El freno a la obra pública, decidido por el gobierno de Javier Milei en diciembre de 2023, y la orden de dejar a todos los organismos de ciencia y tecnología (y a las universidades nacionales) funcionando con el mismo presupuesto que el año pasado (con una inflación proyectada por encima del 250% anual) empezó a mostrar sus consecuencias.
Una de ellas, el freno de un proyecto nuclear considerado estratégico a nivel mundial y a nivel nacional por su impacto múltiple en la actividad productiva, científico-tecnológica y por su aporte a la descarbonización mundial.
El CAREM-25, un reactor nuclear pequeño (de los llamados Small Modular Reactor – SMR) desarrollado entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con el aporte clave de la empresa de alta tecnología rionegrina, INVAP, y la empresa mendocina de infraestructura tecnológica, IMPSA, está casi terminado, pero se frenó la semana pasada como consecuencia de la decisión del gobierno de paralizar la obra pública y desfinanciar a la CNEA.
La CNEA tiene, entre otros, dos proyectos que van en esta línea, el CAREM y el RA-10, y que son valorados por su impacto productivo y científico-tecnológico local, pero también a nivel internacional, por su aporte a la descarbonización económica mundial.
La OCDE, con el CAREM
Así lo registró la Nuclear Energy Agency (NEA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en un informe publicado en marzo de este año, donde repasa los 21 proyectos de este tipo en avance a nivel mundial.
De hecho, el informe destaca que el CAREM es de las iniciativas que se encuentran en mayor nivel de avance en el mundo. El CAREM es positivo por donde se lo mire, y de hecho, dejando de lado el modelo libertario, hay consenso entre fuerzas políticas locales con modelos de desarrollo distantes, pero que tienen en su plataforma algún grado de comprensión de la importancia que tiene la ciencia y la tecnología para el desarrollo. Son los casos del radicalismo y del peronismo.
El informe de la NEA:
https://www.oecd-nea.org/jcms/pl_78743/the-nea-small-modular-reactor-dashboard?details=true
El CAREM es reactor que aporta al sistema energético nacional y ello implica más energía para PyMEs, grandes industrias y hogares. Básicamente que haya luz, gas y actividad. Sin embargo otro de los impactos es la factibilidad del proyecto, puesto que es mucho menos costoso que un reactor nuclear tradicional, es accesible para países con la inestabilidad económica de Argentina, y permite acumular “know how” científico-tecnológico de cara a exportar servicios tecnológicos con altísimo valor agregado.
Sin ir más lejos, el 6 de marzo, en la Sede Central de INVAP en San Carlos de Bariloche, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) junto con INVAP firmaron un memorando de entendimiento con el fin de que ambas instituciones puedan trabajar en forma conjunta en la exploración de futuras oportunidades de exportación del reactor CAREM y otros servicios asociados.
La firma se llevó a cabo entre la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, y el gerente General y CEO de INVAP, Ing. Darío Giussi.
Este acuerdo se dio en el marco de un creciente interés global en los pequeños reactores modulares y sus diversas aplicaciones asociadas. La visibilidad internacional del proyecto CAREM pone a Argentina en una posición privilegiada en este nuevo mercado.
Alta tecnología por divisas
De esta forma, las instituciones trabajarían de manera conjunta en la prospección, exploración, desarrollo y explotación de oportunidades comerciales referidas al CAREM y otras plantas nucleoléctricas, sus componentes, ingeniería, y servicios asociados y/o conexos.
El reactor CAREM, desarrollado por CNEA, es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado en Argentina con una posición privilegiada en el segmento de los reactores modulares de baja y media potencia (SMR por sus siglas en inglés). En este momento, la obra de la planta de demostración del reactor se encuentra con un importante grado de avance en un predio lindante al Complejo Atucha, situado en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires.
Es así que, la decisión del gobierno de Javier Milei, pone en suspenso el avance de un proyecto que, a nivel mundial es estratégico, que desarrollan un puñado de países y que Argentina tiene el conocimiento acumulado para construirlo, aprovecharlo y exportarlo.
En su “última milla”
El CAREM ingresaba ya en lo que se llama “la última milla” de su desarrollo, en octubre de 2023. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) firmaban entonces un convenio marco de asistencia técnica para desarrollos vinculados al CAREM. En el contexto de ese acuerdo, además se rubricó un primer contrato para que NA-SA provea servicios de apoyo al proyecto CAREM.
El proyecto ingresó en “la última milla” de su desarrollo tecnológico, una metáfora que se utiliza a nivel mundial para evaluar la madurez de cualquier proyecto que pretende avanzar desde el laboratorio a la ciencia aplicada.
El convenio marco fue firmado por la presidenta de la CNEA Adriana Serquis y el presidente de NA-SA José Luis Antúnez. “Este acuerdo potencia las capacidades propias del proyecto CAREM, porque le suma las capacidades de NA-SA. La empresa estatal participará en la puesta en marcha, el entrenamiento de operadores y muchos otros aspectos que son necesarios para que este proyecto se convierta en realidad. Nos alegra mucho poder contar con la experiencia que tiene NA-SA por estar operando las centrales nucleares Atucha I y II y Embalse”, subrayaba Serquis.
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