Al final, el ministro de Economía, Luis Caputo, logró imponerse sobre una interna que, a lo largo de las semanas, no se cerraba, en torno a la sucesión en la Secretaría de Minería de la Nación, cargo que ocupó Flavia Royón hasta el mes pasado.
En carrera estaban Alberto Carlocchia y Pablo Rutigliano como los candidatos que se podría caracterizar como “pro y anti-casta” respectivamente hacia el interior del sector de la minería.
Carlocchia fue presidente de la histórica Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) que apoya el modelo de explotación minera a manos de grandes compañías internacionales y tiene un papel “laissez faire” con el control de los recursos que extraen las gigantes internacionales de la minería que operan en el noroeste argentino, y con el control del precio.
La “tokenización” de la industria minera deberá esperar
Del otro lado, Rutigliano, el presidente de la Cámara Latinoamericana del Litio, era apoyado por Chile (el primer productor mundial de litio y uno de los principales de cobre) para tomar el control administrativo durante la gestión Milei. Rutigliano ingresó a la disputa como el “candidato anti-casta” puesto que avanzaba con fuertes críticas al modelo de gestión de la minería existente en el país, que, justamente, tiene entre sus beneficarios a la CAEM y a los gobernadores del Noroeste Argentino (NOA).
“El lazo entre los empresarios mineros y los gobernadores ha servido para encubrir prácticas como la subfacturación del litio y la falta de transparencia en las inversiones, lo que ha ocasionado pérdidas millonarias para el país”, cuestiona Rutigliano, y plantea que “existe una élite política que obstaculiza el desarrollo transparente y competitivo en la industria minera”
El presidente de la Cámara Latinoamericana del Litio, de hecho, tiene en su agenda de gestión la tokenización de los recursos mineros, para utilizar la tecnología Blockchain como herramienta de control de los excedentes y subfacturaciones que hoy realizan las principales empresas internacionales que operan en los salares de Catamarca, Jujuy y Salta. De hecho, fue quien expuso, el año pasado, la subfacturación del litio que la empresa Livent estaba realizando en la provincia de Catamarca.
¿En qué consiste el proyecto para “tokenizar” la minería?
Hoy, los salares están controlados por Lítica, de la argentina Pluspetrol (con 320 mil hectáreas); Arcadium Lithium, fruto de la fusión entre la estadounidense Livent y la australiana Allkem (con 232,637 hectáreas); Integra Lithium, del empresario y político argentino, José Luis Manzano (con 163 mil hectáreas); la minera china Ganfeng Lithium (con 122.432 hectáreas); y la británica-australiana Río Tinto (con 83 mil hectáreas).
Para el caso del litio (por establecer un ejemplo) los precios están fijados por las dos o tres compañías internacionales, como Livent y Allkem (que lo exploran y explotan en el norte argentino). Estas compañías, amparadas en que el carbonato de litio implica algún grado de industrialización fijan por sí mismas el precio al que lo exportan.
Esto implica que tienen vía libre (con la anuencia de los organismos de control, políticos y empresarios locales) para exportar el litio que extraen al valor que esas mismas empresas definen (a la baja, desde ya).
Esto hace que el país y el Estado pierdan recursos en el orden a los mil millones de dólares, como sucedió en 2023, por esta falta de regulación, (sumada a la subfacturación de estas grandes compañías).
La iniciativa de tokenización plantea crear el Mercado de Metales y Futuros Digital, con base en la tecnología Blockchain, para “transparentar” transacciones y contratos asociados con operaciones presentes, futuras y de coberturas en la industria minera. El objetivo es determinar los precios de referencia, transparentes y visibles desde el origen en la boca de la mina para los commodities que se comercialicen, operen y negocien en todo el país. La iniciativa de tokenización está basada en tecnología blockchain, que funciona como un sistema de registro de datos encadenados e inviolable, sin la necesidad de intermediarios y en forma eficiente. Allí, cada una de las transacciones, asientos o modificaciones en este registro debe ser validada por una red de nodos distribuida y global sin un punto de ataque central.
