La contaminación por plásticos se ha convertido en una creciente preocupación medioambiental que afecta incluso a las regiones más remotas del planeta, como la Antártida y el Ártico, poniendo en peligro su ecosistema y contribuyendo al cambio climático. Si bien el continente antártico suele considerarse una región prístina y libre de contaminación antropogénica, la presencia humana debido a la investigación científica, las actividades pesqueras, el turismo y el transporte de partículas desde regiones remotas han generado la presencia de residuos plásticos en la región. En un estudio pionero interdisciplinario investigadores de la Universidad Nacional de La Plata detectaron, por primera vez en la historia, la presencia de microplásticos en el aire de la Antártida.
Mientras que la mayoría de los estudios publicados en la literatura se han centrado en la contaminación marina y el rol de las corrientes oceánicas, los monitoreos para evaluar la presencia de microplásticos en la circulación atmosférica antártica estaban ausentes hasta el momento.
Investigación
Investigadores de la UNLP, del Instituto Antártico Argentino (IAA) y del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) han comprobado la presencia de microplásticos en el aire del continente blanco.
El equipo de trabajo del Centro de Química Inorgánica (CEQUINOR) perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, al CONICET y asociado a la CIC, analizó y caracterizó las muestras provenientes del monitoreo atmosférico realizado durante un año en los alrededores de la estación científica Base Carlini, ubicada en la Isla 25 de Mayo perteneciente al archipiélago de las Islas Shetland del Sur en la Península Antártica.
Cabe destacar que esta región de estudio es parte del Sector Antártico Argentino, donde las actividades científicas tienen un rol importante desde hace décadas, fortaleciendo el reclamo argentino de soberanía sobre esta región.
El estudio, titulado “Airborne microplastic pollution detected in the atmosphere of the South Shetland Islands in Antarctica”, fue publicado este mes en la destacada revista internacional Chemosphere de la editorial Elsevier. https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0045653524026638
La problemática del plástico
Actualmente, la producción anual de plástico supera los 430 millones de toneladas, de las cuales más de dos tercios son productos de corta duración que rápidamente se convierten en desechos. La cantidad de residuos plásticos descartados tras un solo uso alcanzó los 139 millones de toneladas en 2021, lo que destaca el impacto significativo en la salud de los ecosistemas.
En este sentido, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) viene incorporando hace años el problema emergente de la contaminación por plásticos y microplásticos en el medioambiente.
¿Qué son los microplásticos?
Los materiales plásticos, expuestos en el medioambiente a la radiación solar, la abrasión y al tiempo, se degradan en fragmentos cada vez más pequeños llamados microplásticos (definidos generalmente menores a 5 mm), e incluso a niveles de nanoplásticos (menores a 1 micra), aumentando exponencialmente la cantidad de partículas plásticas con disponibilidad en los ecosistemas. A este tipo de materiales se los denomina “microplásticos secundarios”, los cuales también incluyen la enorme cantidad de fibras sintéticas liberadas del lavado de ropa doméstica y a través de las plantas de tratamiento de aguas residuales, cuya naturaleza química incluye poliésteres, poliamidas, poliacrilonitrilos y fibras semisintéticas de naturaleza celulósica.
Otra fuente de materiales plásticos liberados al medioambiente son los denominados “microplásticos primarios”, los cuales fueron sintetizados de esas dimensiones para ser agregados en productos comerciales, tales como los de cuidado personal (pastas dentales, exfoliantes faciales y corporales, entre otros).
En lo que respecta a la contaminación atmosférica, los investigadores destacan que “la contaminación por microplásticos en el aire (AMP, de las siglas en inglés Airborne Microplastic Pollution) contribuye a las partículas de aerosol, impactando significativamente en el cambio climático y la salud de los ecosistemas. Se han reportado estudios donde se destaca el rol potencial de las AMPs en los procesos de formación de nubes pudiendo impactar en los patrones de precipitaciones locales, como así también involucrarse en los procesos radiativos globales del planeta. ”El transporte masivo de estas partículas a las regiones polares y su deposición sobre la nieve o el hielo puede acelerar los procesos de fusión en la criósfera”.
Un estudio pionero
El IAA, responsable de las investigaciones científicas en la Antártida, viene desarrollando proyectos a cargo de los Dres. Cristian Vodopivez y Antonio Curtosi, para determinar la presencia de contaminantes emergentes en matrices ambientales antárticas. Los investigadores destacan que “la sinergia de trabajo con científicos del CIMA y el CEQUINOR han impulsado el monitoreo, la detección y caracterización de microplásticos en matrices atmosféricas”.
En la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2021/2022, y durante el trabajo de campo a cargo del Msc. Alfredo “Alpio” Costa (IAA) se instalaron muestreadores atmosféricos pasivos, adaptados por el Dr. Gabriel Silvestri (CIMA), en las inmediaciones de la estación científica Base Carlini. El estudio tuvo como principales objetivos probar el sistema pasivo de muestreo diseñado, que permite monitorear regiones remotas sin la necesidad de energía eléctrica, determinar la presencia de residuos de origen plástico en el aire, y evaluar el rol del transporte atmosférico de corto y largo alcance de las partículas plásticas.
“El monitoreo fue realizado entre los meses de marzo del 2022 y enero del 2023, en tres regiones cercanas a la base científica”, comenta Alfredo “Alpio” Costa.
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