El 7 de septiembre de 2023 se publicaron los resultados de la convocatoria 2022 a Carrera de Investigador de CONICET, luego de un riguroso proceso de evaluación por especialistas, que dura aproximadamente seis meses.
En ese período se analizan los antecedentes y proyectos presentados por los y las postulantes, quienes tienen que tener de mínima un título de doctorado y una cantidad importante de publicaciones científicas o papers, entre otras exigencias. Desde ese día, 850 personas de 23 jurisdicciones (22 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), se encuentran aguardando el alta del cargo como investigadores e investigadoras del organismo. La mayoría (el 66%) cuenta con su trámite aprobado en el sistema de intranet de CONICET, luego de haber presentado durante 2023 los documentos para el alta y los estudios médicos preocupacionales, por lo cual ya estarán en condiciones de poder asumir sus cargos concursados y ganados.
Sin embargo, se les informó en reiteradas ocasiones que los ingresos a CONICET se encuentran frenados por “una cuestión presupuestaria”. Desde el cambio de gestión, el 10 de diciembre de 2023, no ha habido ningún ingreso de personal al CONICET. Tampoco ingresaron las 34 personas de convocatorias anteriores (2020 y 2021) cuyos cargos ya habían sido efectivizados con inicio al 1° de enero de 2024, pero sus trámites fueron retrocedidos.
Cerrado “de hecho”
Para los científicos y científicas, esto es una señal que la carrera del investigador en CONICET está cerrada de hecho. A esta situación se suma que el 27 de diciembre, el directorio de CONICET decidió no otorgar más becas postdoctorales extraordinarias, solución paliativa para esperar el alta de cargo para aquellos seleccionados que no poseen relación de dependencia con CONICET.
De esta forma, muchos de los ingresantes 2021 y 2022, llevan un año o más sin ningún tipo de sustento, siendo sus situaciones de extrema vulnerabilidad.
Desde el Colectivo de Ingresantes CONICET 2022, plantean que las consecuencias de esta situación son graves: “A nivel profesional, luego de siete años de carrera de grado, cinco de doctorado y tres de postdoctorado, de haber sido evaluados académica y profesionalmente por tres comisiones y de haber ganado uno de los concursos públicos más exigentes del Estado Nacional, nos encontramos en un limbo sin saber que sucederá con nuestro futuro”.
“En el mejor de los casos, nuestro estatus sigue siendo de ‘becario’; esto nos impide presentarnos en otras oportunidades laborales, pero también nos impide tener los derechos mínimos de cualquier trabajador. Solo al efectivizarse el nombramiento, CONICET paga las cargas sociales, aportes jubilatorios, aguinaldo, etc.”, destacan.
Despidos
Por otro lado, resaltan que las consecuencias para el desarrollo nacional también son gravísimas: “El cierre de los ingresos a carrera del investigador viene acompañado de 130 despidos de personal administrativo en el organismo, un recorte feroz en el número de becas doctorales y postdoctorales, el congelamiento de los ingresos y la suspensión del financiamiento a los proyectos de investigación, situación agravada por la caída del salario real de un 26% entre noviembre 2023 y junio 2024”.
Por último, el Colectivo de Ingresantes sostiene que la ausencia de inversión frenará líneas de investigación reconocidas mundialmente y el desarrollo de tecnologías no solamente claves para el crecimiento del país, sino fuente de ingresos de divisas para la economía nacional. Exigen la inmediata incorporación a la carrera de investigador y que se detenga este ataque directo al sistema científico en todos sus ámbitos.
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