En el día de ayer, cien trabajadores del proyecto nuclear CAREM-25, que se construye en Lima, provincia de Buenos Aires, fueron despedidos por la decisión del gobierno nacional de paralizar la obra pública. Así lo confirmaron desde el gremio de la UOCRA regional Zárate. La obra sigue en marcha, pero desde la Comisión Nacional de Energía Atómica admiten que es clave que el gobierno actualice el presupuesto del organismo, congelado a valores de 2023 y con una inflación proyectada del 250% anual.
La noticia fue confirmada por el secretario General de la Unión de Obreros de la Construcción de la seccional Zárate (donde se ejecuta la obra), Julio González.
Sin embargo, lo llamativo es que, el 21 de marzo, durante la realización de la prestigiosa Cumbre de Energía Nuclear, organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Bruselas (Bélgica), el Gobierno llevó a un asesor que propuso “potenciar la industria nuclear argentina“, tomando como caso el proyecto cancelado por el gobierno de Milei: el CAREM.
Quien expuso ante la comunidad internacional en ese momento fue el secretario de Estrategia Nacional, brigadier (RE) Jorge Antelo, un poderoso asesor de Javier Milei, al hablar por primera vez en una cumbre nuclear internacional para el uso de esta energía con fines pacíficos.
Antelo ponderó a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), a INVAP y al reactor de potencia CAREM, y manifestó su respaldo a “la energía nuclear como una fuente de energía segura, limpia y baja en emisiones” y ponderó las actividades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la empresa pública INVAP que construye reactores y radares en Bariloche.
Y no lo hizo cualquier funcionario sino el secretario de Estrategia Nacional e influyente funcionario, brigadier (RE) Jorge Antelo, al hablar en la cumbre de energía atómica realizada la semana pasada en Bruselas, Bélgica.
Antelo es un hombre de confianza del poderoso jefe de Gabinete, Nicolás Posse, e influyó en la renovación de cúpulas de oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), tras el cambio de gobierno.
Es más, Antelo resaltó que “la Argentina es un país en expansión en este campo (de la energía nuclear) y ya tiene 74 años de experiencia”. Aún más, el funcionario, frente a los más destacados referentes mundiales del área sostuvo que Argentina “ya tiene un perfil exportador a través de INVAP que vendió reactores nucleares a Australia, Egipto, Perú y Argelia”, entre otros países.
La cancelación del proyecto CAREM dejó expuesto a Antelo pero, además, expone al país a un papelón internacional, teniendo en cuenta que en esa cumbre se dan los contactos políticos para avanzar en proyectos estratégicos, y se definen acuerdos. Hoy el mundo nuclear mira con atención estos proyectos por su bajo costo y su impacto productivo. Argentina tiene la tecnología para desarrollarlo, pero salir a vender en el exterior proyectos que se cancelan a los pocos días, deja muy mal parada a la Argentina en un área clave para conseguir divisas mediante la exportación de alta tecnología.
Exportar un reactor paralizado
Claro, el funcionario del gobierno de Milei se hizo eco del acuerdo que el 6 de marzo, se firmó en la Sede Central de la empresa de alta tecnología rionegrina, INVAP, en San Carlos de Bariloche, con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para la exploración de futuras oportunidades de exportación del reactor CAREM y otros servicios asociados (como la medicina nuclear).
La firma se llevó a cabo entre la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, y el gerente General y CEO de INVAP, Ing. Darío Giussi.
Este acuerdo se dio en el marco de un creciente interés global en los pequeños reactores modulares y sus diversas aplicaciones asociadas. La visibilidad internacional del proyecto CAREM pone a Argentina en una posición privilegiada en este nuevo mercado.
Lo increíble, es que a una semana de manifestarse en ese sentido un funcionario del gobierno ante la comunidad internacional, el propio Poder Ejecutivo le bajó el ritmo al proyecto que salió a vender, en una clara muestra de desconcierto interno, no coordinación y falta de comunicación.
La política exterior del Gobierno de Javier Milei quedó expuesta a un papelón internacional, sobre todo si se tiene en cuenta que en estas cumbres emergen contactos con otros países para avanzar en la compra de tecnología de este tipo, algo que difícilmente pueda avanzar si se tiene en cuenta que el país desfinancia el proyecto que quiere vender y que ya tenía casi listo para arrancar a funcionar.
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