El escenario del sector científico y tecnológico es crítico. La crisis es inevitable en un país (y en una región) en la que el 70% del funcionamiento de la ciencia se da con fondos del Estado, más cuando asume un gobierno dispuesto a no tener contemplaciones a la hora de aplicar ajustes, aún cuando se le grita a cuatro vientos que se trata de “áreas estratégicas”.
Estratégico significa que las consecuencias de invertir en esa área hoy, aunque incalculables, tiene altas chances de que redunde, en las próximas décadas, en beneficios diversificados a todo orden para el país. Impacto productivo, económico, tecnológico, social, educativo y hasta cultural. Para comprender con un ejemplo simple, la inversión (pendular) que el Estado realizó en el sector atómico desde el año 1947 derivó en el desarrollo de la industria aeroespacial en los años 90, porque el “know how” acumulado en un área se transfirió a otra. Hoy Argentina tiene diez universidades desarrollando nanosatélites, y fabrica sus propios satélites. Es más, cuenta con INVAP, una compañía de altísima tecnología, referencia en la región latinoamericana y mundial, que desarrolla tecnología para sectores como Defensa, Energía, Salud y Ambiente, con clientes en todo el mundo (la India y Países Bajos, entre ellos). Hoy universidades como la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional de San Martín, a raíz de ello, abrieron carreras asociadas a la ingeniería aeroespacial, y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales ofrece tecnología satelital a organismos públicos y a actores privados para la resolución de problemáticas que van desde el cobro impositivo a deudores (con imágenes desde el espacio) hasta el monitoreo de suelos en el sector agropecuario.
Estratégico es que los fondos redundarán en pilares para el desarrollo. Algo que los países desarrollados lograron ver cuando superaron la miopía ideológica de gestiones como la de Javier Milei.
Sin fondos
La semana pasada la presidenta de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), de la Secretaría de Ciencia, Alicia Caballero, cometió un error. En una reunión a puertas cerradas con el área de Ciencia y Tecnología de las universidades del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional), y con total tranquilidad de que no tendría trascendencia pública más allá de las cuatro paredes de la reunión, admitió el “no hay plata”, latiguillo de la administración libertaria para justificar el ajuste brutal que llevan adelante.
Caballero aseguró que no se abrirán nuevas convocatorias a proyectos de investigación científica a lo largo de 2024 “porque no tenemos fondos”.
La “Agencia”, como se la llama entre los investigadores, es el órgano encargado de gestionar proyectos científico-tecnológicos que puedan brindar soluciones innovadoras a la actividad productiva en diversas áreas como energía, software, economía del conocimiento, salud, ambiente y pymes, entre otras áreas.
Se trata de un área clave que administra fondos con un objetivo sectorial destinado a articular la actividad científica con la productiva.
Es decir, articula la variedad de la investigación que se realiza en los 330 institutos del CONICET y en las universidades para responder a demandas concretas de la industria, con foco en la innovación, el agregado de valor y la generación de conocimiento.
Durante una reunión con representantes del área de Ciencia y Tecnología de las universidades nacionales, Caballero aseguró que “sólo vamos a pagar lo que ya está firmado“, es decir que sostendrán los fondos asignados hasta diciembre de 2023,
En el encuentro, Caballero, confirmó que los llamados PICT (Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica) cláusula MPV “es válida pero no se va a cumplir por falta de fondos”.
La administración de Javier Milei, confirmó de esta manera que “este año no habrá ninguna convocatoria porque no tenemos fondos”.
La imprudencia de Caballero hizo que Darío Genua, el Secretario de Ciencia y Tecnología de Javier Milei, tenga que salir del anonimato, para mandar a sus comunicadores a dar explicaciones a la comunidad de casi cien mil científicos que realizan investigación en Argentina en organismos científicos y universidades.
Eufemismos para evadir la realidad
Genua no habló, porque el procedimiento de los funcionarios de Javier Milei es no dar la cara a pesar que por su cargo los argentinos estamos pagando casi cuatro millones de pesos mensuales asignándole la responsabilidad de cuidar los recursos de un sector “estratégico”. Sus voceros, sin embargo no desmintieron la información que publicó Periferia sobre la reunión entre Caballero y las universidades.
Los voceros de Darío Genua sostuvieron que están evaluando las posibilidades de continuar con el financiamiento de algunos proyectos de Construir Ciencia (el programa destinado a dotar de infraestructura al sistema , que es clave para laboratorios del país), “en función del grado de avance de la obra y de su prioridad estratégica para el sistema de ciencia y tecnología”.
Sobre “Equipar Ciencia” (el otro programa del área de Ciencia y Tecnología para equipar laboratorios con instrumentos, maquinaria e insumos creado en la gestión de Alberto Fernández), informaron que se estaba estableciendo contacto con las instituciones adjudicatarias, “con el objeto de analizar el estado de situación de cada una en relación con los compromisos asumidos y definir las posibilidades de continuidad o, en su defecto, acordar una rescisión de común acuerdo” para los proyectos vigentes. Las instituciones que hayan adquirido equipos, por otro lado, tienen que declararlo en un registro para que puedan brindar servicios al sector público y privado. Esto se da a ocho meses de asumido el nuevo gobierno.
Por otro lado, se desconocen los resultados de la convocatoria de 2022. “Los resultados de la convocatoria Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) 2022 no fueron comunicados de forma oficial sino a través de un directorio autoproclamado, sin presencia del presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación”, señalaron. No se informó cuánto tiempo llevaría esa revisión. Hace tres meses, Caballero elevó a Jefatura de Gabinete los nombres del nuevo directorio de la Agencia que ella dirige y aún espera la aprobación. Sin el directorio, no puede aprobar ni ejecutar partida alguna.
En diálogo con el Diario La Nación, el vocero de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología señaló que desde el organismo se daría prioridad a los PICT de “ciencias duras” y tecnología vinculada con el agro, la salud, inteligencia artificial y otros desarrollos tecnológicos. “No es que no hay plata, sino que habrá una redeterminación de fondos”, especificó. Agregó que se revisarían los proyectos de ciencias sociales que tuvieran “orientación política”, y que las áreas de letras, filosofía e historia no estarían entre las beneficiarias de los fondos destinados a la investigación. “No es lo principal”, sostuvo.
El secretario Genua se presentará el 3 de septiembre ante los miembros de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados para informar sobre el avance de su gestión y las graves denuncias de la comunidad científica.
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