino. Esto los convierte en tóxicos para el organismo.
En cambio, la vesícula estudiada por los científicos de Río Cuarto emplea las cantidades justas de droga porque no tienen pérdidas y pueden entregarla donde deben: en la célula.
El sistema descubierto en la UNRC funciona exitosamente, aunque todavía no está en la etapa clínica. Su potencial es enorme y podría transformar la manera en que actualmente se llevan adelante los procedimientos médicos.
Nanociencia aplicada a la Salud
El trabajo de los investigadores de la Universidad de Río Cuarto fue posible gracias al desarrollo de la Nanociencia en el país. Se trata del estudio de fenómenos en nanoescalas, donde las propiedades de los materiales son muy diferentes.
Los científicos trabajan, de esta manera, en dimensiones nanométricas, a escalas que representan la millonésima parte de un milímetro, o la mil millonesima parte de un metro, (lo que equivale a un nanómetro).
Para ello, su labor requiere de la nanotecnología, que implica al diseño y la manipulación de la materia a nivel de átomos o moléculas, en este caso con fines médicos.
20 años de inversión en ciencia
En diálogo con Periferia, Correa reivindicó el rol del Estado nacional como promotor de las políticas de ciencia y tecnología y ofreció su caso como testigo de la importancia que tiene evitar la desinversión del sistema científico.
En su caso, las conclusiones a las que arribaron fueron posibles gracias a un trabajo de veinte constantes años de inversión en equipos, insumos, salarios, becas y funcionamiento de los institutos de investigación.