La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en la provincia de Neuquén, que abastece a las centrales nucleares de Atucha y Embalse, funciona con dotación mínima de personal y es permanente la incertidumbre de los trabajadores a la hora de percibir sus salarios.
Durante la gestión de Alberto Fernández se avanzó en gestiones para que la planta, única de su tipo en el mundo, diversifique funciones hacia el desarrollo de biofertilizantes, además del aporte tecnológico que realiza para el sector atómico.
La semana pasada fueron recibidos por el diputado del MPN, Osvaldo Llancafilo, quien trabajará junto al diputado Pablo Cervi para generar un espacio de diálogo con el secretario de Energía Eduardo Chirilo.
En la reunión de hoy se hizo entrega de una carpeta con una serie de propuestas a fin de reactivar la planta.
Días atrás, la Junta Interna de ATE en la PIAP (Planta Industrial de Agua Pesada) se declaró en estado de alerta ante la falta de definiciones sobre el reacondicionamiento de la planta para su producción.
Los trabajadores de PIAP, con el cambio de gobierno, se encuentran en un estado de incertidumbre ante la falta de fondos.
Nación adeuda 870 millones de pesos destinados al reacondicionamiento de una línea de producción de la planta. La Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI) opera la planta y es la que recibe las partidas de Nación.
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