El presidente de la Cámara Latinoamericana del Litio, Pablo Rutigliano, dialogó con Periferia, y explicó que “la idea es crear el mercado de metales y transparentar la comercialización del litio, el cobre, la plata, el mercado de chatarra y todos los que se consideran commodities”.
Rutigliano, quien impulsa el proyecto, explicó que lo que se busca es aprovechar la tecnología disponible para fijar precios de referencia internacionales.
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El año pasado, la empresa Livent (hoy parte de Arcadium) recibió una sanción de 6.700 millones de pesos por 403 operaciones ocurridas entre 2018 y 2019. La minera declaraba el valor de su mercadería para la salida del país en un tercio de lo que tributaban sus competidores y la enviaba a una firma vinculada, radicada en Estados Unidos.
Por eso, se le impuso una sanción de $6.700 millones más u$s8 millones por diferencia de tributos. La conclusión de áreas técnicas es que fijó precio en u$s5.100 la tonelada cuando valía u$s16.000.
Las Inversiones, a Paraguay
Por su parte, Pablo Rutigliano tenía en su cartera el ingreso de empresarios de Chile y de Estados Unidos que estaban y están dispuestos a invertir unos 4 mil millones de dólares en los salares argentinos. Hoy esa inversión está a punto de ser definida a través del Estado de Paraguay, por medio del acuerdo MOU.
Además, impulsa la generación de un mercado de metales que regule el precio de minerales como el litio, algo que la Cámara Argentina de Empresarios Mineros rechaza categóricamente. Es que hoy los precios no están definidos por el carácter de commodity del mineral.
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Finalmente, Rutigliano continúa avanzando con sus iniciativas, pero en acuerdos “tete a tete” con las provincias. Hasta hoy su acercamiento es con Catamarca, que está mostrando una mirada proclive a la conformación de un precio común que favorezca la industrialización del litio y la articulación con los sectores productivos regionales. Por otro lado, avanza en gestiones con La Rioja, que pugna por ingresar a la Mesa del Litio, en base a su potencial minero. Del otro lado, quedan las provincias de Jujuy y Salta, que no dan el paso en ese mismo sentido.
“La formación del precio de mercado (hoy inexistente y con nula regulación de parte del Estado) y el desarrollo de construcción es lo que va a concatenar a todas las provincias y que las empresas se puedan desarrollar industrialmente de cara a la transición energética. Se necesitan baterías, se necesitan fábricas de baterías y vehículos eléctricos”, sentencia Rutigliano.
“Lo que deberíamos ver es qué tipo de tecnología podemos desarrollar en Argentina en función del carbonato de litio de altísima pureza que tenemos, para la fabricación de baterías”, concluye Rutigliano.
Un nombre con el sello de Luis Caputo
A pesar de todo lo anterior, Luis Lucero, un hombre del ministro de Economía, Luis Caputo, fue el que dejó en el camino a ambos y se quedó con la conducción de una subsecretaría clave para la administración de recursos tan trascendentales como el litio.
Pues así, la elección bloqueó el avance de una iniciativa tecnológica para hacer sintonía fina (como diría CFK) sobre la exploración, extracción y exportación de recursos mineros por parte de las gigantes internacionales.
Hoy Lucero trabaja en una agenda de temas que incluye desde resolver los escollos burocráticos que provocan demoras en los proyectos hasta un plan de incentivos para recuperar la exploración en oro y plata, el régimen de inversiones para el cobre y un mecanismo de fijación de precios para los proyectos de litio, entre otras iniciativas.
Pues bien, cabe esperar que avances se dan en el sector minero durante su gestión, y qué chance tendrá la tecnología de hacer su papel en un sector con un horizonte clave de cara al desarrollo de las fuerzas productivas de Argentina.
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